VIDA DE ESCRITOR: HACIENDO CONTACTOS (NETWORKING)
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Haciendo contactos (networking) |
Networking es una palabra que está de moda y suena muy moderna, pero que simplemente significa el clásico hacer contactos. Yo tardé más de lo que me atrevo a confesar en darme cuenta de su importancia. Creo en el trabajo duro y en el esfuerzo personal, porque a la larga te van a dar frutos, pero también creo que solo no llegas muy lejos.
Mucha gente confunde tener contactos con los enchufes, y los desprecian («Yo no quiero ser un enchufado»; «Ese seguro que ha llegado hasta donde ha llegado gracias a los enchufes que tiene»; yo era de estos), o fardar de conocidos (son esos a los que comentas que vas a hacer algo, como comprar el pan, y de inmediato te abruman para que llames a Fulanito y Menganito, aunque tú realmente no los necesites). No, tener contactos es reconocer que no sabes todo, ni puedes hacer todo, y que vas a pedir ayuda a conocidos, o a conocidos de conocidos.
Solía pensar que en esta vida si estudiabas y trabajabas muchísimo, acabarías siendo muy bueno en lo que hacías, y la gente acudiría a ti. Lo de trabajar y formarte es verdad, lo de que la gente acuda a ti, no. Durante muchos años de mi carrera en el audiovisual, sobre todo cuando estaba en la escuela de cine, viví con esa noción: si trabajaba y trabajaba, y veía y estudiaba muchísimo cine, llegaría a ser un gran montador y se me abrirían las puertas del cine por sí solas. Me llamaría Almodóvar; me llamaría Spielberg. No haría falta ser amable, porque sería tan bueno que cualquiera me contrataría. Eso me creaba una enorme presión para no cometer errores, y era incapaz de reconocer que había metido la pata. Y me rechinaban los dientes cuando compañeros míos, con una inteligencia emocional bastante mejor que la mía, conseguían muchísimo más que yo: trabajaban menos, tenían más amigos, disfrutaban más, y les iba mejor que a mí.
Vivía encerrado en el mito del genio: eres un genio y puedes despreciar a la gente. Algo así como Kubrick (claro que Kubrick de genio tenía poco, más bien fue genial vendiéndose como genio).
Del mismo modo que es inútil tener muchísimos contactos si no sabes hacer la «O» con un canuto, que seas muy bueno y no cuentes con la gente no sirve de nada. Trabaja para ser bueno en lo que haces, y queda bien con la gente, demostrando que eres amable y de fiar.
HACIENDO CONTACTOS
Hay muchísima información sobre cómo hacer y gestionar tus contactos, pero realmente lo básico se limita a tres puntos.
1— Sé tú mismo. Cuando te relaciones con otras personas muéstrate tal como eres. Sí, hay que socializarse un poquito, aparte de en internet, en persona: sal con tus amigos, apúntate a un club, comienza un hobby, estudia un curso presencial… lo que sea que te haga estar en contacto con otros seres humanos. (Por cierto, he descubierto que siendo profesor haces contactos muy fácilmente). No vas a caer bien a todo el mundo, asúmelo. No pasa nada. No tengas miedo a expresar tu opinión, aunque sea la contraría de la mayoría. Expresar tu opinión no significa imponérsela a los demás, no. Es decir que no estás de acuerdo y explicar lo que realmente piensas. Que te miran mal, pues que te miren. Tú no has sido ofensivo. (Aclaración: al contrario de lo que se piensan muchos, la libertad de expresión no es gritar la primera barbaridad ofensiva que te venga a la mente; la libertad de expresión es decir lo que piensas, razonando por qué lo piensas, y respetando la opinión de los demás).

Una advertencia, por mucho que pongas de tu parte, y quieras ver a los desconocidos de la mejor forma posible (un gran consejo es que trates a las personas no como son, sino como lo mejor que pueden llegar a ser), de vez en cuando te va a tocar gente imposible: listillos sabelotodo, chismosos, mandones que te organizan la vida nada más conocerte, prepotentes que te miran por encima del hombro, agoreros que deprimirían al dalái lama, pesimistas que te tratan como a un idiota por ser tú optimista, desequilibrados psíquicos… En cuanto los tengas calados, no pierdas el tiempo discutiendo o justificando tu punto de vista; no seas de esos que prefieren tener razón a ser felices. Pones alguna excusa del estilo «Disculpa, pero me tengo que ir a peinar» mientras te pasas la mano por la calva, y haces mutis por el foro.
3—Sé humilde y reconoce que necesitas ayuda. Aquí es cuando tiras de contactos. Tienes que conseguir algo, y por ti mismo no puedes, o te llevaría mucho trabajo y esfuerzo, pero conoces a gente (o esa gente conoce a gente) que te puede ayudar. Pues no seas tonto y pídeles ayuda. En esta vida el ego hay que dejárselo en casa (es la autoestima la que nunca has de dejar en casa).
