Los Boxtrolls [5]
(EE.UU., 2014, 96 min)
Dirección:
Graham Annable
Anthony Stacci
Guión:
Irena Brignull
Adam Pava
Intérpretes (v.o.):
Ben Kingsley
Isaac Hempstead-Wright
Elle Fanning
Jared Harris
Nick Frost
Toni Collett
Simon Pegg
Laika es un estudio especializado en animación stop-motion, y tras «Los mundos de Coraline» (2009) y «El alucinante mundo de Norman» (2012), llega ahora «Los Broxtrolls». La película está basada en la novela «¡Tierra de monstruos!» (2005), de Alan Snow, y aunque visualmente es muy buena, es la peor de las tres.
La ciudad de Quesberg vive asolada por los boxtrolls, unos monstruos que salen por la noche para raptar y comer niños. El exterminador Archibald Birlante le ofrece un trato al alcalde, lord Portley-Rind: si logra acabar con la plaga de troles, recibirá como compensación un sombrero blanco que le permitirá ascender en sociedad. Pero lo que desconoce Quesberg es que tal vez los boxtrolls no sean malos…

Para contar historias, normalmente lo mejor es guardarse información, pero aquí la primera parte chirría precisamente no por haber adelantado algunos datos importantísimos. La película comienza con el ofrecimiento de Archibald Birlante para acabar con la plaga, y por el diseño del personaje, canta a la legua que es el malo (en ningún momento juegan con la ambigüedad); ahora queda saber qué hacen los troles. Por lo que ves, hurgan en la basura y cuidan a un niño pequeño.
En esa primera parte yo no hacía más que preguntarme quién era ese niño; me faltaba la información de que hasta hacía no mucho los troles no eran considerados peligrosos; y no entendía la obsesión de Birlante, quien diez años después seguía en el pueblo cazando a los boxtrolls.
Aparte de lo mal contado que está lo que significan los sombreros blancos (debería saberse mucho antes), creo que el plan de Birlante tendría que abrir la película: el misterio que desvelan hacia la mitad tendría que ser el prólogo. Así entenderías cómo el hombre ha engañado a todo el pueblo para su propio beneficio, y por qué el niño es tan importante.
Una vez que conoces esa información, vienen los mejores minutos porque tienes claro que hay que pararle los pies a Birlante… y hay una fiesta muy divertida (a mí Madame Frufrú me encanta). Pero en el tramo final, vuelven a torcerse las cosas. En el clímax ocurre una sorpresa que es muy previsible; dos personajes cambian de parecer justo en ese momento (y la verdad es que no hacía falta); y la resolución es muy decepcionante: tantas vuelvas para que todo acabe así de fácil.
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