PROYECTO NOVELA. 51- DESPEDIDA Y CIERRE (II): CONSEJOS PARA ESCRITORES
He acabado la primera versión de mi siguiente novela. De momento, y a la espera de lo que digan los lectores de prueba, se llama «El oráculo de Eosh«. Es fantasía con elementos paranormales.
Me ha llevado tres meses y medio, lo cual es una gran mejora con respecto a «La muerte es solo el principio«, que me llevó más de un año. Dentro de poco tendré dos novelas moviéndose por editoriales.
Estoy contento porque ha salido la historia. Para mí escribir la primera versión es lo que para otros es sacar una escaleta: la columna vertebral con la que trabajaré más tarde. En estos tres meses he descubierto cómo son realmente los personajes, la trama da unos giros que no me esperaba, y han surgido un montón de temas que me encantan.
Mi proceso es… confiar en el proceso. Voy escribiendo, teniendo una idea muy básica de la historia (tenía un pequeño boceto de los personajes principales y seis escenas), y poco a poco se va desarrollando mientras escribo. Y sale.
Cuando estaba llegando al final, había un personaje que cogió mucho protagonismo. Seguí con su historia porque me gustaba mucho qué pasaba, pero pensaba que en la revisión caería. Luego resultó que era fundamental lo que hacía ese hombre para poder llegar al clímax.

«Hazlo por mí», con guión de Pedro Pablo Picazo, es la primera película de Burbuja Films, la productora con la que colaboro. Es una historia de amistad, desarrollada en el Valle del Miera (Cantabria), entre una adolescente del lugar y un misterioso hombre de mediana edad que llega a su pueblo. He leído el guión, ¿y qué voy a decir yo?, pues que es muy bonito y está muy bien.
El rodaje comienza el día 16 de octubre, y estamos muy ilusionados de dar el salto al largometraje. Aquí os dejo la página oficial (http://hazlopormilapelicula.wordpress.com/about/), la página de Facebook (https://www.facebook.com/hazlopormi.lapelicula), y la página de Twitter (https://twitter.com/Hazlo_pormi) para que sigáis su progreso.
La película llegará a los cines en el futuro.
CÓMO SER ESCRITOR Y NO MORIR EN EL INTENTO (II)
4—Evita a la gente tóxica. La gente tóxica es la que te hace sentir mal por ser como eres y te tira para abajo cuando estás intentando lograr tus sueños. Evita todo lo que puedas a los que se rinden sin intentarlo y constantemente dicen «No se puede», «Es imposible», «Yo no puedo». A los que no hacen más que poner excusas para no trabajar en lograr sus sueños («Soy demasiado joven», «Soy demasiado viejo», «No tengo talento», «Tengo hijos», «Tengo hipoteca»). A los cínicos, hipócritas, oportunistas, pícaros y egoístas. A manipuladores. A cotillas. A envidiosos. A los pesimistas y la gente negativa. A los que están llenos de prejuicios por la gente que no es o piensa como ellos.
Un libro muy bueno para reconocer a este tipo de personas es «Gente tóxica», de Bernardo Stamateas.
Nadie puede ir solo por la vida, y todos tenemos la necesidad de encajar en un grupo de personas. Pero no tienes que encajar a cualquier precio; así solo logras infelicidad y estar actuando toda tu vida. Sé tú mismo, rechaza conscientemente a ciertas compañías, y poco a poco encontrarás a la gente que te quiere tal y como eres.
Te tienes que rodear de dos tipos de personas, y el resto ¡fuera!: los que te respetan pero no comparten tus sueños, y con ellos puedes hablar tranquilamente; y los que te hacen mirar hacia arriba y soñar.
Un libro muy bueno para reconocer a este tipo de personas es «Gente tóxica», de Bernardo Stamateas.
Nadie puede ir solo por la vida, y todos tenemos la necesidad de encajar en un grupo de personas. Pero no tienes que encajar a cualquier precio; así solo logras infelicidad y estar actuando toda tu vida. Sé tú mismo, rechaza conscientemente a ciertas compañías, y poco a poco encontrarás a la gente que te quiere tal y como eres.
Te tienes que rodear de dos tipos de personas, y el resto ¡fuera!: los que te respetan pero no comparten tus sueños, y con ellos puedes hablar tranquilamente; y los que te hacen mirar hacia arriba y soñar.
