Keller on the Spot [6]

Portada de Keller on the Spot, de Lawrence Block
CUENTO
Keller on the Spot
(EE.UU., 1998, 26 páginas)
Lawrence BlockLawrence Block publicó su primera novela en 1958, cuando tenía veinte años, y desde entonces vive de la escritura. Block está especializado en thrillers y novelas de misterio, y ha logrado mucho prestigio entre sus colegas. Sus series más famosas son la del detective privado Matthew Scudder (la más conocida, porque hicieron película, es «Ocho millones de maneras de morir»), y la del ladrón Bernie Rhodenbarr. Y tiene unos libros para escritores divertidísimos, que era por lo que yo le conocía (dos muy buenos son «Telling Lies for Fun and Profit» y «Writing the Novel»).

   En los 90, Block escribió una serie de cuentos sobre un asesino en serie, Keller, para la revista «Playboy» (sí chicos, no es un mito: «Playboy» también tiene letras). Block más tarde creó novelas de esos cuentos, y «Keller on the Spot», que se puede adquirir de manera independiente en digital en Amazon, apareció en la primera novela, «Hit Man» (1998).
   Keller está en Texas para hacer un trabajo. Mientras tantea a su objetivo en una fiesta, ve que un chico que nada en una piscina se está ahogando. Sin pensárselo dos veces, Keller salva al chico, que resulta ser el nieto de su siguiente víctima: Wallace Garrity. La familia Garrity, y en especial Wallace, acoge a Keller con si fuera uno de ellos, y el patriarca incluso le ofrece un trabajo que le cambiaría la vida. Keller está en un aprieto, porque no quiere matar a Garrity, pero la organización para que la trabaja no acepta un no por respuesta. A Keller se le ocurre averiguar quién le contrató para matar a Garrity, y matarlo.
   «Keller on the Spot» tiene ideas muy buenas, y giros muy interesantes, pero le falta desarrollo para que funcione del todo. Si fuera una novela corta, sería mejor: allí Block hubiera presentado sospechosos en condiciones y hubiera preparado el segundo giro.
   Si no conoces al personaje, el principio es muy confuso, porque no sabes qué hace en esa fiesta, y en la presentación de los familiares de Garrity es imposible que te quedes con ningún personaje. El motivo es que lo que realmente le interesa a Block es mostrar el dilema que tiene que hacer frente Keller, no en crear sospechosos.
   El primer giro está muy bien, cuando descubres que ese hombre que trata tan bien a Keller es su objetivo, y que la organización no le va a decir quién pagó por el trabajo. Como realmente no hay sospechosos, Block pasa un poco por encima toda la parte central del cuento, y pasa al siguiente giro.
   Éste es más flojo porque no está preparado, y la información que da ahí te resuelve el cuento sin problemas: ya sabes cómo va a acabar. La parte final funciona no porque te sorprenda, sino por lo humano que demuestra ser Keller.
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