The Coma [4]

Portada original de The Coma, de Alex Garland

NOVELA
The Coma
(Reino Unido, 2004, 160 páginas)
Alex Garland
con ilustraciones de Nicholas Garland

Sabía que Alex Garland había comenzando su carrera como novelista, pero yo sólo conocía su faceta de guionista. El autor británico debutó en 1996, cuando tenía 26 años, con la novela “La playa”, que se convirtió en un best-seller internacional y de la que años más tarde escribió la adaptación para una horrorosa película de Danny Boyle. En 1998 publicó “Perro negro en Manila”, que no tuvo tanto éxito, pero que fue bien recibida por la crítica. Entonces Garland entró en un periodo en el que sufrió el bloqueo del escritor, y hasta 2004 no volvió a publicar una novela: “The Coma”. Entre medias escribió otro guión para Boyle (“28 días después”, que comienza muy bien pero que tiene una parte final que es un despropósito), y desde “The Coma” no ha publicado nada, y tan sólo ha escrito el guión de la infumable “Sunshine”. O mucho cambian las cosas, o Garland va a ser un caso típico de novelista de un único éxito.
   “The Coma” es una novelita muy corta. La edición británica no tiene las páginas numeradas, supongo que para que no te des cuenta de las pocas que hay, y contiene muchas xilografías de su padre, Nicholas Garland, dibujante del “Daily Telegraph”. El texto, lo que se dice texto, no debe de pasar de las 90 páginas, y eso que tiene unos márgenes muy amplios. Da la sensación que la editorial decidió hincharla para poder publicarla como novela. “The Coma” cuenta cómo un hombre acaba en ese estado después de que cuatro matones le dan una paliza en el metro. El protagonista parece despertar, pero tras unas serie de acontecimientos extraños, se da cuenta que sigue inconsciente en la cama de un hospital, así que intenta salir del coma buscando cosas que le traigan recuerdos de su vida.

La novela empieza bien, con la paliza en el metro (hay detalles muy buenos, como las risas rebotando en los azulejos de las paredes, o que el protagonista se desdoble –la novela está narrada en primera persona-, como hizo en su infancia, y vea el incidente desde afuera), pero pronto decae el interés. El problema es que el hombre tiene amnesia y el lector tampoco conoce el pasado el personaje. Esto que hubiera podido funcionar en una película, porque un buen actor transmite muchas emociones, hace que “The Coma” fracase. Durante todo el libro, como no conocemos al protagonista, lo que pueda pasar da un poco igual. Además, la novela no va sobre cómo este hombre descubre su pasado. El lector tiene la misma cantidad de información al principio que al final. Y sucede lo mismo con el resto de los personajes, que son meros esbozos.

   Si algo logra Garland es una atmósfera extraña, con imágenes notables, como todo el episodio de las vendas ensangrentadas (me encanta cuando compara la sangre con un coral o una anémona), el momento en el que describe una sensación parecida a estar bajo el agua, o cuando un edificio se transforma en un vagón de metro. La parte en la que el protagonista no sabe si es realidad o sueño es muy forzada (hay un momento muy torpe en el que uno de los personajes sale corriendo a comprar leche sin contestar al protagonista); pero hay una subida del interés a mitad, cuando el hombre intenta salir del coma. En cambio, no sé a quién le puede interesar toda la parte final, que está estiradíiiiiiiisima. Una vez acabada la novela, no se sabe muy bien qué quería contar Garland.
   “The Coma” tiene una premisa atractiva, pero unos personajes endebles y una trama casi inexistente la hacen aburrida y muy poco interesante.
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