5—Rodéate de gente trabajadora y creativa. Se tienen que dar los dos factores. Hay gente muy trabajadora que tiene la creatividad de un cardo borriquero, y nunca te va a tomar en serio porque para ellos lo tuyo es un hobbie. Estar en su compañía solo te va a frustrar. Y hay demasiado cantamañanas suelto que dice ser creativo y se disfraza de artista y no da palo al agua, o lo da cuando se siente inspirado, que es una vez cada siete años. Evítalos.
6—Busca modelos y mentores. Una vez que sepas que quieres ser escritor, ten modelos que te inspiren a continuar y mira cómo lo hicieron, para seguir sus pasos, y busca mentores para que te enseñen cómo se hace. No tengas miedo de apuntar alto; no es que vayas a lograr los mismos resultados (no te fijes en las ventas), pero así te creas un camino a seguir.
He aquí tres de mis modelos:
Ray Bradbury. Un ejemplo de honradez, pasión y trabajo duro. Logró tener una brillante carrera escribiendo en tres géneros muy denostados, la ciencia ficción, lo paranormal y los misterios, que él amaba. Fue muy longevo y escribió hasta el final.
Stephen King. A pesar de lo mal que le iba la vida, él nunca dejó de escribir hasta que lo logró. Se ha mantenido siempre honrado, escribiendo lo que a él le gusta. Que venda tantísimo es pura suerte; eso no se puede controlar.
Dean Koontz. Quería vivir de escribir, y le pidió a su mujer que le dejara intentarlo durante cinco años, si no, se buscaba un trabajo. Koontz lo logró a los cuatro años y pico. Después quiso ser un autor superventas, y desde finales de los 60 hasta los 80 escribió muchísimo para aprender y hacerse con su público. A principios de los 80 logró convertirse en escritor de best-sellers, y treinta años después, sus libros se siguen vendiendo como rosquillas. Y como King, Koontz también es muy honrado.
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Momento Oscar |
En cuanto a mis mentores… ha llegado el momento Oscar:
He aprendido de muchísimos escritores, pero quiero destacar a seis y darles las gracias públicamente. La primera, porque es la que más me ha ayudado, es Holly Lisle: sus cursos y libros literalmente me han cambiado la vida. Por sus maravillosos libros para escritores, quiero dar las gracias a Nancy Kress (¡muchísimas gracias por enseñarme lo básico de la escritura de ficción!), James Scott Bell (¡gracias por demostrarme que se puede aprender a escribir, por animarme a seguir y seguir, y por enseñarme que se pueden juntar las editoriales tradiciones y la auto-publicación sin dañar a nadie!) y Lawrence Block (¡gracias por mostrarme que para ser un buen escritor no hace falta ser serio, y que lo fundamental es escribir lo que a mí me gusta!). A Kay Kenyon le doy las gracias por mantener un blog genial (www.kaykenyon.com); y a Dan Simmons por sus excelentes artículos en su página web para escribir bien (http://www.dansimmons.com/writing_welll/writing.htm).
7—Reconoce tus puntos fuertes y saca provecho de ellos. Me refiero a todo en la vida, no solo en la escritura. No es ser un fanfarrón, es simplemente reconocer en qué eres bueno.
A mí me costó muchísimo aprender este punto. Por una parte me habían hecho tanto daño de niño que no quería destacar, y me volví un perfeccionista obsesivo para evitar que me hirieran y para ser aceptado. Me parecía que no podía hablar sobre lo que había aprendido, que me hacía destacar del resto, a menos que lo dominara.
Y por otra, el sistema educativo te hace pensar que tienes que saber un poco de todo, pero sin dominar nada.
Creo que aquí el principal problema es la idea, que ha calado muy hondo, de que todos somos iguales. Eso es mentira. Todos los individuos somos únicos e irrepetibles, y sí somos igual de válidos y nos merecemos los mismos derechos. Pero si alguien con su esfuerzo personal, y siendo honrado, lograr superar a otros, es justo que destaque.
En cuanto a lo del sistema educativo, si continúas con la noción de que tienes que saber de todo pero sin dominar nada para tener un montón de puertas abiertas, lo que va a pasar es que la gente que se especialice en algo te las va a cerrar.
