PROYECTO NOVELA. 19- LA PIRATERIA EN INTERNET (III): LOS LIBROS Y EL CINE

Cuando empecé la novela me censuraba mucho por miedo a mezclar géneros. Y era contraproducente. Al pensar que estaba escribiendo una novela paranomal con momentos de terror, me decía que ahí no cabía el humor. Pero sí cabe. Al mezclar géneros, tienes que tener en cuenta que uno tiene que ser el predominante, sobre el que se va a sustentar todo, pero puedes meter elementos de otros.
   A medida que avanzo, el humor se cuela por todas partes. En la revisión tendré que cambiar el tono de muchas escenas del principio, que son demasiado tenebrosas y sobrias. De hecho, todo el principio es demasiado sobrio… y aburrido. Eso no quiere decir que cuando haya momentos de terror, sean muy oscuros. Mi novela no es una comedia porque lo fundamental es la parte paranormal, con una trama con monstruitos y donde los protagonistas corren peligro, pero sí tiene escenas cómicas.
   Cuando escribas una novela, ten claro qué elementos la definen, pero no tengas miedo a mezclar géneros.
Portada americana de Casa de cristal, de Charles Stross   Hay una novela que me encanta, “Casa de cristal” (“Glasshouse”, 2006), de Charles Stross, que es un ejemplo muy bueno de lo que es romper las convenciones de un género. Stross es un escritor de ciencia ficción muy importante, y “Casa de cristal” comienza en ese género, en el siglo XXVII, con tecnología hiperdesarrollada. Pero al poco, al protagonista, que teme por su vida, le proponen meterse en un experimento: unos científicos quieren ven cómo se acabó la civilización a medios del siglo XX y principios del XXI, y han creado una ciudad artificial que se asemeja a los barrios residenciales americanos de los años 1950 y 1960. Su intención es meter a voluntarios, darles las convenciones sociales y la tecnología de entonces, para ver cómo interactúan. Un poco “El show de Truman”.
   Para rizar el rizo, Stross, aparte de meter a su protagonista en pleno siglo XX, le cambia de sexo. Y durante buena parte de la novela, se ríe de lo que era la vida “normal” en aquella época, y el papel que debían desempeñar las mujeres.
   Al final de la novela, Stross enlaza la trama con el principio y vuelve a ser ciencia ficción pura y dura.
   A mí la novela me parece genial, pero si ves los comentarios de la gente en Amazon, varios se quejan de que eso no es ciencia ficción; y que si quieren leer un libro sobre los barrios residenciales americanos, se leen a Tom Perrotta o a Richard Yates.
   Si quieres romper convenciones, primero tienes que labrarte un nombre.
   Volvamos a internet. Se ha estirado tanto, que todavía me queda este artículo y el siguiente. Prometo que no le doy más vueltas, y en el próximo doy carpetazo a este tema para seguir hablando de escritura. Tu paciencia es apreciada.
EDITORIALES, ¿ME LAS PUEDO SALTAR PARA PUBLICAR?
En el anterior artículo vimos cómo los cantantes y grupos se pueden saltar las discográficas y ganar dinero con su música dando conciertos, ya que cualquiera diferencia a un amateur de alguien que se toma en serio la música.
   Óyeme a mí cantar y necesitarás dientes nuevos.
   Pero en el caso de los escritores, la cosa cambia. En teoría, todos sabemos escribir, ¿verdad? Nos enseñaron en el colegio. Es cuestión de teclear hasta llegar al final…
   Bueno, no exactamente.
   Antes de continuar, una aclaración. Escribo esto en febrero de 2011, cuando todavía ni he acabado mi primera novela, y cada vez que pienso que tendré que moverla en el futuro para que la publiquen, me entran sudores fríos. Qué más quisiera yo que saltarme las editoriales.
   Como es tan fácil escribir un libro, las editoriales funcionan como filtros de calidad. De acuerdo que la mayoría buscan obras comerciales y muchas pueden estafar a los autores (por eso existe la figura del agente literario, que lucha para que su cliente consiga el mejor contrato posible), pero garantizan al consumidor que esa obra ha pasado una serie de cribas y de que al menos el escritor sabe contar una historia.
   Los editores de la editorial trabajan junto al escritor para pulir la novela y que quede lo mejor posible; si es que antes el agente no le ha dado consejos a su cliente para reforzar la novela. Sí, el trabajo del escritor no es tan solitario como se piensa
   Es dificilísimo que una editorial te publique una novela, y la única manera de lograrlo es perfeccionar y perfeccionar tu escritura hasta que tenga la calidad de un profesional. Y sólo cuando logras esa calidad, los agentes y los editores trabajan contigo. No escribas un churro pensando que una editorial va a excavar en la basura hasta encontrar una joya. Dales una obra muy buena, y entonces trabajarán para mejorarla.
   Pero internet está cambiando las reglas del juego ¿no? Ahora puedes colgar novelas en tu blog, o autopublicarlas y venderlas en tu página web.
Estantería de libros

Bueno, más o menos. Aunque la cosa no es tan fácil. Si quieres ganar dinero como escritor, no digo forrarte o vivir de ello, simplemente ganar ingresos extras (que es lo que vas a lograr si vas por editorial, posiblemente durante toda tu carrera como escritor) tienes varias opciones. Si te lo tomas como hobby, te puedes saltar toda esta parte.

