En un mundo mejor [5]
(Dinamarca, 2010, 119 min)
Dirección:
Susanne Bier
Guión:
Anders Thomas Jensen
Intérpretes:
Mikael Persbrandt
Trine Dyrholm
Markus Rygaard
William Jøhnk Nielsen
Ulrich Thomsen
Posiblemente la película más conocida de la danesa Susanne Bier sea “Hermanos” (2004), de la que Jim Sheridan hizo un remake en 2009. Con “En un mundo mejor”, su undécimo film, Bier logró el Globo de Oro y el Oscar a Mejor Película de Habla no Inglesa. Desconozco el danés, pero debe de ser que eso de “el que mucho abarca poco aprieta” no existe. O si tienen un dicho similar, Bier lo ignora: “En un mundo mejor” tiene demasiados personajes, demasiadas tramas, y trata demasiados temas como para que funcione bien.
Anton (Mikael Persbrandt) es un médico que trabaja en un campo de refugiados en África. En el poblado hay un sádico señor de la guerra que se dedica a abrir el vientre de las embarazadas para conocer el sexo del feto. De vez en cuanto, Anton viaja a Dinamarca, donde vive Marianne (Trine Dyrholm), con la que está en proceso de separación.
Elias (Markus Rygaard) es el hijo de 12 años de Anton y Marianne. Sin que se lo diga a sus padres, un matón lo acosa en el colegio. Pero un día llega un nuevo alumno, Christian (William Jøhnk Nielsen), del que se hace amigo y que le ayudará a vengarse del matón.
A su vez, Christian es infeliz porque su madre acaba de morir de cáncer. Christian se ha mudado con su padre (Ulrich Thomsen) desde Londres, del que cada vez se distancia más.
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Mikael Persbrandt |
Todo eso es el principio de “En un mundo mejor”. En ningún momento es confusa, y tienes identificados a los personajes, pero sí te pregunta de qué demonios va esa película. ¿Qué es lo que realmente le importa a Bier? ¿El acoso escolar? ¿El trauma por la muerte de la madre? ¿La separación de los padres? ¿Es una película sobre las consecuencias de la violencia?
El problema es que cualquiera de estos temas daba para una película completa; y metidos todos aquí, no queda más remedio que tratarlos muy por encima para que quepan. La principal consecuencia es la frialdad que transmite: Bier dedica (o tiene) tan poco tiempo para desarrollar las tramas y presentar a los personajes, que al espectador le da igual lo que pueda suceder. Y lo peor es que hay partes muy forzadas para hacer avanzar las tramas (todo lo relacionado con el matón del colegio, y la venganza contra el matón del taller), y un final que las cierra con demasiada facilidad.
Y es una pena, porque “En un mundo mejor” sí que tiene elementos muy buenos. Empezando por un reparto sobresaliente, donde destaca Mikael Persbrandt, que tiene una mirada excepcional; y momentos puntuales: las secuencias africanas; la relación entre el padre y el hijo; o la del matrimonio a la deriva. Aunque están contadas a brochazos, sí tienen emoción.
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