Bajo la misma estrella [6]
(EE.UU., 2014, 126 min)
Dirección:
Josh Boone
Guión:
Scott Neustadter
Michael H. Weber
Intérpretes:
Shailene Woodley
Ansel Elgort
Laura Dern
Nat Wolff
Sam Trammell
Willem Dafoe
Lotte Verbeek
Ana Dela Luz
«Bajo la misma estrella» es una de las sorpresas del año. Con un presupuesto muy reducido de 12 millones de dólares, y sin estrellas en el reparto o detrás de la cámara, y con el único tirón comercial de estar basada en un best-seller, el fin de semana de estreno en Estado Unidos se puso en el Número 1, superando a «Maléfica» y «Al filo del mañana«; y en la actualidad ya lleva recaudados más de 220 millones en todo el mundo. Su protagonista, Shailene Woodley, justo antes de ésta estrenó otro taquillazo, «Divergente», por lo que parece que este año va a consolidar su carrera.
La adolescente Hazel Grace (Shailene Woodley) tiene un cáncer terminal de pulmón, y su madre (Laura Dern), que se piensa que está deprimida, la obliga a participar en un grupo de apoyo. A pesar de ir a regañadientes, allí conocerá a August Waters (Ansel Elgort), un chico que perdió una pierna pero que ya se ha recuperado del todo, y comenzará a salir con él, aunque saben que lo suyo se puede acabar en cualquier momento, de la peor forma posible.
«Bajo una misma estrella» es muy irregular: tiene grandes actuaciones, está llena de momentos muy emocionantes y emotivos, es divertida, y tiene un tema muy optimista de seguir adelante pase lo que pase, pero la construcción de la trama es un poco endeble, trata demasiados temas que al final se quedan cojos, y el personaje de Willem Defoe no hay quien se lo crea.
La pareja protagonista te cae muy bien, y el comienzo de su historia de amor es muy bueno, con momentos muy divertidos (aunque yo no acabo de entender cómo les puede gusta un libro que por lo que cuentan parece insufrible). Pero en cuanto la narración echa a andar, de vez en cuando te meten elementos muy forzados para que siga adelante, y normalmente te los enmascaran como sorpresas.
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Shailene Woodley y Ansel Elgort |
Pasa con el viaje a Amsterdam. Primero te plantan que Hazel Grace no quiere sigue adelante con la relación, y ves que los padres distancian a los chicos. Todo apunta a que el sueño de Hazel de viajar a Amsterdam no va ser posible… pero de repente, todo se soluciona. Si los padres de Hazel estaban distanciando al chico para la gran sorpresa, pues qué retorcidos eran, y eso que su hija se estaba muriendo. Lógicamente, el problema es del guión, que no tiene consistencia de un momento a otro.
En Amsterdam pasa algo parecido. Después de una secuencia muy bonita en un restaurante, los chicos van a visitar al famoso escritor que tanto les fascina, y no es lo que pensaban. Sin develar mucho, es increíble que su secretaría, conociéndole, amañara todo con la esperanza de que el hombre cambiara repentinamente. Y sin venir a cuento, la mujer invita a los chicos a que vayan con ella a visitar la casa de Ana Frank, que por cierto, es un momento muy bueno.
Y entonces, sin estar preparado ni justificado que se dé en ese momento, hay una bomba que lo cambia todo; lo que da pie a una parte final muy lacrimógena que no está nada mal. Ahí vuelve a fallar el personaje de Willem Dafoe, porque es increíble que aparezca al final para entregar algo que podía haber hecho por e-mail; pero es que es increíble que incluso moviera un dedo por los chicos. Aquí también lo enmascaran de sorpresa, para lograr un final muy emocionante.
En cuanto a los temas, me parece que hay dos que están simplemente apuntados. Supongo que en la novela estén más desarrollados, porque aquí su desarrollo es muy precipitado, y hay momentos que se entienden a medias, y pierden emoción. El primero es que los chicos con cáncer están tan hiperprotegidos, que los padres pueden llegar a asfixiar a sus hijos. Por eso la acusación del escritor, o la escena en la gasolinera, cuando el chico quiere hacer las cosas por sí mismo. Y el segundo es que la vida de madre de Hazel es cuidar a su hija, y por eso tiene miedo de que muera; porque cuando lo haga, su vida ya no tendrá sentido (es lo que piensa Hazel). Al no haber visto bien este tema a lo largo de la película, un momento que debería ser muy emotivo con Laura Dern hacia el final, pierde fuerza.
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