Kill Bill: Vol. 1 [7]
CINEFILIA
Kill Bill: Vol. 1
(EE.UU., 2003, 111 min)
Dirección:
Quentin Tarantino
Mamoru Oshii
(escenas de animación)
Guión:
Quentin Tarantino
Intérpretes:
Uma Thurman
Lucy Liu
Vivica A. Fox
Daryl Hannah
David Carradine
Michael Madsen
Tras dirigir “Jackie Brown”, Quentin Tarantino tardó seis años en volver a ponerse detrás de la cámara. Para su regreso, utilizó una idea que aparecía en “Pulp Fiction”: la serie de televisión fracasada, sobre un grupo de asesinas profesionales, en la que participó el personaje de Uma Thurman. Partiendo de aquí, la desarrolló y transformó para contar la historia de una venganza. Unos meses antes de su estreno, debido a sus casi 4 horas de duración, la Miramax decidió estrenarla en dos partes. La primera llegó a las salas americanas en otoño de 2003 y la continuación en primavera de 2004 (en España se estrenaron en marzo y julio de 2004). Los dos “Kill Bill” fueron un éxito de crítica y público, demostraron que la carrera de Tarantino no se había acabado, y se convirtieron en películas de culto, gracias a una base muy amplia de fans, desde el momento de su estreno. Pero ahí no acaba «Kill Bill»; el año pasado Tarantino anunció en el Festival de Morelia que “Kill Bill: Vol. 3” sería su novena película y que se estrenaría en 2014.
“Kill Bill: Vol. 1” comienza con Bill (David Carradine, aunque nunca se le ve) disparando en la cabeza a una ensangrentada novia (Uma Thurman). El disparo la dejó en coma durante cuatro años y medio, y cuando salió de él, decidió vengarse de sus homicidas. La novia era un miembro de un grupo de asesinos profesionales dirigidos por Bill, y cuando decidió dejar esa vida, fueron a por ella el día que se casaba y mataron a todos los invitados a la boda. La novia prepara su venganza, y en esta primera parte va a por dos de las asesinas.
Tarantino divide la narración en capítulos y baraja la cronología para dar la apariencia de lo que sucede en pantalla es más complejo de lo que realmente es. Y es que la parte más floja de “Kill Bill: Vol. 1” es lo que cuenta. Básicamente es el resumen que hago, estirado hasta alcanzar los 110 minutos. Una vez que acaba la película, te das cuenta que ha empleado demasiado tiempo para contar muy poco, y al ver las dos partes, queda claro que ésta primera se podía haber reducido mucho y “Kill Bill” podría haber sido un único largometraje de 3 horas. Además, si ves las dos partes seguidas, no tienen nada que ver ni en tono ni en estilo, y no tiene mucho sentido que haya puesto la mayor parte de la acción al principio y el 90% de la historia al final.
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Uma Thurman |
Pero se hubieran perdido escenas de acción impresionantes.
En esta parte da la sensación que Tarantino quería pasárselo bien haciendo una película de artes marciales sustentada sobre la nada. La trama es mínima y los detalles que da de los personajes son insuficientes para sentir empatía. Pero tiene una puesta en escena que te deja boquiabierto.
Todos los planos están cuidadísimos, empezando con que el que abre el film, donde Tarantino se preocupa por que se vea el bordado del pañuelo. O la pelea con Vivica A. Fox, en la que se ve por la ventana la llegada del autobús escolar. O el final de esa secuencia, cuando Uma Thurma se levanta y aparece la niña al fondo. Todos tienen ese nivel de perfeccionismo. Y las peleas son increíbles, llenas de variedad y detalles geniales, con un montaje excelente, un ritmo muy bueno, y la selección musical funcionando perfectamente. Y con una fotografía de Robert Richardson, quien crea unas imágenes muy brillantes, con los blancos a punto de quemarse. Tarantino utiliza el color y el blanco y negro, los dibujos animados, e incluso las sombras chinescas; y el resultando es deslumbrante.
Incluso siendo un film con un nivel técnico tan alto (y con una Uma Thurman inmensa), hay partes que se podían haber abreviado. La primera es la violación de la novia en el hospital, que dura demasiado para la importancia que tiene. La presentación de Daryl Hannah, a pesar de lo estiliza que es la película, es difícil de creer. Toda la parte de Japón, en la que Thurman consigue la katana, es aburridísima y lo peor con diferencia de toda la película (es un homenaje de Tarantino a “Kage no Gundan”, una serie de televisión japonesa); y al final, cuando presenta el restaurante donde se va a desarrollar la acción, los planos larguísimos de steady siguiendo a los personajes no acaban de funcionar para crear tensión.
Con “Kill Bill: Vol. 1”, que debe de ser la película con menos diálogos de su filmografía, Tarantino demostró que era un virtuoso de la puesta en escena, aunque en este caso, debajo de la forma hubiera poco fondo.
Calidad del blu-ray:
El transfer es como la puesta en escena de Tarantino: impresionante. Los detalles resaltan mucho, donde puedes ver perfectamente la textura de los vestidos o el cutis de los actores; los colores son muy vivos y los negros y los blancos están llenos de detalles. De los mejores blu-rays que he visto. Es como ver cine en 35 mm en pequeño, sólo que mejor enfocado, sin ralladuras ni cambios de bobina.
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