El tren de las 3:10 [5]
(EE.UU., 2007, 122 min)
Dirección:
James Mangold
Guión:
Hadsted Welles
Michael Brandt
Derek Haas
Intérpretes:
Russell Crowe
Christian Bale
Peter Fonda
Gretchen Mol
Ben Foster
Con un año de retaso ha llegado a las pantallas españolas este remake de la película homónima de Delmer Daves con Glenn Ford y Van Helflin. Ni una aceptable carrera comercial, ni dos estrella en su reparto, ni unas buenas críticas, ni siquiera dos nominaciones al Oscar (a mejor banda sonora original y mejor sonido) han adelantado su estreno. No sé cómo le habrá ido en la taquilla española, pero en esta época de piratería, estrenar con un año de retraso con respecto al lanzamiento americano, a mí me parece un suicidio.
En esta ocasión toman el relevo James Mangold como director y Russel Crowe y Christian Bale como protagonistas. Mangold es un director que hace películas que no están mal, donde sobresalen sus actores, pero que dejan poca huella en el espectador. Ahí tenemos “En la cuerda floja”, por la que Reese Witherspoon ganó un Oscar, o “Inocencia interrumpida”, por la que Angelina Jolie ganó otró. Y este tren a Yuma no es una excepción en su carrera, el reparto está genial, la película tiene momentos muy buenos, pero dentro de un tiempo ni me acordaré de ella.
La película tarda un poco en empezar, en la presentación a los protagonistas. Yo que no he visto el film clásico no tenía ni idea del argumento. El personaje de Christian Bale está bien presentado (aunque no se sabe muy bien quién es el acreedor), mientras que el de Russel Crowe tarda un poco más y es algo más confuso. Y la película arranca por el minuto veinte, bastante tarde aunque el principio no resulte aburrido.
Una vez comienza la trama, el film se divide en momentos que están bien y momentos aburridos, así que el espectador se pasa 80 minutos diciendo “cómo me aburro, cómo me aburro, ¡vaya, esto está muy bien!”. Y es que el viaje hasta el dichoso tren se hace muy pesado, pero de vez en cuando hay momentos brillantes. Ahí destacan la cena de Russel Crowe en casa de Christian Bale (con la guapa y siempre eficaz Gretchen Mol), el asesinato con el tenedor (tal vez la secuencia mejor preparada de la película), o el sitio en Contention, donde por primera vez hay tensión en un film que debería tenerla desde el principio.
Pero la progresión dramática no es para tirar cohetes. La relación entre Crowe y Bale, que es el pilar de la narración, no avanza prácticamente nada hasta el final, y allí lo hace a trompicones. El resultado de esto (además de hacer que los personajes no importen mucho al espectador), es que la secuencia que cierra el film sea del todo inverosímil.
Y ese niño que aparece en los mejores momentos paras salvar a su padre… no me convence del todo. Desde luego, el personaje mejor dibujado es el de Bale, angustiado porque su hijo lo tome por un cobarde. Pero claro, si no funciona con el antagonista, el resto se cae.
Lo dicho, una película que se puede ver, que es ni fu ni fa, y que al poco pasará al olvido. Las hay mejores. Y también peores.
Lenta, sin mucha trama, pero que te deja buen sabor. Muestra como los buenos no son tan buenos y los malos no tan malos.
Lo que recuerdo son buenas actuaciones y momentos muy buenos.