Never Let Me Go
(Reino Unido, Estados Unidos, 2010, 103 min)
Dirección:
Mark Romanek
Guión:
Alex Garland
Intérpretes:
Carey Mulligan
Andrew Garfield
Keira Knightley
Sally Hawkins
Charlotte Rampling
Puede que Mark Romanek no sea muy conocido por sus películas, pero es uno de los directores de videoclips más importantes del mundo. Romanek ha trabajado con Lenny Kravitz, David Bowie, Iggy Pop, R.E.M., Michael Jackson, Red Hot Chili Peppers, Linking Park o Coldplay; y dos de sus vídeos, “Closer” de Nine Inch Nails y “Bedtimes Stories” de Madonna, están en la colección permanente del MoMA. Su tercer largometraje es una adaptación de la prestigiosa novela de Kazuo Ishiguro, con guión de Alex Garland y tres actores de moda: Carey Mulligan, Keira Knightley y Andrew Garfield. El film, aunque ha tenido buenas críticas, ha sido un fracaso de taquilla y ha pasado desapercibo en los premios. Es una pena.
“Nunca me abandones” se desarrolla en una versión alternativa del Reino Unido a finales del siglo XX. En esa realidad, en 1952 hubo un gran avance médico que permitió que la esperanza de vida alcanzara los 100 años. Kathy H. (Mulligan) y sus amigos (Knightley y Garfield) parecen normales, pero ya desde niños, cuando estaban internos en el misterioso colegio Hailsham, recibieron una educación especial. Un día llegó a Hailsham una profesora sustituta (Sally Hawkins), y tras horrorizarse de lo que estaba pasando allí dentro, les desveló a los niños cuál era su función en la sociedad.
“Nunca me abandones” técnicamente es impecable, con actuaciones muy buenas y una puesta en escena genial, pero es fría como un témpano. Durante la primera parte, que transmite la misma sensación que el principio de “Expiación, más allá de la pasión” (una película hecha con tiralíneas pero sin emoción), la tensión que existe por lo que oculta Hailsham está poco explotada y la presentación y relación de los tres protagonistas es muy tíbia, lo que distancia al espectador de la película.
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Carey Mulligan, Keira Knightley y Andrew Garfield |
Durante el resto de metraje, el tono frío se mantiene, y el desarrollo de los tres protagonistas es muy caprichoso (el triángulo amoroso está mal planteado y mostrado), con reacciones y conclusiones muy difíciles de entender, con una trama, por lo tanto, que se resiente (todo lo que significa la galería en Hailsham viene de una hipótesis poco presentada); y la parte final, aunque impactante, es previsible.
Pero la película se basa en una premisa tan buena, que es el secreto que desvela la profesora, que plantea una serie de cuestiones muy interesantes y crea escenas que sí tocan al espectador. Por momentos recuerda a “
Blade Runner”, con esos replicantes que querían vivir más, y a “Un mundo feliz”, con una sociedad que buscando el equilibrio perfecto, paradójicamente creó injusticias. Los personajes han asumido su destino porque han sido educados para ello; pero sin estridencias Romanek muestra que realmente son humanos, que tienen alma, y que sufren por lo que deben hacer por bien de la humanidad. La película es sutil, pero cala bien dentro y tiene un final difícil de olvidar.
Es cierto. Toda la peli, su tema, será difícil de olvidar.