Código fuente [8]

Cartel original de Código fuenteSource Code
(EE.UU., Francia, 2011, 93 min)
Dirección:
Duncan Jones
Guión:
Ben Ripley
Intérpretes:
Jake Gyllenhaal
Michelle Monaghan
Vera Farmiga
Jeffrey Wright

 

Duncan Jones está ganando mucho prestigio como director de ciencia ficción. Tras “Moon”, una película británica que llamó la atención de los críticos en 2009 y que ganó el Bafta al Mejor Debutante Británico; Jones ha logrado saltar a Estados Unidos con su segundo largometraje. “Código fuente” es un film bastante barato (según Box Office Mojo, 32 millones de dólares. Barato para lo que maneja Hollywood), y se nota, pero es tan imaginativo y entretenido que te tiene al borde de la butaca de principio a fin. Y eso es muy difícil de conseguir.

   Colter Stevens (Jake Gyllenhaal) se despierta sobresaltado en un tren. Frente a él está Christina (Michelle Monaghan), una chica que lo trata como si lo conociera y lo llama Sean. Colter no entiende nada. Saca su cartera y allí lleva documentación, con foto, de un tal Sean Frentress, que obviamente no es él. Asustado, Colter va al baño y al mirarse al espejo, ve al hombre que aparecía en su cartera. Algo muy raro está pasando.

   Si ese principio no te atrapa, es que no te gusta este género. Lo que viene a continuación es la explicación de lo que está sucediento. El mayor riesgo que tenía “Código fuente” es que fuera repetitiva, pero Jones y su guionista, Ben Ripley, se preocupan de ir variando los acontecimientos, ampliando la información, y de añadir cada cierto tiempo giros que hacen más interesante lo que sucede dentro y fuera del tren.

Michelle Monaghan y Jake Gyllenhaal en Código fuente
Michelle Monaghan y Jake Gyllenhaal

A medida que avanza la película, crece la empatía por Jake Gyllenhaal (qué actor. Es tan bueno como su hermana Maggie), Michelle Monaghan cada vez resulta más encantadora (a Monaghan sólo la recordaba de esa aberración que era “La conspiración del pánico”, y me parecía una actriz terrible. Aquí está muy bien), lo que justifica el final y sirve para meter humor porque ella no comprende el comportamiento de Gyllenhaal; y en la parte fuera del tren, la tensión va subiendo al haber una cuenta atrás. Aquí Vera Farmiga se luce.

   “Código fuente” tiene puntos débiles. Los sospechosos del vagón están poco presentados y la misión de Gyllenhaal  es muy vaga (no hay pistas concretas), y cada vez que vuelve al interior, está dando un poco palos de ciego, sin que haya mucha tensión (esto va mejorando con el tiempo). Fuera del tren, Jeffrey Wright es el personaje más desdibujado de todos y es antipático porque tiene que serlo. Y el final me parece que dura demasiado: tras llegar a momentos de muchísima intensidad, la película continúa unos minutos más para cerrar todo perfectamente, sin dejar nada a la imaginación. Resolviéndola así, la película pierde misterio y a mí me parece increíble que los científicos no se hubieran dado cuenta que todo eso.
Con fallos, pero entretenida a más no poder.
5 comentarios
  1. Anónimo
    Anónimo Dice:

    Me pareció bastante entretenida, pero que se le podía haber dado mucho más juego. De todas formas yo no entendí muy bien el final…

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  2. admin
    admin Dice:

    Mmmm, déjame que me acuerde de cómo acababa.
    Vale, si alguien no ha visto la peli, que no se lea este comentario.
    Yo creo que lo bueno era acabar justo cuando se detiene el tiempo, y así el espectador no sabe si va a seguir la vida del protagonista.
    Ahora se sabe perfectamente que el protagonista, o su espíritu, va a seguir vivo en otra dimensión.
    Y el final de Vera Farmiga es otra dimensión.

    Responder
  3. Anónimo
    Anónimo Dice:

    Eso entendí yo, como que se moría pero su alma (o espíritu) seguía vivo en la otra dimensión (en sus sueños de 8 min). Claro, es que veía el futuro, a mi me descolocó un poco que había una imagen que el veía en un edificio o algo asi, que luego se hace realidad.

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  4. admin
    admin Dice:

    Eso era, que al final te dabas cuenta que los 8 minutos en verdad eran otra dimensión, y él vivía en el cuerpo del otro (se veía en el edificio de espejo que no era su cuerpo).

    Responder

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