Aprendiz de gigoló [4]

Poster original de Aprendiz de gigolóFading Gigolo

(EE.UU., 2013, 90 min)
Dirección y guión:
John Turturro
Intérpretes:
John Turturro
Woody Allen
Sharon Stone
Sofía Vergara
Vanessa Paradis
Liev Schreiber
«Aprendiz de gigoló» es la quinta película de John Turturro como director. Turturro, que es uno de esos actores que siempre está bien, la protagoniza, y a él se le han unido en el reparto Woody Allen, Sharon Stone, Sofía Vergara, Vanessa Paradis y Liev Schreiber. La película tiene buenos momentos y todo el reparto está muy bien, pero al guión, que también es de Turturro, parece que le falta una reescritura.
   Murray (Woody Allen) va a cerrar su librería, y para ganar algo de dinero, y echar una mano a su amigo Fioravante (John Turturro), decide que éste se haga gigoló y que él será su chulo. Resulta que la médico de Murray (Sharon Stone) quiere hacer un trío con una amiga ricachona (Sofía Vergara), pero no se atreve, así que para ir cogiendo confianza, contrata a Fioravante durante una noche… y es todo un éxito. Fioravante ya tiene dos trabajos: de día es florista, de noche es gigoló de ricas.
Woody Allen y John Turturro en Aprendiz de gigoló
Woody Allen y John Turturro

Si haces un esfuerzo y te tragas lo improbable de la premisa (que Turturro se pueda ganar la vida como gigoló de lujo), «Aprendiz de gigoló» no empieza nada mal. Woody Allen tiene mucha gracia haciendo de, bueno, Woody Allen, y John Turturro resulta muy tierno; y el primer encuentro con Sharon Stone está muy bien, con cliente y gigoló nerviosísimos. Luego, cuando la popularidad de Turturro se va extendiendo, la película comienza a fallar porque debería ser muy divertida, pero es muy sosa. A partir de entonces, en esa trama hay algún momento bueno con Allen, y está bien la escena del trío, pero el resto se queda a medias.

   Cuando la narración ha avanzado un poco, te das cuenta de que lo del gigoló es simplemente un MacGuffin para contar la historia de Vanessa Paradis. Paradis es la joven viuda de un rabino, y desde que murió su marido, dos años atrás, no ha vivido. Paradis transmite muchísima fragilidad, y la relación con Turturro, que en general es demasiado precipitada, va alternando momentos muy bonitos (lo del pescado, la escena en el parque), que supongo que era el tono que quería lograr el director en toda la historia, con partes aburridas. Por ahí aparece Liev Schreiber, que hace de un policía judío enamorado de Paradis, en una historia que tardas mucho en comprender. Al juicio de los rabinos le pasa lo mismo que a la historia del gigoló, que debería ser muy divertido, pero que no lo es mucho. Y al final, Paradis cambia de parecer porque a Turturro le da la gana, y así cierra esa trama.
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