El gato de las nueve colas [5]

Poster italiano de El gato de las nueve colasCINEFILIA
Il gatto a nove code
(Italia, Francia, Alemania Occidental, 1971, 112 min)
Dirección y guión:
Dario Argento
Intérpretes:
James Franciscus
Karl Malden
Catherine Spaak
Horst Frank

 

Damas y caballeros, con todos ustedes Dario Argento, el rey del giallo.

   El giallo es un subgénero del cine de terror italiano cuya peculiaridad es que sus películas son muy excesivas y sangrientas. Mario Bava lo inauguró en 1962 con “La muchacha que sabía demasiado”, y el subgénero ha tenido mucha influencia en el cine de terror mundial, siendo el director más influyente de todos Dario Argento.
   Argento comenzó su carrera en 1969 con “El pájaro de las plumas de cristal” y durante unos años dirigió thrillers, pero poco a poco en sus tramas fue introduciendo elementos paranormales hasta que sus películas se convirtieron en films de terror. Dario Argento gozó de su mayor nivel de prestigio en los 70, cuando demostró ser un director muy imaginativo, especialmente en las escenas de asesinatos (hay que reconocer que era retorcido como pocos), pero gradualmente fue perdiendo su toque, y aunque sigue activo (el pasado mes se proyecto en Cannes su último film: “Drácula 3D”), hace lustros que no convence ni a sus fans más acérrimos.
   A mí Dario Argento nunca me ha parecido un buen director, porque no tiene buenas películas y como narrador deja mucho que desear, pero sí un director interesantísimo por lo brillante que es visualmente y las buenas ideas que tiene. “El gato de las nueve colas” fue su segunda película, todavía no se había metido en el terror, y ya se ven perfectamente los puntos fuertes y débiles del director.
James Franciscus y Karl Malden en El gato de las nueve colas
James Franciscus y Karl Malden

Franco Arno (Kart Malden) es un antiguo periodista que se quedó ciego, y una noche que regresa a casa con su sobrina escucha una conversación en un coche aparcado que le llama la atención: un hombre intenta sobornar a otro. Esa noche, en el laboratorio de ingeniería genética que hay al lado de su casa, se comete un asesinato. Un poco más tarde, otro trabajador del laboratorio muere en un extraño accidente; y Arno presiente que las muertes y la conversación que escuchó están relacionadas, así que decide contactar con un periodista (James Franciscus) para juntos esclarecer el caso.

   “El gato de las nueve colas” tiene una primera hora confusísima porque presenta a un montón de personajes, con los que apenas te quedas, y unos hilos argumentales que cuesta muchísimo seguir. Esa primera hora no tiene mucha tensión y a veces te aburres porque los protagonistas todavía no están amenazados y porque no conoces a los personajes.
   Y es que la trama, hasta que no ha avanzado mucho y se han cerrado varias líneas y te han dado alguna pista, no hay quien la entienda: hay personajes que actúan de forma muy rara sin ningún motivo (el comportamiento de la chica no tiene ninguna coherencia, es simplemente para despistar al espectador), hay tramas que dan giros y giros y se desvían, y de vez en cuando hay pistas y escenas muy tontas (la leche envenenada, el asesinato en la estación del tren, la mano sangrante de la chica).
   Las muertes en esta película todavía no alcanzan el nivel de sofisticación que harían célebre a Argento, y se pueden ver como un ensayo de lo que vendría después. No están mal, pero si has visto algo posterior del director, esas escenas son muy pobres en comparación.
   Pero tiene momentos muy divertidos (la escena de la barbería o la persecución) y un final muy irónico y con mucha gracia por cómo se explican las muertes. Y tiene una secuencia excelente, la del cementerio, que es bastante larga y es Argento al 100%; y esos minutos son una gozada.
   Una curiosidad.
0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.