12 beneficios de ser profesor de escritura creativa

Clase de escritura creativa

Sección VIDA DE ESCRITOR

Algo que recomiendo a los escritores es que alguna vez en su vida sean profesores de escritura creativa. No hace falta que sean tan bestias como yo y se metan cursos de 9 meses entre pecho y espalda, pero sí que impartan algún taller corto en el que puedan interactuar con los alumnos y corregir ejercicios.
Para aprender el arte de escribir hacen falta realmente dos cosas: leer y escribir como un poseso. No vale “escribo unas líneas cuando me viene la inspiración”, “leo media hora antes de acostarme”, o “leo mucho, porque leo más que la media nacional”.
¿Quieres ser escritor? Pues déjate de tonterías y dedícale varias horas todos los días a leer y escribir. Es parte de tu trabajo. Aunque te parezca que no te dará dinero, lo hará en el futuro, y desde el principio logra que tengas los músculos literarios a punto.
Si no practicas, te atrofias.
Rétate a escribir mejor, aprende de los que están por encima de ti analizando sus textos, viendo qué funciona y qué no. Domina la técnica. Aspira a crecer constantemente como escritor libro a libro.
Aparte de estas dos opciones que son obligatorias (manda huevos que haya gente que quiera ser escritor y no le guste leer o escribir, es como un vegano al que le gusten los toros), hay una tercera que te ayuda a mucho a mejorar como escritor: enseñar a otros tu oficio.
Ordenador para escritura creativa
Me di cuenta de esto hace años, cuando comencé a escribir los artículos de mi blog sobre cómo escribir ficción. Había leído una infinidad de libros para escritores, estaba especializado en estructurar historias (había pasado tres años en la escuela de cine de Madrid y era montador cinematográfico), y llevaba más de año y medio escribiendo cuentos.
Al plasmar con palabras todo lo que sabía de forma clara y sencilla, muchos conceptos que tenía por ahí volando en mi cabeza, los comprendía por fin y los fijaba en mi mente. Escribir un artículo mensual me permitía documentarme sobre temas que aún no dominaba y acababa dominándolos al terminar las entradas.
Pues bien, aprendes también muchísimo enseñando a otros en persona.

BENEFICIOS DE SER PROFESOR DE ESCRITURA CREATIVA

1- Mejoras como escritor. Al comenzar, das por supuesto que sabes qué funciona y qué no en literatura, y de repente, descubres que hay alumnos que de forma intuitiva hacen cosas mejor que tú, y tienes que pararte a pensar cómo lo han logrado para poder replicar ese efecto. A mí me pasó con las descripciones y el uso de las figuras retóricas.
Hay conceptos que a ti te parecen muy fácil de entender, pero los alumnos no los comprenden, y te tienes que currar ejemplos y ejercicios para que los asimilen. Quieras que no, tu refuerzas esos conocimientos en ti mismo; en mi caso me ayudó a descubrir el tipo de narradores omniscientes que existen, qué trucos tienes para desarrollar la trama, o cómo plasmar emoción cuando escribes una situación que nunca has vivido.
Libro mágico2- Eres mucho mejor sacando la trama. Suelo comenzar los cursos y talleres haciendo un brainstorming con los alumnos: lanzo una moneda al aire, y con lo que salga decidimos si nuestro protagonista será hombre o mujer, y a partir de ahí creamos la historia sobre la marcha.
Yo era incapaz de crear nada improvisando, necesitaba sentarme a mi ordenador y escribir para que las ideas fluyeran. Pero con el tiempo me he dado cuenta de que soy mucho más imaginativo, y que puedo ir guiando la historia sobre la marcha para que tenga una conclusión satisfactoria y un sentido.
3- Eres mucho mejor estructurando. No todo es bonito para un profesor de escritura creativa. Para mí lo peor es corregir los cuentos, sobre todo al principio del curso. La gente se suelta a escribir, lo cual está muy bien, pero por norma general, a pesar de que hayan podido leer mucho, no tienen asimilada la noción de historia: no hay una jerarquía de acontecimientos, hay un montón de escenas que sobran, no saben distinguir lo importante de lo superfluo, hay toneladas de casualidades y situaciones ilógicas, muchas partes son incomprensibles, la historia no evoluciona y un personaje no hace más que mirarse al ombligo y perderse en reflexiones…Y eso que no he hablado del estilo.

