Dos días, una noche [6]

Poster original de Dos días, una nocheDeux jours, une nuit
(Belgica, Francia, Italia, 2014, 95 min)
Dirección y guión:
Jean-Pierre Dardenne
Luc Dardenne
Intérpretes:
Marion Cotillard
Fabrizio Rongione
Catherine Salée
Batiste Sornin
Pili Groyne
Simon Caudry
Lara Persian
Alain Eloy

Los hermanos Dardenne son dos pesos pesados del cine europeo y del cine social, y no hacen más que ganar premios en Cannes: dos Palmas de Oro (por «Rosetta» en 1999 y «El niño» en 2005), un Gran Premio del Jurado («El niño de la bicicleta» en 2011), un Mejor Guión («El silencio de Lorna» en 2008), y un Mejor Actor (para Olivier Gourmet por «El hijo» en 2002). Su última película, «Dos días, una noche», ¡sorpresa!, estuvo en la sección oficial de Cannes ’14, pero se fue con las manos vacías. Bélgica la seleccionó para los Oscars, y aunque es muy prestigiosa entre la crítica, no superó la primera criba de la Academia.

   A Sandra Bya (Marion Cotillard) le acaban de dar por teléfono una noticia horrible: sus compañeros de trabajo han votado quedarse con una prima de 1.000 euros y que ella sea despedida. Gracias a una amiga, Sandra consigue que unos días más tarde haya una segunda votación, y que sea secreta, sin que nadie esté influenciado por ningún jefe. A Sandra solo le queda un fin de semana hasta la votación, y durante ese tiempo se recorrerá la ciudad intentando que sus compañeros voten por perder la prima para que ella sea readmitida.
Marion Cotillard en Dos días, una noche
Marion Cotillard
   Es la primera película de los Dardenne que veo, y sí que me ha gustado, aunque reconozco que tiene una trama repetitiva y muy estirada, llena de momentos que son pura paja para que dure un poco más (todos esos diálogos de «¿Dónde está tu padre?», o que casi siempre veamos a la protagonista soltando la misma parrafada desde el principio). Pero está Marion Cotillard, que es un portento, y la historia, a pesar de no ser la idónea para un largometraje, tiene elementos muy buenos.
   Una vez que arranca la película, sabes que van a ser 90 minutos de Marion Cotillard llamando puertas, y básicamente «Dos días, una noche» es eso. Lo que hace la trama aguante tanto tiempo acciones tan repetitivas (y no te plantees por qué no queda con todos en un sitio y les suelta la parrafada; o directamente les llama por teléfono y se ahorra los viajes) es Marion Cotillard, y que cuanto más avanza el metraje, más vas descubriendo a la protagonista y a sus compañeros.
   Marion Cotillard es una actriz tan buena que corre el riesgo de que el espectador se la tome por sentado. Aquí su interpretación es excelente, y desde el principio estás con ella, deseando que convenza a sus compañeros para que voten a su favor. A medida que va llamando puertas, sobre todo a través de las conversaciones con su marido, vas descubriendo qué pasó en su fábrica; y por lo que le cuentan sus compañeros, ves que la votación no era tan fácil de resolver.
   Al principio de la película yo pensaba qué panda de egoístas desalmados (no pensaba precisamente esas palabras) eran sus compañeros, que preferían ganar 1.000 € y que ella se fuera a la calle, a mantenerla y ganar 1.000 € menos. Pero luego fui cambiando de opinión al ver que unos cuantos económicamente lo estaban pasando muy mal (sigo odiando a la que se quería comprar la lavadora y el lavavajillas), y que Cotillard había estado de baja por depresión, y la plantilla había hecho su trabajo.
   De la trama también está muy bien que el marido le incite a hacer algo para cambiar su situación y que siga adelante, a pesar de que en varios momentos Cotillard quiere abandonar, y cómo es precisamente haber entrado en acción lo que la hace sentirse tan bien al final de la película. Y otro elemento muy bueno es la compañera de trabajo que gracias a las visitas de Cotillard, decide dar un giro radical a su vida.
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