Robin Hood [4]
Robin Hood
(Estados Unidos, Reino Unido, 2010, 140 min)
Dirección:
Ridley Scott
Guión:
Guión:
Brian Helgeland
Intérpretes:
Russell Crowe
Cate Blanchett
Mark Strong
William Hurt
Oscar Isaac
Max von Sydow
Eileen Atkins
Recuerdo en el audiocomentario de “Blade Runner” que Ridley Scott hablaba de la película que estaba terminando en ese momento, “American Gangster”, de la que estaba muy orgulloso por lo muy bien que le había salido. Scott decía que unas películas quedaban mejor que otras, y casi podías verlo encogiéndose de hombros. Esa declaración, que podría tacharle de chapuzas que al que le suena la flauta de vez en cuando, queda anulada cuando escuchas varios de sus audiocomentarios, en los que se nota que Scott es muy cerebral y que todo lo que aparece en pantalla está por algún motivo. Pero me temo que Scott, al plantearse la dirección de un film, en lo primero que piensa es en el aspecto visual que tendrá, donde sobresale su cine, y luego en la historia escena a escena, dejando en un segundo plano el arco narrativo del conjunto. En otras palabras, que si le das un buen guión, hace una buena película, y si el guión es malo, hace un churro. Para su revisión de Robin Hood ha contado con el guionista Brian Helgeland, al que sí que le sonó la flauta con “L.A. Confidential” y “Mystic River”, y como el guión es mediocre (tuvo un montón de reescrituras, y se nota), el resultado también lo es.
Robin Hood (Russell Crowe) es un arquero al servicio del rey Ricardo Corazón de León (Danny Huston), que regresa de las cruzadas. En Francia, mientras asaltan un castillo, Ricardo muere y Robin tiene la oportunidad de llevar su corona a Inglaterra haciéndose pasar por un caballero de Nottingham. El nuevo rey, Juan (Oscar Isaac), tiene que hacer frente a una posible rebelión en las tierras del norte y a una invasión francesa por el sur. Al mismo tiempo, Robin llega a Nottingham y conoce a Lady Marian (Cate Blanchett), con la que empieza un romance.
La película cuenta demasiadas cosas, y con tanta acumulación de acontecimientos, ninguna historia acaba de funcionar. Al principio, plantean conflictos, que se resuelven muy fácilmente (meten a Robin Hood en un cepo, pero en cinco minutos está libre. Hay un complot para matar a Ricardo, y en la siguiente escena muere. Robin tiene que llevar la corona real a Inglaterra, y lo siguiente que aparece es su llegada a Londres). Las cosas pasan demasiado deprisa y ni hay tiempo para conocer a los personajes (y preocuparse por ellos), ni para asimilar lo grave que son los conflictos, más que nada porque cuando los reconoces, ya se han resuelto.
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Russell Crowe y Cate Blanchett |
A mitad, todas las confabulaciones de Sir Godfrey (Mark Strong) pierden fuerza porque están mal preparadas, y cuesta imaginarse las consecuencias. Además, se mezclan con las vivencias increíbles de Robin en Nottingham, que incluye una historia de amor forzadísima, unos razonamientos extrañísimos de Sir Walter Loxley (Max von Sydow), y un flashback metido con calzador (¿qué importancia tiene que el padre cantero de Robin fuera el origen de la Carta Magna?).
Cuando llega la batalla final, que no es deslumbrante (de las escenas de acción, está mucho mejor el asalto al castillo del principio, o cuando Robin dispara fechas en el bosque), el espectador está cansado de tanta información y tan poca emoción. Ni las conspiraciones funcionan como las de “Elizabeth”, ni la creación de un héroe como “Braveheart”, que son claros referentes. Y cuando llevas casi dos horas y media, te preguntas para qué tanto tiempo, si el film acaba justo cuando empieza lo interesante.
La dirección artística, el vestuario, y la fotografía están muy bien, Scott compone planos muy buenos, el reparto está correcto (menos mal que dio la patada de Sienna Miller y contrató a Blanchett) y hay alguna escena espectacular, pero este Robin Hood es aburridísimo. Desde luego, ésta es una de esa películas que no le quedan bien.
Yo prefería la de Costner, que no era gran cosa, pero resultaba bastante más entretenida.
Yo la de Costner la vi de niño, y recuerdo que los críticos la dieron mucha caña. Supongo que si la ves hoy, es igual de floja que esta, pero mucho más divertida, porque esta es un peñazo.