A Roma con amor [5]

Poster original de A Roma con amorTo Rome with Love
(EE.UU., Italia, España, 2012, 112 min)
Dirección y guión:
Woody Allen
Intérpretes:
Woody Allen
Roberto Benigni
Alessandro Tiberi
Alessandra Mastronardi
Penélope Cruz
Jesse Eisenberg
Greta Gerwing
Ellen Page
Judy Davis
Alec Baldwin
Alison Pill
Ornella Muti

Antes de regresar a Estados Unidos con su siguiente película, Woody Allen sigue recorriéndo Europa, y ahora le toca Roma. “A Roma con amor” ha sido un éxito (lleva casi 70 millones de dólares recaudados en todo el mundo), aunque la crítica ha sido tibia. A mí me parece un film irregular, que tiene ideas muy buenas, ideas que te provocan una sensación de déjà vu, e ideas que están desarrolladas a medias; pero Woody Allen ni mucho menos está acabado.

   En “A Roma con amor” Allen ha construido una película coral… porque Roma está llena de historias. Por una parte aparece un hombre normal y corriente, Leopoldo (Roberto Benigni), que de la noche a la mañana se hace famoso y los periodistas le acosan con preguntas idiotas. También aparece una joven pareja, Antonio y Milly (Alessandro Tiberi y Alessandra Mastronardi), quienes han ido a Roma desde su pueblo para que Antonio les presente a unos tíos influyentes a su esposa y éstos le puedan enchufar en un trabajo; pero entre ellos se interpone una pelandusca deslenguada (Penélope Cruz) que puede echar todo al traste. En Roma también viven un estudiante de arquitectura americano con su novia (Jesse Eisenberg y Greta Gerwing), quienes reciben a una visitante: una actriz intelectualoide y sensual (Ellen Page) que pondrá en peligro la estabilidad de la pareja. Y a Roma viajan Jerry y Phillys (Woody Allen y Judy Davis) para conocer a sus futuros consuegros (Fabio Armiliato y Monica Nappo), y allí Jerry descubrirá que su consuegro tiene un don especial para cantar bien bajo la ducha.
   De todas las historias, la de Roberto Benigni me parece la más floja. Tiene una idea de partida hilarante, pero después apenas evoluciona: lo que quiere decir ya está dicho, y pierde la gracia. Si hubiera plantado alguna tensión en el personaje de Benigni, habría estado mejor: está encantado de ser famoso, pero se da cuenta de que está rodeado de gente hueca y de que está perdiendo a su familia… Entonces el comentario no sólo hubiera sido sobre los periodistas, sino también sobre la gente que quiere ser famosa sin mover un dedo.
Judy Davis y Woody Allen en A Roma con amor
Judy Davis y Woody Allen

La historia del matrimonio joven me parece que está llena de ideas y de momentos muy buenos, pero que siempre se quedan a medias: prometen ser muy divertidos, pero no acaban de serlo. Dos casos muy frustrantes, porque no son muy graciosos, son el encuentro en el restaurante, que daba muchísimo juego, y cuando Penélope Cruz se encuentra a un montón de clientes, que se queda en una idea buena sin desarrollo. Y no entiendo cómo han podido coger a ése actor (Antonio Albanese) para hacer de galán de cine.

   Las historias de los americanos están mejor. La del arquitecto y la intelectualoide sí tiene desarrollo, los actores están muy bien, y los comentarios de Alec Baldwin, que tiene muy calada a Ellen Page, tienen gracia. Pero el personaje de Ellen Page me recuerda demasiado al de Scarlett Johansson en “Vicky Cristina Barcelona”, y no comprendo por qué si la novia de Eisenberg sabe que Page tiene ese efecto en los hombres, está tan feliz de tenerla en casa.
   Y la que más me gusta es la de Woody Allen. Aparte de que a mí el Woody Allen actor siempre me ha hecho mucha gracia (aquí tenemos a tres Woodys: el original, Jesse Eisenberg y Alessandro Tiberi), su historia me parece divertidísima, con una idea que me parece genial por lo tonta y ridícula que es. Esta historia se queda un poco coja con el enfrentamiento con el yerno.
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