Una cosa muy importante: nunca des por sentado que alguien debe hacerte un favor. Por mucha confianza que tengas, pide a ver si te puede ayudar, y al acabar, le das las gracias sinceras, tanto si te ayuda como si no. Quedar bien y quedar mal cuesta lo mismo, pero las repercusiones son diametralmente opuestas.
Una vez que tienes contactos, ten en cuenta que tú también tienes que hacer favores. Conócete bien, y reconoce qué puedes hacer y qué no, y sé consciente del tiempo del que dispones. Si puedes echar una mano a alguien, hazlo, pero tampoco tengas miedo a decir no. Yo, por ejemplo, he decidido no leerme nada que no sean los cuentos que mando en clase a mis alumnos; de lo contrario me vería inundado de textos de aspirantes a escritor y no sacaría tiempo para leerme las novelas que me interesan.
No lleves la cuenta de a quién le debes un favor, y de quién te lo debe. No funciona así. Haz favores sin esperar nada a cambio. Piensa que es como la ley del karma: lo que das al mundo de alguna manera te volverá, no necesariamente a través de la misma persona. O si prefieres: haz el bien y no mires a quién. O quien da, recibe. Lógicamente, si alguien te ayuda, te acordarás de él cuando tú puedas echarle un cable.
Esta actitud evita que estés buscando contactos solo por interés, lo cual te cierra la puerta a muchísimas personas que te pueden ayudar sin que tú lo esperes; que te frustres y enfades cuando no te devuelvan un favor, porque la gente no va a pensar que te deba nada; y que te conviertas en un chantajista emocional.
Los chantajistas emocionales suelen soltar perlas así: «Eres un miserable. Te invité a un café en 2003, sin pedirte nada a cambio, y ahora que te pido que te quedes con mi abuela demenciada, que necesita 24 horas de atención al día, durante el mes de vacaciones que me voy al Caribe, me dices que no. Eres un miserable».
Yo solía ceder al chantaje emocional, pasándolo fatal, o era un borde para que ni lo intentaran, hasta que descubrí la maravillosa asertividad. Ahora contestaría: «Dime cuánto te costó el café de 2003 y estamos en paz».
Los peores son los que te hacen favores sin que tú se los pidas, y luego te vienen con las cuentas. No quieras tener a un chantajista emocional cerca.
TODO
ES MÁS FÁCIL
ES MÁS FÁCIL
Como
decía al principio de este artículo, hasta no hace mucho yo era un negado para
hacer contactos. Pensaba que pedir ayudar era signo de debilidad y que debía
hacerlo yo todo; tenía miedo de que la gente me hiciera daño y no me mostraba
tal y como era ni me atrevía a dar mi opinión; y sufría fobia social, con lo
que me costaba un triunfo mantener una conversación con desconocidos (si es que
alguna vez la mantenía).
decía al principio de este artículo, hasta no hace mucho yo era un negado para
hacer contactos. Pensaba que pedir ayudar era signo de debilidad y que debía
hacerlo yo todo; tenía miedo de que la gente me hiciera daño y no me mostraba
tal y como era ni me atrevía a dar mi opinión; y sufría fobia social, con lo
que me costaba un triunfo mantener una conversación con desconocidos (si es que
alguna vez la mantenía).
He cambiado, y puedo asegurar que
con la ayuda de mucha gente, la vida es bastante más sencilla. Le pregunté a un
amigo dónde podía dar un curso de escritura en Santander y así logré meterme en
el Enclave Pronillo (les mandé un proyecto y mi currículum, y me cedieron un
aula); una amiga, mientras tomábamos unas cervezas, sin yo pedírselo, me
organizó una charla en Eureka Santander, una asociación cultural donde
colaboraba, y al dueño le gustó tanto que me salió un taller (recuerda:
esmérate en tu trabajo). Un chico que asistió a esa charla, meses más tarde me
pasó un contacto para organizar un cursillo en la UIMP (Universidad
Internacional Menéndez Pelayo) sin que yo se lo pidiera. Les mandé mi
currículum y un proyecto, y les gustó.
con la ayuda de mucha gente, la vida es bastante más sencilla. Le pregunté a un
amigo dónde podía dar un curso de escritura en Santander y así logré meterme en
el Enclave Pronillo (les mandé un proyecto y mi currículum, y me cedieron un
aula); una amiga, mientras tomábamos unas cervezas, sin yo pedírselo, me
organizó una charla en Eureka Santander, una asociación cultural donde
colaboraba, y al dueño le gustó tanto que me salió un taller (recuerda:
esmérate en tu trabajo). Un chico que asistió a esa charla, meses más tarde me
pasó un contacto para organizar un cursillo en la UIMP (Universidad
Internacional Menéndez Pelayo) sin que yo se lo pidiera. Les mandé mi
currículum y un proyecto, y les gustó.
Es obvio que a medida que mejoras en
tu trabajo (tienes mejor currículum), más puertas vas a ser capaz de abrir. Trabaja para ser muy bueno en
lo que haces y pide ayuda para ir ampliando tu radio de acción.
tu trabajo (tienes mejor currículum), más puertas vas a ser capaz de abrir. Trabaja para ser muy bueno en
lo que haces y pide ayuda para ir ampliando tu radio de acción.