   Comencemos con lo que NO debes hacer:
-Colgar gratis una novela en tu blog para promocionarte, y luego cobrarla. La pones gratis pero como ves que tienes un montón de descargas (que, ojo, no significan lectores) un día decides cobrarla. Si has conseguido seguidores, esos mismos van a estar ansiosos por sacarte los higadillos por querer cobrar algo que antes dabas gratis. Te pasará lo mismo si cuelgas tu primera novela gratis y el resto las cobras.
   Además, te arriesgas a que en cuanto hagas la primera venta, te la piratearen, escudándose en que lo hacen sin ánimo de lucro… Te jodo y bien, pero eso sí, sin ánimo de lucro.
-Colgar tus novelas en tu blog y poner un botón de “Donar”, a ver si alguna alma caritativa se rasca el bolsillo. Así es como se financia la Wikipedia y bien que le va. Pero, vaya, la Wikipedia es una de las páginas más visitadas del mundo, con millones de visitas al día, y ofrece mucha información práctica y de conocimiento.
   Tu blog no va a tener en un mes ni una milésima de las visitas que tiene Wikipedia en un día, y lo que ofreces es ficción, que mucha gente considera de menor valor que algo práctico. No sé quién iba a pagar. Pondrían la excusa de que no les había gustado o que no estaba mal, pero que tampoco era gran cosa. Total, si ya tienes otro trabajo, así que no necesitas otros ingresos. Y los pocos que pagasen (sé sincero, ¿cuánto has donado a la Wikipedia?, ¿y a otras páginas con el “Donar”?), ¿cuánto iban a soltar?
Esto es IMPORTANTE: si eres de los generosos y sientes una necesidad imperiosa de soltarme calderilla por mi rincón, dímelo y mañana mismo pongo un botón de esos.
   Pero sí hay gente que se ha saltado las editoriales, y les va bien. Es el caso del escritor de thrillers J.A. Konrath (http://www.jakonrath.com/ y su blog http://jakonrath.blogspot.com/), un acérrimo defensor de los libros digitales y la autopublicación. Konrath se creó una base de seguidores con libros en papel (al principio publicó a través editoriales) y ahora mismo está deseando que le reviertan los derechos de autor que aún retienen esas empresas para poder venderlos él.
   Konrath publicita los libros en su página, pero para comprarlos te manda a Amazon, a Barnes & Noble (es la cadena de librerías más grande de Estados Unidos), a la librería digital de Sony, a iTunes y a Smashwords, una empresa de libros digitales autopublicados. Y si quieres la edición en papel, Konrath los edita con CreateSpace, una empresa de Print-On-Demand (les das un pdf, y solo imprimen los libros que vendes), y los vende a través de Amazon.
Portada de Origin, de J.A. Konrath   Todas esas empresas son intermediarios (se quedan el 30% o más de cada venta), ¿entonces por qué lo hace Konrath, que ya tiene un nombre? Pues porque así ofrece sus libros en todos los formatos disponibles y coloca sus novelas en librerías, que es donde la gente sigue comprando libros. Sin esos intermediarios, Konrath vendería muy poco.
   Si sigues este camino, ten en cuenta que pierdes la distribución a librerías tradicionales y la posibilidad de que los medios de comunicación hablen de tu novela. Y de momento en España no existen las tiendas que utiliza Konrath o la gente no las usa para comprar libros.
   Tómate el trabajo como un profesional, que en cuanto no des calidad suficiente, te vas a quedar sin clientes Paga para que te revise las novelas un editor. Contrata a un diseñador profesional para que te haga las portadas. Además, tienes que ser muy prolífico para tener ingresos decentes y trabajar mucho en promocionar tus novelas.
   Neil Gaiman, en un artículo de Tom Chatfield en “Prospect”, da una pista de lo que supone seguir este camino:
   “Por supuesto, para aquellos que simplemente desean escribir, la arena digital ofrece un poder sin precedentes. Como el novelista de culto de ciencia ficción y fantasía Neil Gaiman me contó, hoy es ‘un gran momento para ser un autor joven… si estuviera empezando ahora mismo, escribiendo cuentos o lo que fuera, me crearía mi pequeña página web, sin necesidad de una editorial en ese momento, o tal vez nunca.’
   Aún así, reconoce que la autoría online es también un juego muy difícil de jugar para aquellos que tienen esperanzas de hacer algo más que ver sus palabras aparecer en una pantalla.
   ‘La gente se me acerca y me pregunta ¿cómo consigo que un millón y medio de personas lean mi blog? Y es, necesitas empezarlo en 2001 e intentar no saltarte un día durante los primeros ocho años.’ En papel, estás peleando para que se te oiga por encima de otras 132,999 voces. Online, la cifra es mil veces más grande.”
   Ya ves, elijas el camino que elijas, si te lo tomas en serio, no te queda más remedio que sudar. Internet es maravilloso, pero en la red tampoco el dinero crece de los árboles. La competencia es enorme, y la mayoría son amateurs con ganas de que se les considere autores. Demuestra que tú eres profesional.
CÓMO FUNCIONA EL NEGOCIO DEL CINE
Hollywood, que es el que más sufre la piratería, arriesga dinero con cada película que produce, y si una productora encadena fracasos, por grande que sea, puede quebrar. El actual sistema cinematográfico permite que existan mastodontes de más de 200 millones de dólares, o películas más pequeñas que “sólo” cuestan decenas de millones, que dan menos dinero pero traen prestigio.
   La exhibición en las salas, que es a la que menos afecta la piratería (cualquiera sabe que no es lo mismo verse una película en casa que en el cine, por mucha tecnología de última generación que tengas el salón), es realmente un escaparate enorme donde se publicitan las películas, pero no necesariamente la principal fuente de ingresos.
   Lo que recauda en cine una película, la productora tiene que dividirlo con los cines donde se exhibe y la distribuidora. Y para que una película llame la atención y haga que la gente quiera verla, la productora tiene que gastarse mucho dinero en publicidad. El porcentaje que se lleva cada parte depende de los contratos que establece con la distribuidora y los cines, pero no es desacertado pensar que para que una productora obtenga beneficios de un film, al menos tiene que recaudar el doble de lo que costó la película más la publicidad, si no es más.
Interior de un cine

