El árbol de la vida [6]

Cartel original de El árbol de la vidaThe Tree of Life
(EE.UU., 2011, 139 min)
Dirección y guión:
Terrence Malick
Intérpretes:
Brad Pitt
Hunter McCraken
Sean Penn
Jessica Chastain
Fiona Shaw

 

No me gusta Terrence Malick. Exceptuando “La delgada línea roja”, que me encanta, su cine me parece visualmente muy bonito pero con muy poca fuerza, con momentos estirados hasta el infinito, lo que dificulta seguir la trama. Y siempre me da la sensación de que Malick se ha fumado una plantación de maría antes de ponerse a rodar. (“La delgada línea roja” funciona porque tiene muchísimos puntos de vista en un contexto, una guerra, que crea tensión por sí mismo.)

   Con “El árbol de la vida”, que tuvo unos problemas enormes para lograr financiación y durante la posproducción, Malick ganó la prestigiosísima Palma de Oro en el pasado Festival de Cannes, y teniendo en cuenta lo peculiar que es, le está yendo en taquilla de maravilla (en España se puso la primera el fin de semana de estreno. Lógicamente la gente pensaba que iba a ver una película de Brad Pitt, y no tenían ni idea de quien es Terrence Malick).
   “El árbol de la vida” tiene una parte central magistral. Después de torturar al espectador con la historia de la creación… a tiempo real, Malick cuenta la formación de esa familia, el crecimiento de su protagonista hasta que tiene 13 años y la relación con su padre. Y es un golpe de genio tras otro y otro; en unas escenas que tienen una potencia emocional enorme. Esa parte debe de durar una hora, pero llega un momento en el que Malick deja de añadir nueva información y se hace repetitiva.
   El principio de la película también tiene mucha fuerza, pero en cuanto te estás metiendo en la historia, Malick te endilga la eterna creación de la vida en la Tierra, y es imposible no salirse. El final, que da sentido a la película, aparte de ser horterilla, no funciona porque las acciones, a lo largo de todo el metraje, están tan estiradas que es muy difícil ver la evolución de los personajes, y el personaje de Sean Penn está poco desarrollado.
   El problema de “El árbol de la vida” no es su estructura, que a mi me parece la correcta, o que sea pretenciosa y muy críptica. El problema es que es demasiado larga y Malick no resalta la información importante, y eso la hace incomprensible y muy aburrida para la mayoría.
   Un tema relativamente fácil de ver de “El árbol de la vida” es que la muerte por dolorosa y caprichosa que nos parezca, es parte de la vida; y hasta que no lo asumamos, no vamos a encontrar la paz. Esto se ve en el personaje de la madre (Jessica Chastain) y en la parte de la creación.
   Jessica Chastain comienza la película reflexionando que hay dos formas de vivir la vida, la de la naturaleza, que es caprichosa, y la de la gracia divina, que es perfecta. Cuando su hijo muere con 19 años, no entiende nada. Ella que seguía el camino de la gracia es incapaz de comprender por qué Dios ha hecho eso. Esto mismo se repite a mitad de la película, cuando el chaval descubre la muerte al morir un compañero suyo, y no sabe por qué Dios deja que suceda algo tan injusto.
   La parte de la creación, que estaría bien si durase cinco minutos o menos, es una idea muy buena para representar a Dios, o lo que sea que creó el universo (no vas a meter a un viejo con barbas), y muestra cómo llegó la vida a la Tierra y la idea que tenía Chastain del camino de la naturaleza. Si no te duermes, ves que al final aparece la muerte. El dinosaurio de la playa está moribundo porque algún animal le ha arrancado a mordiscos parte de la tripa. En el siguiente plano aparecen unos tiburones prehistóricos nadando. En este caso, la muerte del dinosaurio tiene sentido, porque supone la vida para los tiburones.
Hunter McCraken en El árbol de la vida
Hunter McCraken

Pero la siguiente escena, la de los dinosaurios en el río, rechaza esta idea. El dinosaurio herido, que parece estar a punto de convertirse en comida para el otro, se salva sin ninguna explicación. Todo esta parte acaba con una Tierra llena de vida, y entonces llega un meteorito y provoca un tsunami.

   Al final, cuando Sean Penn se reencuentra con su pasado (no es el cielo. Si fuera el cielo, Sean Penn se no vería a sí mismo de niño), la madre, feliz, reconoce que se dio cuenta de que no tenía que pedirle ninguna explicación a Dios por la muerte de su hijo, que simplemente había sucedido, y eso le quitó un peso de encima.
   Del personaje de Sean Penn se ve muy bien la ironía de que a pesar de que vio que el camino que defendía su padre fracasó (abandonó su carrera musical para luchar por el dinero), acaba siguiendo sus pasos y triunfa, pero eso no le da la felicidad. El problema que tengo con el personaje de Penn es que no sé qué le hace revisar su pasado y hacer las paces con su padre (o reconocer que su padre era muy duro pero que lo que hacía, lo hacía con buena intención), y qué descubre que le haga feliz y cómo va a cambiar su vida. Y sin esa información, se me queda coja la película.
4 comentarios
  1. Anónimo
    Anónimo Dice:

    Origen es mala porque se complica sin necesidad, en cambio esta debe ser sencillita. Solo vale la pena la parte de la historia familiar, digamos que como película merecería un 6,5-7. El resto de la película es tan interesante como ir pasando los fondos de pantalla del Windows (que si, son muy bonitos)

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