Frankenstein de Mary Shelley [4]

Poster original de Frankenstein de Mary ShelleyCINEFILIA
Mary Shelley’s Frankenstein
(EE.UU., 1994, 123 min)
Dirección:
Kenneth Branagh
Guión:
Steph Lady
Frank Darabont
Intérpretes:
Kenneth Branagh
Robert De Niro
Helena Bonham Carter
Tom Hulce
Aidan Quinn
Ian Holm
John Cleese

Tras arrasar con “Drácula”, Francis Ford Coppola decidió adaptar otro clásico del terror: “Frankenstein”, de Mary Shelley. Pero en esta ocasión, él simplemente produciría y para que la dirigiera contrató a Kenneth Branagh, un actor y director que por entonces estaba deslumbrando por lo joven y excelente que era (algunos lo llamaban el nuevo Olivier; el tiempo ha demostrado que no lo es). La película tuvo críticas malas, en Estados Unidos pinchó en taquilla, aunque fue un éxito moderado en el mercado internacional. Y a mí me encantaba, hasta que la he vuelto a ver y tengo que dar la razón a los críticos: “Frankenstein de Mary Shelley” es bastante floja.

   A finales del siglo XVIII, el capitán Robert Walton (Aidan Quinn) está intentando alcanzar el Polo Norte con su expedición, y cuando se quedan atrapados en el hielo, encuentra a Victor Frankenstein (Kenneth Branagh), un científico que le cuenta cómo intentando desafiar a la muerte, perdió todo.
   “Frankenstein” tiene un guión malísimo, y Branagh, en vez de pedir otra reescritura (tal vez iban pillados de tiempo y no podían hacer nada), decidió en la dirección hinchar todo; y el resultado es algo muy ampuloso, con algún momento aislado muy bueno, pero un conjunto muy básico y en ocasiones idiota.
   Formalmente, la película está constantemente arriba; a veces baja un poco la intensidad, pero en seguida remonta el vuelo: la música es muy enfática (y eso que la banda sonora de Patrick Doyle me encanta), la steady-cam se desmelena, y los actores, sobre todo Branagh, están al borde del histrionismo. Esa intensidad funciona en determinados momentos (la escena del pararrayos, las dos creaciones; la presentación de Victor en el Polo; un ahorcamiento), pero a la larga es agotadora, y muchas veces no tiene sentido que todo sea tan exacerbado.

   El guión tiene una primera parte en la que recalcan demasiado la obsesión de Victor por resucitar a los muertos, y tiene una evolución muy básica sobre cómo va logrando información. Creo que deberían haber pasado más por encima toda esa información, que además ya te la sabes (¿quién no sabe de qué va “Frankenstein”?), y haberse centrado más en la presentación y desarrollo de los personajes. La relación entre Victor y su hermanastra (Helena Bonham Carter) siempre resulta distante, aparte de que tiene una presentación, cuando son niños, rarísima, que parece irreal y sólo te aleja de la historia; y todo el amor apasionado que ellos sienten, no lo transmiten al espectador. Esa parte termina con un cambio de parecer incomprensible del protagonista: tras crear a la criatura (Robert De Niro) en una escena excelente, decide de buenas a primeras que ya no la quiere.

Kenneth Branagh en Frankenstein de Mary Shelley
Kenneth Branagh

La película se pierde entonces en escenas muy tontas, a veces ridículas, sobre cómo la criatura aprende a leer y toma conciencia de lo que es. Y otra vez, un personaje, en este caso la criatura, de buenas a primeras cambia de parecer: al final decide odiar a su creador. Si fuera que la criatura le pide una compañera, y Victor se niega, pues sería comprensible su actitud, pero no en el momento que aparece en la película.

   El último tramo “Frankenstein” se vuelve una película de psicópatas, en la que un asesino muy hábil acosa al protagonista, y está llena de cosas estúpidas: Justine, una criada, decide echar una siesta en el pajar cuando están buscando a un niño (para que así pueda avanzar la trama de forma muy forzada); Victor decide voluntariamente ir solo al encuentro con la criatura; en la noche de bodas, sabiendo el protagonista lo peligroso que es el monstruo, decide dejar sola a su esposa… De esta parte sólo me gusta la segunda creación y los minutos que la siguen, que me parece que sí tienen emoción y supongo que era lo que quería lograr Branagh con tanta ampulosidad.
   Después regresa al Polo, y otra vez la criatura tiene un cambio de parecer demencial. Y es que la relación entre Victor y el monstruo jamás tiene coherencia.
2 comentarios
  1. sofia martínez
    sofia martínez Dice:

    Definitivamente la novela es un clásico de terror que vale mucho la pena, qué lástima que las adaptaciones la echen a perder. Lo que me recuerda a la recién estrenada serie; Penny Dreadful una serie que habla sobre los orígenes de Frankenstein.

    Responder
  2. admin
    admin Dice:

    De la novela no me acuerdo mucho (tengo una versión que aún no me he leído, que trae el "Frankenstein" que conocemos todos más la primera versión de Mary Shelley), y de las películas la que más me gusta es la de los años 30 con Boris Karloff ("El doctor Frankenstein"; "La novia de Frankenstein" me gusta menos). La de Kenneth Branagh es muy floja.

    Responder

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