Bueno, es que si supieran hacerlo, no tendría sentido que se apuntaran a mi curso.
Digamos que es arduo adentrarse en esos relatos.
Como no les quiero desanimar, tengo que buscar elementos interesantes escondidos en el batiburrillo que me entregan y crear una estructura, para sugerirles cómo podrían contar aquello.
Acabas siendo un hacha estructurando historias.
4- Ganas dinero. Ganar dinero, qué bálsamo para la creatividad. Hace 3 años me lié la manta a la cabeza y creé los cursos y talleres en Santander por el muy terrenal motivo de que se me estaban agotando los ahorros y no quería seguir trabajando de montador cinematográfico. Al ver que funcionaban, respiré: por mal que les fuera a mis libros, podría ganarme la vida dando cursos de escritura creativa. Ahora escribo mucho más tranquilo mis libros, y los rechazos no me afectan.
Libros de Carlos del Río
Buenos, bonitos, baratos
5- Vendes libros. No recomiendo que hagas el profesor universitario: “Aquí tenéis un truño que me ha publicado la editorial de la uni, y para aprobar os lo tenéis que comprar”. No, deja eso para los miserables frustrados. Pero en algún momento has de decirles a tus alumnos que tienes libros publicados.
Yo suelo hacerlo de forma gradual. El primer día les digo que tengo un blog con una sección que tal vez les interese, la de “Cómo escribir ficción”.
A menos que estén ciegos, verán mis libros en la columna de la derecha.
Cuando pasan unas semanas, les llevo en papel mis libros, les hago una pequeña introducción, usando humor, sobre cómo les pueden ayudar, y dejo que los toqueteen. Parece una tontería, pero al tocarlos les resultan más atractivos.
Dejo claro que no hace falta que se los compren, que no se van a quedar atrás, y que no voy a volver a hablar de ellos en el curso. Les indico que los tienen en Amazon, que yo no tengo ningún ejemplar en casa, que los que tienen en las manos son los míos, pero que si quieren me los pueden encargar, porque hay gente que aún no compra por internet. Si me los encargan, los compro en Amazon y se los llevo la siguiente semana.
Todos los años vendo un puñado.
6- Te socializas. Este es posiblemente el mayor beneficio para mí. Durante años me enclaustré, escribiendo como una máquina y dejando de lado mi vida social. Pensaba que para lograrlo solo hacía falta trabajo duro.
En verdad hace falta trabajo inteligente, descanso, hacer contactos que te faciliten el camino y promocionarte.
Networking, hacer contactosLas clases me han permitido conocer a gente que tenía aspiraciones parecidas a las mías, a charlar tranquilamente en el descanso, a hacer amigos. Me lo paso muy bien y se acabó mi fobia social.
7- Haces contactos para documentarte. Por mis cursos ha pasado gente de medio mundo, desde adolescentes a jubilados; una detective privada, un hombre en silla de ruedas y una enfermera; periodistas, profesores, informáticos; la viuda de un guardia civil, la trabajadora de un tanatorio, un instructor de pilates y una dietista; dependientes, camareros, actores; gente de izquierdas y gente de derechas; ateos, agnósticos, creyentes; gays, bisexuales y heteros…Creo que ya puedo escribir cualquier historia que se me ocurra (o una canción a Lady Gaga), y además, varios de mis alumnos han sido lectores de prueba de mis novelas.

8- Trabajas más que nunca para predicar con el ejemplo. Si estás interesado en acudir a algún taller o curso de escritura creativa, un requisito indispensable es que el profesor esté en las trincheras, es decir, que siga activo y publique con regularidad.
Si es crítico literario o profesor de Literatura, corre en sentido contrario.
A mí no me queda más remedio que ir avanzando semana a semana en mis proyectos literarios. No les puedo exigir a mis alumnos que escriban todos los días si yo no lo hago.
Mano izquierda9- Te haces más flexible y desarrollas mucha mano izquierda. En las primeras ediciones me cabreaba cuando la gente no hacía lo que yo pedía, o cometían errores que ya habíamos visto en clase. Ahora me lo tomo con muchísima calma.
Escribir es algo muy complejo, y a mí también me llevó mucho tiempo asimilar lo básico; lo logré a base de pegármela una y otra vez. Y mis alumnos son adultos, si no les apetece escribir, pues que no escriban. Ellos sabrán si quieren una carrera literaria o no, que eso no depende de mí.
10- Ganas confianza como escritor. No veas qué bien viene para la autoestima que semana a semana un grupo de personas presten atención a lo que cuentas y te hagan preguntas sobre la creación literaria. Acabar creyéndote, por fin, que no eres un fraude y sí un escritor de verdad.
11- Ganas confianza como emprendedor. Escritor del siglo XXI, no te queda más remedio que saber vender tus libros y saber venderte. Si has creado un curso de escritura creativa, necesitas que alguien te contrate, o al menos te ceda un local. David Orell tiene un artículo muy interesante sobre cómo lo logró él. No te queda más remedio que vencer la timidez y echarle morro. Y una vez que ya has impartido uno, te resultará mucho más fácil llamar a otras puertas para crear otros. Más ingresos, más tranquilidad, más creatividad para escribir libros.
12- Vences el miedo a hablar en público. Todas las semanas me tiro al menos 3 horas dando la tabarra a gente que quiere aprender a escribir ficción. Esas horas las tengo que llenar con contenido ameno. A veces solo me falta ponerme a contar chistes (“¿Saben aquel que diu…?”) o hacer malabares. Esto te abre las puertas a dar charlas, hacerte politicastro, recorrer el país como predicador anunciado la segunda llegada de Jesús, ser el rey del karaoke, ese que le quita el micro a todo cristo para cantar “La Macarena”, “New York, New York”, Las Grecas…De verdad, la timidez pasa a ser cosa del pasado y eres muchísimo más seguro para alcanzar tus metas.

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4 comentarios
  1. Mariangeles Berna
    Mariangeles Berna Dice:

    Gracias Carlos por este post que se puede trasladar también a otro tipo de profesiones. Enseñando a otros lo que sabemos, nos hace desarrollar otras habilidades vsociales tan necesarias y que a veces descuidamos por falta de tiempo.

    Voy a ver si me pongo las pilas y este próximo año imparto algún taller presencial.

    Un saludo, te leo por el grupo de 'el escritor emprendedor'

    Responder
    • admin
      admin Dice:

      Hola Mariangeles. Sí, al ser profesor te haces un experto en inteligencia social, y encima te lo pasas bien. Yo diría que después de escribir ficción, es el mejor trabajo del mundo…

      Nos vemos en "el escritor emprendedor". Ese grupo ha hecho que me reconcilie con Facebook.

      Un abrazo.

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