Ahora me ves… [5]

Poster original de Ahora me ves...Now You See Me
(Francia, EE.UU., 2013, 115)
Dirección:
Louis Leterrier
Guión:
Ed Solomon
Boaz Yakin
Edward Ricourt
Intérpretes:
Mark Ruffalo
Jesse Eisenberg
Isla Fisher
Woody Harrelson
Dave Franco
Mélanie Laurent
Morgan Freeman
Michael Caine
Louis Leterrier es un director especializado en películas de acción que suele trabajar entre Francia y Estados Unidos. Debutó en 2005 con «Danny the Dog», una película que si la pasabas por alto su ridícula premisa era muy entretenida, y del resto las más famosas son «El increíble Hulk» (2008) y «Furia de titanes» (2010). «Ahora me ves…» es su quinta película, y a pesar de tener unas críticas flojas, está funcionando muy bien en taquilla. Yo diría que el secreto de su éxito radica en que una primera mitad muy espectacular y dinámica se mete al público en el bolsillo, y éste perdona una segunda parte bastante más floja e increíble. (Eso, y que los magos roban bancos y a ricos avariciosos, que es algo que nos alegra mucho estos días.)
   J. Daniel Atlas (Jesse Eisenberg), Henley Reeves (Isla Fisher), Merritt McKinney (Woody Harrelson) y Jack Wilder (Dave Franco) son cuatro magos que son reunidos para llevar a cabo una misión especial. En su primera actuación en Las Vegas como «Los Cuatro Jinetes», los magos eligen al azar a un espectador y hacen que se teletransporte a París y robe tres millones de euros de un banco francés. La policía, sabiendo que la magia de verdad no existe, no entiende cómo han podido dar el golpe, y llaman al agente del FBI Dylan Rhodes (Mark Ruffalo) y a la agente de la Interpol Alma Dray (Mélanie Laurent) para que investiguen el caso. «Los Cuatro Jinetes» tienen pensado dar dos espectáculos más, pero Dylan Rhodes ha encontrado un aliado perfecto para detenerlos, Thaddeus Bradley (Morgan Freeman), un antiguo mago que ahora se dedica a desenmascarar magos y que le destripa a Rhodes los trucos de «Los Cuatro Jinetes».
   «Ahora me ves…» tiene una primera mitad entretenidísima, y una segunda mitad mucho peor, que además tiene poco sentido. La primera mitad funciona por lo rápido que va todo y lo vistosa que es: salen estos magos, te hacen trucos muy divertidos (y como es cine, todo es mucho más espectacular que en la realidad: los lazos de Isla Fisher que vuelan y desvelan el portal de teletransportación, el francés aplastado por ese portal, o Fisher flotando en una pompa de jabón), roban bancos, Morgan Freeman te destripa los trucos, y tú te lo pasas muy bien.
Isla Fisher, Jesse Eisenberg, Woody Harrelson y Dave Franco en Ahora me ves...
Isla Fisher, Jesse Eisenberg, Woody Harrelson y Dave Franco
   Incluso en esta parte, todo está pillado por los pelos, pero da igual. Ya partiendo de la base que los magos son magos, no ladrones, por lo que es inverosímil que lograran robar el banco de París.
   Donde se empieza a torcer la película es al final de la actuación en Nueva Orleáns. Aparte de que anula por completo al personaje de Michael Caine (claro, era un ricachón que por ego les financiaba espectáculos a cuatro magos… es lo que hacen todos los ricachones. A saber cómo le convencieron los magos), que hasta entonces parece ser el misterioso benefactor que los reúne al principio, la película se llena de trampas y de giros sin sentido, y no sabes muy bien con cuál de los personajes estar.
   Dos trampas enormes son que Mark Ruffalo sospeche de la francesa, y que descubra que le han pinchado el teléfono. La persecución de Dave Franco no hay quien se la crea (y mucho menos la explicación racional que da Morgan Freeman), el giro final es demencial, y Morgan Freeman, con lo listo que es, ¿cómo no sospechaba nada?
   En esta parte yo no sabía con quién estar, si con Ruffalo, porque aunque los magos eran muy majetes, eran unos ladrones; o con los magos. Seguía sin saber qué buscaban exactamente estos últimos (no sé por qué no dicen el elemento sobrenatural mucho antes, para que realmente quieras que los magos se salgan con la suya), cuando llegaba un momento muy ambiguo: intentaban detener a Dave Franco. Por una parte quería que lo detuvieran, para ver qué estaba pasando, pero por otra no, para que hubiera una tercera función, porque eran divertidísimas.
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