El fruto del baobab [8]

Portada de El fruto del baobab, de Maite Carranza
NOVELA
El fruto del baobab
(España, 2013, 350 páginas)
Maite Carranza
Aunque Maite Carranza es uno de los pesos pesados de la literatura infantil y juvenil española, «El fruto del baobab» es una novela para adultos. La autora en los años 80, cuando comenzaban a llegar los primeros inmigrantes gambianos a la provincia de Barcelona, sintió curiosidad por ellos, y en especial por los casos de ablación. Carranza fue coleccionando recortes de prensa, mientras pensaba escribir un guión sobre la integración de los gambianos en Occidente, pero fue posponiendo el proyecto por falta de tiempo para documentarse adecuadamente, hasta que su agente literaria la animó, y Carranza se puso a ello en 2010, con viaje a Gambia incluido. El resultado es esta novela.
   Para dejar atrás su pasado, Lola, una pediatra que treinta y nueve años que acaba de romper con su novio, se ha mudado a Mataró. En su nueva consulta conoce a dos mujeres gambianas: Aminata y su hija adolescente Binta. Al explorar a Binta descubre horrorizada que le hicieron la ablación. A medida que conoce al resto de la familia, Lola sospecha que la hija pequeña, Fatou, corre el riesgo de que le hagan lo mismo que a su hermana, pero ¿puede Lola hacer algo para impedirlo?
   Maite Carranza utiliza a tres personajes que se van intercalando para contar la historia. Por una parte está la española Lola, quien ve que el tiempo se le acaba para ser madre porque está a punto de cumplir cuarenta y su novio la ha dejado. A medida que va recuperándose del golpe, Lola se irá involucrando en las vidas de una familia gambiana para evitar que le hagan la ablación a una niña de seis años.
   Luego está Aminata, una mujer de treinta y pocos años, quien nació y se crió (y sufrió la ablación) en Gambia, y que vino de adulta a Mataró, por lo que mezcla recuerdos de su pasado en África con su nueva vida en Barcelona, un lugar del que, aunque se siente a gusto, no acaba de comprender todas las costumbres.
   Y por último aparece Binta —en la única parte escrita en primera persona—, la hija adolescente de Aminata, quien vivió pocos años en Gambia, pero los suficientes para que le hicieran la ablación, y que se ha integrado por completo en Barcelona. Binta está preocupada porque se ha enamorado por primera vez de un chico, y se angustia al saber que es una mujer cortada, y no sabe si podrá alguna vez disfrutar del sexo.
   (También aparecen unos capítulos dedicados a Rama, la madre de Aminata que fue repudiada por su tribu; y un pequeño capítulo en primera persona de Fatou, la hermana de seis años de Binta que corre el riesgo de que la corten. Pero el grueso de la novela son las tres protagonistas de arriba.)
   Lo que me parece más endeble es el arco narrativo de Lola, porque lo que le pasa al personaje es bastante menos interesante que lo de las mujeres africanas (la relación con su amiga-enemiga, que es la que indica el cambio del personaje, y con su ex tienen muchísima menos fuerza que el resto de la novela). Además, la primera parte es previsible, ya que es obvio que el marido de Aminata quiere llevar a su hija pequeña a Gambia para que le hagan la ablación; la mujer se sorprende mucho al descubrirlo, aunque el lector ata cabos muchísimo antes. En esa parte está poco trabajado cómo Aminata descubre el viaje a Gambia: va a la agencia de viajes, y simplemente porque al hombre le gusta, le cuenta la verdad («Una mujer tiene derecho a saber qué hace su marido», le dice él a ella). A mí me parece un recurso demasiado fácil para hacer avanzar la trama.
   De Lola, lo que más me gusta es lo bien dibujado que está el personaje: se angustia porque se le echa el tiempo encima y no parece que pueda tener hijos, y eso fue precisamente lo que provocó la ruptura con su novio Oriol; y me encanta la relación que tiene con su madre, que es lo opuesta a ella. Pero lo mejor son pasos que va dando para ver qué puede hacer para evitar la ablación de la niña, y va descubriendo cómo es la cultura gambiana, y por qué ahí la ablación está justificada y aceptada.
   Del resto de la novela, para mí es fascinante todo lo concerniente a las mujeres africanas (Carranza estudió Antropología en la universidad, y se nota que le encanta): el pasado en Gambia (especialmente buena es la escena de la ablación de Aminata); las dudas de Aminata, quien se encuentra perdida entre dos culturas; y el miedo y la rabia de Binta por ser una mujer cortada.
   Carranza va desvelando lo que ocultan esas mujeres, para así llegar a comprenderlas, al tiempo que ves que hay una cuenta atrás (el viaje a Gambia esconde, además de la ablación, otra cosa terrible), porque el marido gambiano no va dar su brazo a torcer y se va a llevar a su hija; lo que provoca que leas muy deprisa, mientras va asimilando una nueva cultura, y te vas planteando cuestiones sobre las tradiciones y las prohibiciones.
   Y tiene un clímax, donde Aminata decide qué va a suceder, tan emocionante que te pone los pelos de punta.
   Una novela muy interesante, muy recomendable, y muy buena.
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