Magia bajo la luz de la luna [6]

Poster de Magia a la luz de la lunaMagic in the Moonlight

(EE.UU., 2014, 97 min)
Dirección y guión:
Woody Allen
Intérpretes:
Colin Firth
Emma Stone
Simon McBurney
Eileen Atkins
Marcia Gay Harden
Hamish Linklater
Jacki Weaver   

Woody Allen viaja a Francia en los años 20 para contar la relación entre un mago escéptico y una médium, en una película pequeñita pero encantadora. Desgraciadamente, «Magia a la luz de la luna» no ha hecho mucho ruido ni con la crítica ni con el público, a pesar de ser mejor que otros éxitos suyos recientes.
   Bajo el famoso ilusionista chino Wei Ling Soo, se esconde el británico y muy escéptico Stanley Crawford (Colin Firth). Tras una actuación en Berlín, un amigo mago, Howard Burkan (Simon McBurney), le cuenta un caso que requiere su colaboración: en la Costa Azul hay una médium (Emma Stone), que supuestamente tiene poderes paranormales, a la que no ha podido desacreditar; así que le pide a Crawford que la investigue para saber si lo que dice es verdad o una farsa. Como Crawford es experto en descubrir a charlatanes, acepta el reto de su amigo.
   «Magia a la luz de la luna» visualmente es muy bonita, tiene buenas actuaciones, explora un tema muy interesante (los escépticos frente a los crédulos), pero tiene una historia de amor un poco forzada, y la trama no está bien construida del todo.
Emma Stone y Colin Firth en Magia a la luz de la luna
Emma Stone y Colin Firth
   Algo muy bueno de esta película es que siempre es interesante. Desde que el amigo le cuenta el caso de la médium, estás deseando que la conozca y haya una sesión de espiritismo para saber si Colin Firth desenmascarará a Emma Stone. Y a medida que Woody Allen te va mostrando más cosas, más te vas convenciendo de que Stone dice la verdad, a pesar de tener una madre (Marcia Gay Harden) más interesada en sacar tajada del don de su hija que en contactar con el más allá.
   A media película comienza a insinuarse una historia de amor, que no es verosímil de todo. Por una parte, se puede entender que Emma Stone no esté enamorada en absoluto de su pretendiente ricachón (y por no aguantar el ukelele, no me extraña que no le quiera), pero de ahí a sentir algo positivo por Colin Firth, que es un cascarrabias sarcástico que no hace más que atacarla, hay un gran paso.
   Y en el caso de Firth, una vez que se ha liberado de la necesidad de encontrarle una explicación racional a todo, lo que más falla es que apenas hemos visto a su prometida, y nos tenemos que creer que es como él, porque Allen no nos la ha mostrado lo suficiente.
   Pero esa historia de amor tiene un momento muy bonito: el del telescopio, que es el que da el título a la película.
   Si vas a verla, deja de leer, que la destripo.
   Lo mejor de «Magia a la luz de la luna» es que Emma Stone engaña a Colin Firth, y éste deja de ser tan escéptico: descubre que no todo tiene por qué tener una explicación racional, y que hay algo de magia en el mundo (un pensamiento con lo que yo estoy de acuerdo). Y está muy bien que la existencia de Dios quede tan abierta: Firth reza para que se salve su tía, y vuelve a ser ateo; y nunca se sabe si la tía se salva por los rezos o por los médicos.
   El problema con la trama es que la traición del «amigo» mago está mal preparada, y la resolución es muy precipitada. Y la justificación de Emma Stone para hacer lo que hacía está bien a medias: tras haber sido descubierta, se defiende diciendo que ayuda a la gente a tener esperanza y a ser más feliz (por eso está el personaje de Jacki Weaver). Está muy bien dar esperanza, pero no a sabiendas de estar mintiendo, y encima cobrando. Si fuera que Emma Stone se creyese algo de lo que contaba, aunque Firth supiera que la chica se auto-engañaba, estaría mejor.
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