Muchísimas superproducciones son deficitarias, a unas cuantas les da para cubrir gastos, y solo un puñado obtiene beneficios en la exhibición cinematográfica.

   Para cubrir gastos, la productora puede explotar el merchandising de la película, que funciona mucho mejor si el film es de fantasía, ciencia ficción o infantil: carteles, postales, tazas, figuritas, juguetes… Teniendo en cuenta que los beneficios se reparten con el fabricante, las tiendas donde se venden y los distribuidores. Algo que no falla es que cuanto más éxito tenga la película en cines, más merchandising van a vender.
   Cuando retiran la película de los cines, la productora puede seguir consiguiendo beneficios gracias al cine en casa: dvds y blu-rays a la venta y alquiler. También, si la película ha sido un éxito en los cines, la productora sacará más dinero de esta parte. Y si le ha ido mal en taquilla, puede salvarse gracias a este paso. Aquí los beneficios también hay que repartirlos entre distribuidores y tiendas.
   Y luego vienen los derechos de antena. Si tienen un taquillazo, las productoras pueden pedir mucho dinero para que dentro de un tiempo esa película se exhiba en la televisión. Y las televisiones, sabiendo que ha tenido éxito, estarán dispuestas a pagar porque supone mucha audiencia, y en consonancia, muchos anunciantes, o abonados, si es de pago. Y si ha pinchado en taquilla, al menos la productora puede sacar algo por su exhibición en la televisión.
   La piratería está machacando los dos últimos puntos. La gente antes si no quería ver una película en el cine, esperaba a que saliera en dvd para alquilarla o a que la echaran por la tele. Ahora se la bajan sin pagar un céntimo.
   Si sigue esta tendencia, las televisiones dejarán de comprar películas, porque para cuando las quieran emitir ya estarán muertas, y las productoras no ingresaran nada por dvd o blu-rays. Esto supone que el negocio del cine será mucho más arriesgado, y en cuanto Hollywood deje de tener beneficios, echará el cierre.
   Nadie va a arriesgar 200 millones si no tiene garantías de recuperarlos. Pero ni 200 millones ni dos dólares. ¿Tú lo harías?
   Con las series de televisión pasa algo parecido. Las que se mantienen en antena lo hacen porque atraen a mucha audiencia, y por lo tanto, publicidad o abonados. Si la gente pasa a verlas pirateadas, se acabarán para siempre.
   Ahora ha surgido el crowdfunding: una multitud financia una película a través de donaciones en internet (sí, aquí funciona el “Donar”). Inviertes en la película que te gustaría ver, que es precisamente lo que haces cuando pasas por taquilla, por cierto. Con este sistema se logran con mucho esfuerzo cientos de miles de dólares, pero no millones; y por barata que sea una película profesional, cuesta millones de dólares. El crowdfunding funciona para el cine independiente, muy, muy barato.
   Si no se pone freno a la piratería en internet, dile adiós al cine de James Cameron, a las películas de “Harry Potter”, a “The Walking Dead” y a “Broadwalk Empire”.
   Y dale la bienvenida al cine amateur, que será el único que podrás ver.Fotografía de la estantería: Stewart Buttefield (Creative Commons. Reconocimiento 2.0 Genérica)
Fotografía del cine: Fernando de Sousa (Creative Commons. Reconocimiento-CompartirIgual 2.0 Genérica)

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