Mantengo este blog, que ayuda a
gente que no conozco de nada; me suelo volcar en alumnos muy interesados en
escribir pero inseguros (yo estuve allí, y recuerdo lo mal que se pasa); soy
espectador de prueba de cortos de amigos y me leo algún guión. Hasta ahora no
lo había hecho, pero voy a tirar de contactos para documentarme para mi
siguiente novela, y ya estoy buscando entre mis contactos a lectores de prueba
para la novela que estoy acabando.
gente que no conozco de nada; me suelo volcar en alumnos muy interesados en
escribir pero inseguros (yo estuve allí, y recuerdo lo mal que se pasa); soy
espectador de prueba de cortos de amigos y me leo algún guión. Hasta ahora no
lo había hecho, pero voy a tirar de contactos para documentarme para mi
siguiente novela, y ya estoy buscando entre mis contactos a lectores de prueba
para la novela que estoy acabando.
Ábrete al mundo, sé amable y queda
bien, y todo será mucho más fácil.
bien, y todo será mucho más fácil.
Todas las imágenes están libres de derechos y no hace falta atribuir su autoría. Networking (autor: Geralt), manos (SCY), nudo infinito (Rickjpelleg).Siguiente artículo: El precio para tener una carrera literaria (I)
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Hola, Carlos, muy interesante lo que expresas. Has influido en mi forma de ver la escritura. Leyendo tu libro "Atrévete a ser escritor" hubo algo que retumbó en mis oídos "puedo escribir para mí, guardarlo, revisarlo, mejorarlo, no tengo por qué pensar que voy a publicarlo" y Así lo he hecho. Sólo se los he leído a mi hija. Este cambio de mentalidad me ha permitido disfrutar más del proceso.
Cuando dices "… estoy buscando entre mis contactos a lectores de prueba para la novela que estoy acabando", no sé si yo esté en esa lista. Con gusto la podría leer y comentarte lo que pueda llegar a ver.
Saludos
Félix
Enhorabuena por lo que vas aprendiendo de la vida. Muchas felicidades.
¡Muchas gracias Moncho!
Hola Félix. El cambio de mentalidad es algo que ayuda muchísimo, porque escribes más tranquilo y así sale lo mejor de ti.
Gracias por ofrecerte como lector de prueba, pero ya tengo el cupo llego, y en esta ocasión buscaba adolescentes porque mi novela es juvenil (aunque también espero que guste a adultos). Pero te tendré en cuenta para otra ocasión.
Hola, Carlos. ¡Qué bueno que ya conseguiste la ayuda!
Ahora, te comento que yo leo de todo. Cuando uno es padre lo haces con total naturalidad. Todas las noches le leo a mi hija cuentos infantiles. De hecho, me gusta las historias tipo Harry Potter, y lo que escribo tiene ese sabor a lo fantástico, quizá porque quiero divertir a mi hija. Y de Harry Potter he leído todos los libros, e inclusive a algunos los he leído dos veces.
Cambiando de tema. Desconozco si has tratado el punto, y si lo hiciste no me recuerdo ahora. ¿Cómo te sientes con el tema del plagio? Tengo un amigo que conoce casos donde escritores buscan ideas en internet, en foros, en cursos de escritura para encontrar desesperadamente ideas que permitan desarrollarlas ellos. Es decir, están robando ideas de otros. Inclusive un día le estaba contando a mi amigo una idea que tenía para un cuento, y me cortó. "No me digas más", me dijo, "No sabes la cantidad de gente que le gustaría escuchar tu idea para escribirla ellos", sentenció. Me quedé pasmado. Uno no piensa que alguien fuese capaz de robar ideas de otro. Oye, podría ser un cuento "El ladrón de ideas", ¿Qué tal?, ja ja ja
Bueno, éxito con tu novela. Seguro la leeré cuando la publiques.
Un abrazo
Félix
Hola Félix:
Creo que lo poco que he hablado sobre el plagio está en mi libro, sobre lo de registrar o no tus libros cuando estén acabados (en el capítulo sobre cómo publicar). Y no he hablado mucho porque me parece que un escritor tiene que centrarse en escribir cosas nuevas que le apasionen, no en preocuparse de si otros le plagiarán, porque así nunca va a escribir nada.
La ideas, al menos en España, no se pueden registrar, ya que lo que cuenta es el desarrollo de esa idea. En el caso de novelas estás registrando el conjunto (ideas + trama + personajes + estilo + voz…) y puedes denunciar un plagio por una trama excesivamente similiar, o por partes y frases demasiado parecidas a otras ya publicadas. Pero no por ideas.
Yo registro mis obras en Safe Creative (https://www.safecreative.org/), y si me lo pide alguna editorial o agencia, en el Registro de la Propiedad Intelectual. Y mis ideas no las suelo contar más que nada para que no pierdan fuerza y tenga yo ganas de escribirlas. Si las cuento, es a amigos de mucha confianza, y es muy raro que dé detalles concretos.