Four Warned [7]
CUENTOS
Four Warned
(Reino Unido, 1994, 2007, 2010, 2014, 98 páginas)
Jeffrey Archer
Cuando en 1974 Jeffrey Archer se encontró al borde de la bancarrota por un escándalo financiero que le obligó a dejar su escaño en el Parlamento británico, decidió que escribiría novelas para saldar sus deudas de más de 400.000 libras. Si alguien me preguntara, le diría que es un plan tan descabellado como querer hacerse rico asaltando bancos o jugando al bingo. Sin embargo, la jugada, a la larga, le salió redonda: se le calculan unas ventas de entre 250 y 400 millones de ejemplares, y es el único autor que en el Reino Unido ha sido número 1 en las listas de novelas más vendidas (18 veces), de cuentos (4 veces), y de no ficción (por sus memorias sobre el tiempo que pasó en la cárcel por perjurio).
“Four Warned” es un librito de la colección de Quick Reads, esa gran iniciativa británica e irlandesa para incentivar la lectura en adultos que no leen, y que espero que algún día llegue a España: novelas cortas, o colecciones de cuentos, de unas 100 páginas, disponibles en papel y digital, muy baratas, escritas por escritores de renombre, que son fáciles de leer. “Four Warned” recopila cuatro cuentos de suspense y misterio, que habían aparecido previamente en tres colecciones de cuentos del autor, y es ideal para amantes de los giros finales.
“No se detenga nunca en la autovía” (“Never Stop on the Motorway”) pertenece al libro “Doce pistas falsas” (“Twelve Red Herrings”, 1994), y para mí es el más flojo. Cuando Diana, una estresada mujer con un buen trabajo en la City, piensa que le espera un relajante fin de semana en el campo, descubre que alguien la persigue en la autovía con una furgoneta.
Archer deja de lado toda coherencia para escribir un cuento de suspense, con cada vez más tensión, que se lee a toda pastilla y acaba con una sorpresa inverosímil. Está bien cómo caracteriza al personaje y que en seguida la meta en un aprieto, con ella recordando que un asesino anda suelto por esa parte del país y que ataca en autovías, pero por muy 1994 que fuera y no hubiera móviles, no es creíble que ella no sea capaz de pedir ayuda en una autopista llena de coches, y del mismo modo —sin desvelar nada—, es increíble que el asesino se quede donde está sin hacer nada.
“The Queen’s Birthday Telegram”, que apareció en “And Thereby Hangs a Tale” (2010), está basado en un hecho real y resulta muy tierno. Al cumplir 100 años, Albert Webber recibe un telegrama de la reina felicitándolo por llenar a centenario. Tras las celebraciones en su pueblo, espera que su mujer Betty reciba un telegrama similar tres años después, cuando ella cumpla 100. Sin embargo, cuando llega tan esperada fecha, el telegrama de Betty nunca llega, y aunque ella no le da mucha importancia, Albert decide tomar cartas en el asunto, y acabará llevándose una sorpresa.
“Stuck on You” también apareció en “And Thereby Hangs a Tale” (2010) y también está basado en un hecho real. Jeremy está tan enamorado de su espectacular novia Arabella, que cuando ella le propone robar un carísimo anillo de una prestigiosa joyería londinense, él accede. Es un poco precipitado cómo se conocen los personajes y que él acceda tan rápido al robo, pero toda la parte de la joyería es muy buena: sabes que Jeremy está robando el anillo delante de los empleados, pero no sabes dónde lo ha escondido ni cómo es capaz de sortear toda la seguridad del establecimiento, aunque Archer te lo cuente momento a momento. Este también acaba con un giro final ingenioso, que explica todo.
“Don’t Drink the Water” pertenece a “Cat O’ Nine Tales” (2007). Richard Barnsley es un turbio hombre de negocios que viaja a San Petersburgo para cerrar un trato con los rusos que le traerá pingües beneficios. Un día que vuelve a casa, sospecha que su mujer le va a pedir el divorcio, y lo que es peor, que quiere viajar a Rusia con él para sacar tajada y separarse. Como San Petersburgo tiene un grave problema con el suministro de agua potable, Richard decide matar a su mujer envenenándola con agua del grifo. El cuento tarda un poco en empezar, porque Archer cuenta una historia dentro de una historia que realmente no viene a cuento, pero en cuanto arranca, el relato es muy entretenido, y acaba con una sorpresa muy irónica.
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