Before Midnight
(EE.UU., 2013, 109 min)
Dirección:
Richard Linklater
Guión:
Richard Linklater
Julie Delpy
Ethan Hawke
Intérpretes:
Ethan Hawke
Julie Delpy
Seamus Davey-Fitzpatrick
Xenia Kalogeropoulou
Ariane Labed
Walter Lassally
Richard Linklater comenzó a contar la historia del americano Jesse y la francesa Céline en 1995 con «Antes de amanecer», donde pasaban un día inolvidable en Viena teniendo veinte pocos años. Cuando parecía que iba a ser un film sin continuación, a los nueve años, y con guión del director y sus protagonistas, Ethan Hawke y Julie Delpy, Jesse y Céline se volvieron a encontrar, en esa ocasión en París y ya metidos en la treintena. Y ahora, otros nueve años más tarde, Linklater los rescata para mostrar cómo es su vida a los cuarenta y pocos. ¿El resultado? Pues tan maravilloso como los dos anteriores.
Jesse (Ethan Hawke) y Céline (Julie Delpy) están pasando las vacaciones de verano en una isla griega con sus hijas gemelas. Jesse acaba de despedirse del hijo adolescente que tuvo con su ex-mujer, y se siente culpable por no tenerlo a su lado más tiempo, ya que él vive en París y su hijo en Chicago. A Céline le acaban de ofrecer un buen trabajo en París, y no sabe si aceptarlo o no, porque en cierto modo sería venderse por dinero; pero no quiere ni oír hablar de ir a vivir a Estados Unidos. Y aunque Jesse y Celine siguen enamorados, la relación sufrirá una crisis.
Me parece que con estas películas si conectas con los personajes, te encantan, pero si no, te parecen insufribles. Yo soy de los que conecta con ellos. Para los que no las hayan visto, muy resumidamente se puede decir que Julie Delpy y Ethan Hawke, que tienen una química enorme, se pasean por paisajes pintorescos hablando por los codos sobre la vida. Y al tiempo que te enamoras de los personajes y te lo pasas muy bien, te hacen reflexionar sobre la condición humana.
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Ethan Hawke y Julie Delpy |
Un gran acierto de la trilogía, que salió de pura casualidad, es que hayan pasado nueve años entre cada entrega, lo que les permite hablar, y con muchísima verosimilitud, de lo es la vida a los 20, a los 30 y a los 40. Y en esta ocasión, para añadir variedad, los protagonistas pasan del amor idílico, cuando parece que solo habrá felicidad, a cuando el amor se vuelve cotidiano, cuando ya llevan años compartiendo sus vidas, y quieran o no, se producen roces.
Para mí la película comienza con mucha emoción, cuando descubro que Jesse y Céline decidieron arriesgarse y dar un giro completo a sus vidas para vivir juntos. Luego se pasean por Grecia recordando cómo eran con 20 años; con sus amigos hablan de lo que es la vida en pareja (no es casualidad que en esa escena aparezcan personajes de varias edades); y hablan de lo que esperan del futuro, que es donde se produce la tensión. Hablan de lo que es ser madre y de lo que es ser padre; de la vida del escritor y de la vida de una mujer trabajadora. Gracias a los diálogos, vas llenando huecos de lo que pasó en los nueve años que separan esta película de la anterior, y ves cómo evolucionó su relación.
Jesse y Céline se meten en una habitación de hotel para, en teoría, pasar una noche llena de pasión, pero pequeños resentimientos del pasado aparecen y las chispas saltas, provocando que se hacen daño mutuamente. Entonces la película acaba en una escena en la terraza del hotel que es absolutamente genial.
Si con 98 años Jesse y Céline siguen dándose paseos y hablando de la vida, allí estaré yo con 91 para verlos.
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