Inside Llewyn Davis
(EE.UU., 2013, 104 min)
Dirección y guión:
Joel Coen
Ethan Coen
Intérpretes:
Oscar Isaac
Carey Mulligan
John Goodman
Justin Timberlake
Garrett Hedlund
Jeanine Serralles
F. Murray Abraham
«A propósito de Llewyn Davis» es la última película de los hermanos Coen y trata de la vida de un cantante de folk ficticio en los 60, Llewyn Davis, inspirado en los cantantes reales Dave Van Ronk y Ramblin’ Jack Elliott. El film está teniendo unas críticas excelentes, aunque yo me temo que tienen más que ver con el nombre de los directores que con su calidad.
A Llewyn Davis (Oscar Isaac) la vida no le sonríe. Tras disolverse el dúo que tenía con su compañero musical Mike, su carrera en solitario no acaba de despegar y tiene que ir pidiendo favores a amigos para que le dejen dormir en sus sofás. Para complicar las cosas, su amiga Jean (Carey Mulligan), pareja de su amigo Jim (Justin Timberlake), le pide dinero para hacer un aborto de un hijo que no sabe si es suyo; mientras que su hermana (Jeanine Serralles) piensa que es un fracasado que tiene que volver a trabajar de marinero. Llewyn decide ir a Chicago, a ver si cambia su suerte.
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Oscar Isaac |
Estoy llegando a la conclusión de que con los Coen te lo pasas muy bien si te hacen gracia las mismas cosas que a ellos. «A propósito de Llewyn Davis» me recordaba mucho a «Un tipo serio«, aunque era infinitamente mejor porque era más divertida, pero las dos tratan de dos hombres a los que de repente la vida se les tuerce y cada vez se meten en situaciones más demenciales.
La estructura de ésta es mucho mejor, y tiene situaciones muy buenas, pero también hay partes muy aburridas, sobre todo porque los Coen estiran demasiado los tiempos muertos que llevan de una situación a otra, y porque a veces las situaciones buenas duran más de la cuenta, lo que hace que esta película de vez en cuando resulte muy lenta.
Para mí tiene mucha gracia todo lo de Carey Mulligan, y me gusta ir descubriendo qué le pasa a Llewyn, por qué está deprimido y por qué ha comenzado su carrera en solitario. Me encanta la relación con la hermana y lo irónico que es Llewyn describiendo la situación de su padre, aunque la escena del padre me aburre. Del viaje a Chicago, me encanta cada vez que John Goodman habla, y me aburro cuando no lo hace. Las escenas de la casa de los Gorfein me parecen eternas y sólo me hacen gracia cosas puntuales (que el gato es una gata, o el buen rollo que quiere la mujer en su casa). Y me parece muy ingenioso todo lo de volver a trabajar de marinero.
Y el final sí que me hace gracia. Tras tocar fondo, Llewyn vuelve a levantarse tras motivarle un póster de una película de Disney. Entonces enlaza con el principio, pero ahora ya sabes por qué pasa lo que pasa (Llewyn tiene muchas gracias de empezar de nuevo, pero la noche anterior fue un bocazas). Y lo mejor es que de camino a la calle, en ese localucho donde van aspirantes a cantante que no logran nada, aparece uno que confirma el estatus de perdedor de Llewyn: ese cantante no es más ni menos que Bob Dylan.
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