Public Enemies
(EE.UU., 2009, 140 min)
Dirección:
Michael Mann
Guión:
Ronan Bennett
Michael Mann
Ann Biderman
Intérpretes:
Johnny Depp
Christian Bale
Marion Cotillard
Billy Crudup
Stephen Lang
Michael Mann es un director con un estilo personal muy marcado. Sus películas suelen tener mucha cámara al hombro o steady, son elegantes, lentas, muy frías y los protagonistas sufren mucho porque se meten situaciones de las que no saben cómo salir. Si a Mann le funciona la fórmula, consigue “El dilema”, que es una gran película, o “Colateral”, que no está nada mal; y si le falla, los resultados son insufribles por soporíferos: en esta década nos ha endilgado “Ali”, “Corrupción en Miami” y ahora su último pestiño, “Enemigos públicos”.
La película cuenta (o intenta hacerlo) los últimos meses de vida de Dillinger. El problema es que durante buena parte del metraje Mann no sabe en qué centrarse y la narración va a la deriva. El film tiene una presentación de personajes mediocre, lo que da como resultado que por ahí pululen un montón de gangsters que son difíciles de identificar, y tiene una serie de subtramas que son todavía más difíciles de comprender. El espectador debe llenar demasiados huecos y mucho de lo que quería decir Mann queda malogrado por confuso.
Supongo que el director quería retratar la época de la Depresión, y que quedara claro que Dillinger era una especie de Robin Hood, y que el FBI encontraba trabas gubernamentales para dar con él, y que Dillinger hizo que se cambiaran las leyes, y que los corredores de apuestas le odiaban… Pues está tan mal contado que hay que echarle muchísima imaginación para llegar a estas conclusiones. Y lo que queda (o lo poco que realmente se entiende) es una estructura muy repetitiva en la que Dillinger atraca bancos y se fuga de cárceles. Con tantos elementos, Mann logra que la película no tenga nada de tensión, a pesar de que el espectador sabe que la policía le pisa los talones al protagonista.
Visualmente la película es muy floja. El vídeo de alta definición a veces da imágenes que perfectamente podrían pasar por cine, y en otras muchas ocasiones parecen una grabación casera. Hay planos a los que sólo les falta la fecha y la hora en una esquina. El conjunto es muy chirriante. Luego el montaje está lleno de cortes feos y la planificación busca más ser trepidante (que no lo es) que bella. Cuesta imaginar que “Enemigos públicos” haya costado cien millones de dólares.
A mitad de película hay un tiroteo larguísimo. Viéndolo uno se pregunta si realmente los alabados tiroteos de “Heat” eran tan buenos, porque éste está mal rodado, es confuso y eterno.
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Johnny Depp |
En cuanto a los actores, Johnny Depp está tan controlado que no transmite nada de nada (y al contrario de los protagonistas típicos de Mann, éste no sufre en absoluto); mientras que Christian Bale se limita a fruncir el ceño. En el otro lado de la balanza están una genial Marion Cotillard, que si no gana premios es porque su papel es muy pequeño, y el desconocido Stephen Lang, que con su gélida mirada se merienda a Bale. Viendo los créditos sé que salen Billy Crudup, Leelee Sobieski, Lili Taylor, Stephen Dorff, o Giovanni Ribisi, pero sus papeles son minúsculos, sin entidad.
A pesar de todo lo dicho, “Enemigos públicos” tiene aspectos buenos. La primera fuga es notable, con ese detalle genial del preso muriéndose mientras Dillinger intenta subirlo al coche que huye; o la escena del cine, en la que la gente gira la cabeza en busca del enemigo público número uno. Y durante la última media hora, el film funciona y Mann logra transmitir mucha emoción. No es casualidad que durante ese último tramo sólo se centre en contar una historia.
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