El imperio eres tú

Portada de El imperio eres tú, de Javier MoroNOVELA
El imperio eres tú
(España, 2011, 554 páginas)
Javier Moro
Antes de ponerse a escribir
libros de no ficción y novelas históricas exhaustivamente documentados, Javier
Moro colaboraba en medios de comunicación, escribía guiones y ayudaba en la
investigación de los libros de su tío carnal Dominique Lapierre y Larry
Collins. En 2011, por su séptimo libro, “El imperio eres tú”, una apasionante
novela histórica de cuando Brasil se independizó de Portugal, ganó el Premio
Planeta.
            A
principios del XIX, al joven Pedro de Braganza y Borbón, príncipe heredero de
los reyes lusos Juan y Carlota Joaquina, le toca vivir unos tiempos convulsos.
A su muy activa vida sexual y vehementes amores, que en más de una ocasión le acarrearán
problemas, se añaden la inestabilidad en el reino de Portugal y las ansias de
Brasil por ser un imperio independiente, la enemistad con su hermano Miguel,
quien quiere adueñarse de Portugal ayudado por su manipuladora madre, su
carácter contradictorio e impulsivo, y sus deseos de darle una constitución
liberal a Brasil, pero sin él perder poder.
Es
impresionante el trabajo de documentación que llevó a cabo Javier Moro en esta
novela. Cuando comencé a leerla, me daba la sensación de que era más a un
estudio, muy interesante, sobre la independencia de Brasil que una novela
histórica. La mayoría no estaba mostrado en escenas, sino narrado, y lo que
hacía que visualizaras y sintieras eso que leías eran los detalles concretos
rescatados de la historia real. Moro te daba más y más y más datos verídicos
sobre la época, para que te introdujeras en ese tiempo, y lo único que indicaba
que leías un trabajo de ficción eran los pensamientos de los personajes y las
escenas recreadas o inventadas que aparecían de vez en cuando.
Pero a medida
que avanzaba en la lectura, más me adentraba en una historia que desconocía, y más
fui reconociendo la mano de un gran novelista. A pesar de los muchísimos
detalles y personajes, a estos últimos los tenías identificados sin problemas,
y estaban tan bien caracterizados que conocías sus personalidades y motivaciones;
además, Moro presentaba a otros nuevos, o rescataba a los ya conocidos, en el
momento preciso, sin que interrumpieran el flujo de la narración. Al mismo tiempo,
fui identificando líneas narrativas que conducían el conjunto, y que lo volvían
apasionante. De repente, me di cuenta de que estaba enganchadísimo a esta
novela. No solo el trabajo de documentación era magnífico, sino también el de
estructuración.
Por las
páginas vibraban la sucesión del trono, los tejemanejes de Pedro por mantener
Brasil unido, sus intentos para abolir la esclavitud, las historias de sus cuatro grandes amores (especialmente emocionantes
eran la de la fogosa Domitila, quien fue abriéndose camino, y ganando poder, en
la corte, y la de la emperatriz Leopoldina, cuyas enseñanzas católicas le
hicieron enfermar; y cómo Pedro decidió tenerlas al mismo tiempo como amante y
esposa sin ningún disimulo), las ironías del destino por dar una constitución
liberal a Brasil, y la fascinante lucha contra su hermano Miguel, que era un
eco de cuando eran niños (Moro abre y cierra la novela con esa rivalidad), por
el control del Portugal.
Grandísima,
grandísima novela. No la puedo recomendar bastante.
0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.