Crazy Heart
(EE.UU., 2009, 112 min)
Guión y dirección:
Scott Cooper
Intérpretes:
Jeff Bridges
Maggie Gyllenhaal
Colin Farrell
Robert Duvall
Esta es una de esa películas muy pequeñitas (tan sólo costó 7 millones de dólares), que estuvo a punto de ir directa al dvd, pero que alguien con buena vista decidió estrenar en cines. Fox Searchlight Pictures, la filial para films independientes de la Twentieth Century Fox, vio que “Corazón rebelde” tenía calidad y compró los derechos de distribución cinematográficos, y gracias a ello ha conseguido que sea un éxito de taquilla y haya ganado dos Oscars: Mejor Actor para un inmenso Jeff Bridges y Mejor Canción Original («The Weary Kind», una canción con el mismo tono del film y que está muy bien integrada en la trama).
Otis “Bad” Blake (Jeff Bridges) es una vieja gloria del country que sobrevive dando conciertos en locales pequeños en pueblos del medio oeste. En uno de ellos conoce a Jean (Maggie Gyllenhaal), una aspirante a periodista que no ha tenido suerte con los hombres, con quien empieza una relación. Jean y su hijo pequeño harán que Blake intente encauzar su vida.
La película ha sido comparada con “
El luchador”: las dos retratan a perdedores que se enamoran de mujeres más jóvenes con las que esperan rehacer su vida; las dos tienen unas actuaciones que te dejan boquiabierto; las dos son melancólicas y tienen escenas con muchísima emoción; y las dos son estudios de personajes entretenidos (no sé por qué los estudios de personajes tienen que ser un peñazo, que es lo que suelen ser). Y aunque “Corazón rebelde” me gusta, el film de Aronofsky me parece mejor, a pesar de lo precipitado que era el final.
Los problemas que le veo son que tarda en empezar, que a veces va demasiado deprisa, y que el alcoholismo del Bridges no está bien presentado; los tres están relacionados. La película no comienza realmente hasta el encuentro de los protagonistas, por lo que durante los primeros minutos, una vez que conocemos a Bridges, hay un parón de la acción, y casi se puede decir que presentan dos veces al personaje. Tal vez Gyllenhaal debería haber aparecido en la primera actuación para dar pistas de que se gustaban. Una vez que se encuentran, el principio de la relación es demasiado apresurado; tras una entrevista en la que no se entreven sus sentimientos, empiezan a salir juntos.
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Jeff Bridges y Maggie Gyllenhaal |
La parte central funciona mejor. La secuencias con Colin Farell cuentan mucho del pasado del protagonista con sutileza y la relación entre Bridges, Gyllenhaal, y su hijo está muy bien, gracias a la química de los actores (y a que son excelentes). Pero el problema del alcoholismo no está bien mostrado, y cuando Bridges los deja por primera vez para ir a cantar, Gyllenhaal le suelta que vivir con él es como vivir con una cascabel, lo cual es incomprensible porque la relación ha ido de maravilla. Más tarde, uno se da cuenta de que el whisky que Bridges se tomaba tenía mucha más importancia de lo que parecía. Por eso, la resolución, además de que la secuencia que la provoca es muy torpe, es demasiado precipitada.
Pero incluso si la película fuera un desastre, merecería la pena verla sólo por Bridges. El actor tiene una presencia tan grande que da igual lo que haga, siempre va a llenar la pantalla. Aquí resulta muy divertido y tierno y es imposible no sentir muchísima empatía por el personaje. A la quinta nominación de su carrera, Bridges ha ganado un merecidísimo Oscar.
Se lo perdono todo. Me encantó.
A mi me gusto por la musica. Reconozco que el actor esta esplendido, pero sabia lo que iba a pasar, Y ACERTÉ…para mi gusto regular.
Yo coincido con el "7" dado. Desde luego me pareció algo más que regular, aunque no perfecta.