Dredd
(EE.UU., Reino Unido, India, 2012, 95 min)
Dirección:
Pete Travis
Guión:
Alex Garland
Intérpretes:
Karl Urban
Olivia Thirlby
Lena Headey
Wood Harris
Me sorprende muchísimo que “Dredd”, que es una película aburrida y bastante floja, esté recibiendo buenas críticas. La única explicación que le encuentro es que la gente se acuerda de la versión de Stallone de 1995, que no gustó absolutamente a nadie, y en comparación ésta les parece un film decente. Pero de ahí a decir que es buena hay un buen trecho.
“Dredd” está basada en un comic británico de John Wagner y Carlos Ezquerra sobre un juez que vive en un futuro bastante deprimente en una megalópolis americana donde el crimen campa a sus anchas. Para esta ocasión han contratado a Pete Travis como director (su película más famosa es “En el punto de mira. Vantage Point” -2008-, que no es que tuviera una críticas gloriosas) y a Alex Garland de guionista, un escritor que a finales de los 90 parecía que se iba a comer el mundo editorial y del cine, pero que se ha quedado en nada.
En un futuro distópico, existe una megalópolis en Estados Unidos donde habitan 800 millones de personas y donde el crimen está descontrolado. Para intentar mantener algo el orden, los jueces tienen la facultad de detener, juzgar y ejecutar sentencias en el acto. Dredd (Karl Urban) es uno de esos jueces, y mientras pone a prueba a una chica que puede leer mentes (Olivia Thirlby) pero que no ha pasado el examen para ser juez, ambos acaban encerrados en un rascacielos donde una sanguinaria narcotraficante, conocida como Ma-Ma (Lena Headey), quiere acabar con ellos.
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Karl Urban |
Lo mejor de “Dredd” es una ambientación excelente y que dibujan muy bien cómo es ese futuro y ese rascacielos; el cambio que sufre la chica, que se da cuenta de que la ley no siempre ha de seguirse a pies juntillas; y algunas escenas muy imaginativas (estoy pensando en las escena alucinógenas y el poder de la chica); pero la película es como ver “Jungla de cristal” sin humor, sin personajes que te interesen, y lo que es peor, sin tensión.
Por Dredd es imposible que sientas nada porque solo le ves la boca y evita a toda costa mostrar sentimientos. Además, en la presentación te lo muestran como un
robocop salvaje y sabes que va a salir de esa, que no es un tipo normal metido en un gran aprieto, que era uno de los motivos por los que funcionaba tan bien “Jungla de cristal”; y para más inri, no tiene a nadie que le importe en ese rascacielos. (Y hablando de “
Robocop”, en la película de Verhoeven se molestaban en crear un personaje que fuera humano, mientras que aquí les da igual.) Encima, cada vez que hay un ataque, los protagonistas se libran muy fácilmente, y en demasiadas ocasiones los pueden matar y no lo hacen. Por estos motivos, cada vez que se centran en cómo van a salir de ese edificio, que es el 90% de la película, “Dredd” es aburrida.
El clímax, que tiene un giro interesante, está muy torpemente resuelto, y eso que ahí tenían elementos que podían utilizar para hacer algo como esto: Dredd aún no se fía de la chica, pero en el clímax ella lee la mente de Ma-Ma y Dredd decide hacerle caso, y los acontecimientos posteriores demuestran que la chica tenía razón por lo que Dredd termina con aprobarla. Pero en la película todo es bastante más zafio e increíble.
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