Reseña: «El día del dragón», de Gabriella Campbell y José Antonio Cotrina

Reseña de El día del dragón, de Gabriella Campbell y José Antonio Cotrina

NOVELA

El día del dragón
(España, 2016, 342 páginas)
Gabriella Campbell
José Antonio Cotrina 
Ilustraciones de Lola Rodríguez
 

Además de ser correctora profesional, Gabriella Campbell es la autora de un par de poemarios, una colección de cuentos de fantasía oscura y un libro para escritores estupendo, 70 trucos para sacarle brillo a tu novela. Por su parte, José Antonio Cotrina empezó a publicar a principios de los 90, pero se consolidó una década más tarde, cuando publicó su primera novela, Las fuentes perdidas, y desde entonces se ha especializado en literatura juvenil. En 2014 Campbell y Cotrina unieron su talento para comenzar a escribir novelas de fantasía juntos, siendo El día del dragón (2016) su segunda colaboración.
Escribir me parece un acto muy solitario, así que no me preguntes cómo se escribe a cuatro manos, pero lo que sí sé es que esta novela es una gozada.

SINOPSIS

Los chavales Fran, Carol y Kang Dae se van de excursión con el colegio a un bosque cercano, con la apasionante misión de coger hojas raras. Allí descubren a un peculiar personaje con capa y paraguas… que va acompañado de un pájaro de fuego. Los chicos le siguen y acaban en una inmensa ciudad subterránea, donde Baltasar, el hombre de la capa, se peleará con la maga Miranda por un huevo de dragón. En plena reyerta, los chavales roban el huevo, sin saber que este les dará poderes y un montón de alocados enemigos.

ANÁLISIS

El día del dragón es un entretenidísimo torrente de imaginación. Y es que los autores son muy buenos encadenando una situación rocambolesca tras otra, y un enemigo tras otro, para que suba la tensión… y la diversión, con un ritmo trepidante y buenos chistes malos (ejem, Kang Dae, el de la bruja de arena es malo sin paliativos).
Tras hacerse con el huevo, los chicos adquieren poderes mágicos que descubrirán más adelante y que les ayudarán a salir de entuertos. Esto a veces está un pelín forzado para que avance la trama: justo en ese momento descubren algo muy útil que saben hacer, o hay una revuelta de ratas en ciernes…
Ocurre lo mismo con otros elementos de la historia, como que el reloj trotamundos se quede sin batería precisamente en un mundo de robots (aunque les cuesta, sabes que allí, de alguna manera, lo van a poder cargar; haz que se quede sin batería en el mundo de las cucarachas, y me estaré preguntando cómo van a salir de allí), o la coña que hacen con que el duque Nefastísimo ha encontrado los componentes necesarios al final para acabar con el mundo. Esto no importa mucho, ya que los autores han priorizado que la historia tenga un ritmo muy rápido.
Fantasía infantil, El día del dragón, de Gabriella Campbell y José Antonio CotrinaCuando los chicos regresan al colegio son llamados al despacho del director, un hombre aficionado a tener bichos vivos en terrarios, acuarios y recipientes terminados en -ario. Campbell y Cotrina aprovechan esa circunstancia para que se arme una buena en el despacho: Miranda, la maga que va tras el huevo para dominar el mundo, hace que muten los animalejos, y de nuevo se pelea con Baltasar, el hombre vanidoso que quiere el corazón del dragón para ser eternamente joven y bello.
A partir de entonces aparecen dos personajes excéntricos más que quieren el huevo: el chef Flamígero Flambeau, quien vive en una mansión en las nubes y tiene a roedores como sirvientes, y el duque Nefastísimo y su caimán, que está obsesionado con destruir el mundo.
A medida que avanza la trama, además de pasártelo bomba, los autores te dan pinceladas de los protagonistas, para que aún te caigan mejor (y en el caso del muy hambriento Kang Dae, te haga más gracia con esa familia multitudinaria que tiene) y sepas cómo apareció la ciudad subterránea donde se encontraba el huevo.
Tras una revuelta graciosísima de ratas (es la escena que más me gusta por lo que me hizo reír, sobre todo con lo del ostracismo y las acciones subcontratadas producto de arrendamiento), los chicos se hacen con un reloj que les permite viajar a otros lugares, lo que aprovechan Campbell y Cotrina para crear más aventuras.
Algunas son muy breves que o bien sirven para hacer un chiste (como el gusano gigante) o para hacer un chiste en el futuro (como las cucarachas enormes), pero hay una muy larga e imaginativa en un mundo de robots.
Por fin los chicos llegan al clímax, donde tendrán que vérselas con el duque Nefastísimo. La acción es trepidante, y algo que me gusta mucho, Campbell y Cotrina utilizan elementos anteriormente plantados para desarrollar los acontecimientos y cerrar la novela.
El día del dragón se vende como novela infantil, pero si tienes un espíritu juguetón, da igual qué edad tengas; te va a encantar.Consigue El día del dragón en Amazon.es

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