Long Way Home [8]

Portada de Long Way Home, de Michael Morpurgo
NOVELA CORTA
Long Way Home
(Reino Unido, 1975, 150 páginas)
Michael Morpurgo 
Gracias Spielberg por presentarme a Michael Morpurgo con «Caballo de batalla«, porque es un escritor que me encanta. «Long Way Home», publicada en 1975, fue su primera novela, y en ella ya se ven las características más reconocibles de su autor: niños protagonistas en una historia desarrollada en el entorno rural, donde Morpurgo se luce con sus dos puntos fuertes: enlazar los acontecimientos de la trama para que suba la tensión, y crear momentos de muchas emoción.
   George, de doce años, lleva toda su vida pasando temporadas con familias de acogida en las que no encaja, y ahora no quiere ir a una granja en el campo, a vivir con los Dyer en agosto. Tom, el hijo de trece años de los Dyer, no quiere que George venga, porque su familia acoge a un niño todos los veranos, y no le caen bien. Pero George y Tom, y su hermana pequeña, Storme, se harán muy amigos. Desgraciadamente, cuando George se siente como en casa, una serie de acontecimientos amenazará que pueda quedarse a vivir en ese hogar.
   En la primera parte, está muy bien cómo Morpurgo presenta a los protagonistas: cómo George y Tom están muy incómodos (Morpurgo describe muy bien qué es tener esa edad y sentirse a disgusto con algo), pero cómo en seguida George se siente bien por cómo son los personajes (Storme es especialmente libre) y el trabajo en la granja.
   Si «Long Way Home» tiene un fallo, es que los chicos se hacen muy amigos, y la familia lo acoge como a uno más, demasiado rápido. George llega un sábado, y el lunes, cuando ve amenazada su permanencia ahí, se ha integrado por completo, y eso que tenía un carrerón de inadaptación. Ya que el chico iba a permanecer cuatro semanas ahí, me parece que en la primera parte debería transcurrir más tiempo en el que George y Tom gradualmente se fueran haciendo amigos, y George cada vez se sintiera más cómodo con esa familia. No haría falta que Morpurgo escribiera más escenas, pero sí algún sumario donde se viera el paso del tiempo y el nacimiento de la amistad.
   Salvando ese escollo, Morpurgo va enlazando acontecimientos para subir la tensión. Una vez que George sabe que es bien acogido (pensaba que el padre quería contratarle como mano de obra, y casi huye, cuando lo que pasaba era que Tom también recibía una paga por las labores en la granja), y ha superado alguna limitación (el no saber nadar), George y Storme se quedan perdidos en el páramo una noche, aislados por la niebla, lo que da lugar a situaciones muy angustiosas. Cuando la familia los recupera de madrugada, George ya casi es otro Dyer.
   Entonces hay unos giros, lo que provoca que George tenga que abandonar la granja antes de tiempo. Los chicos idean un plan, y George tiene que esperar una carta en su orfanato para ver si ha funcionado. Esa parte funciona muy bien porque ves lo deprimente que ha sido la vida de George, y estás deseando que llegue la carta y todo haya salido bien.
   En el tramo final, Morpurgo sigue guardándose información, y solo sabes lo que sabe George, por lo que estás siempre con el personajes, deseando que esa locura que ha emprendido (y en la que no encuentra más que impedimentos), le salga bien. Hasta llegar a un final que sin ser nada cursi, es muy emocionante.
0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.