En esta vida no se puede ser bueno en todo. Ten claro qué quieres, ten claro en qué eres bueno y saca provecho de ello. En lo que eres malo, o bien ni lo intentas, o si es indispensable, pides ayuda o aprendes lo básico para que sea pasable.
Tienes que reconocer que tienes unos talentos naturales, y tienes que sentirte orgulloso de tus logros personales. Hay cosas que te salen solas o con poco esfuerzo, y normalmente las haces porque te encantan; y eres experto en algún tema porque te encanta. (Por eso es importante reconocer primero qué es lo que realmente te gusta.)
En mi escritura, algo que me sale solo es el humor, y me siento muy cómodo escribiendo fantasía y novelas paranormales. Con los cuentos, me encanta hablar de gente normal con problemas cotidianos. Me encanta centrarme en los personajes. Dudo que escriba en géneros que requieran mucha documentación, porque no me gusta documentarme profusamente (¿para qué estar buscando el dato real si te lo puedes inventar, y encima narrativamente va a quedar mejor?).
Y luego, me encanta escribir, ir al cine, leer novelas, analizar películas y novelas para ver si funcionan o no. ¿Cómo he sacado provecho de esto? Pues escribiendo mi rincón.
Estoy muy orgulloso de haber aprendido inglés de adulto, lo que, entre otros muchos beneficios, me ha permitido acceder a información que no está traducida. También me enorgullezco de haber aprendido a escribir ficción por mi cuenta. Gracias a ello, existen estos artículos de escritura.
8—Da la bienvenida a los problemas y tómatelos como retos: sé resoluto. Aquí tampoco me refiero solo a cuando estés escribiendo, me refiero a todo en la vida. A mí me costó mucho reconocer que la vida realmente es una sucesión de problemas: solucionas uno y viene otro. Una vez que asumes que es así, todo es mucho más fácil y te vuelves más resoluto. Piensa que cada problema realmente es un reto que tienes que superar.
Volviendo a la escritura, cuando estás desarrollando la trama, vas a encontrarte un problema tras otro, y tienes que ser muy imaginativo para resolverlos hasta llegar al final. Cuando estaba escribiendo «El oráculo de Eosh» me di cuenta de que la historia pedía un poco de estrategia militar, y eso para mí era un gran problema: no podría diferenciar una estrategia militar de una cumbia ni aunque mi vida dependiera de ello. Solución: me compré un libro («Small Wars», del coronel C.E. Callwell; un rollazo que me dio muy buenas ideas).
Si lo que necesitas es sencillo, pide ayuda, si es algo más complejo, contrata a alguien. Si el que te ayuda es un amigo y le va a llevar tiempo, págale, aunque sea algo simbólico.
Cuando estaba preparando la publicación de «Vivir soñando» había dos cosas que no sabía si sería capaz de hacer: la portada y la conversión del documento a Kindle. Me dije que lo intentaría durante unos días, a ver si con mis conocimientos de Photoshop y buscando ayuda en internet era capaz, pero si descubría que me llevaría mucho tiempo aprender cómo se hacía, contrataría a alguien. Al final pude solo.
Reconocer tus limitaciones y pedir ayuda no es signo de debilidad, es signo de inteligencia.
Nadie es bueno en todo y nadie sabe todo; para algo existen internet, las librerías y las bibliotecas; y compartimos este mundo con 7.000 millones de personas, alguna habrá que quiera ayudarte o que puedas contratar.
9—Da la bienvenida a los errores y aprende de ellos. Aquí también me refiero a todo en la vida, y este punto también me costó mucho aprenderlo. Luego estás mucho más tranquilo porque no tienes miedo a meter la pata.
La clave está en saber qué quieres. Entonces comienzas a dar pasos en dirección a tu objetivo, y lógicamente te la pegas una y otra vez. Los errores no están para que les estés dando vueltas una y otra vez y te sientas un fracasado, están para saber qué tienes que mejorar en el futuro.
Hay cuatro motivos por los que cometes errores:
—Falta de información. Cometes un error porque no sabe cómo se hace bien. En el caso de escribir ficción, tienes que aprender técnica y analizar cuentos y novelas.
—Un hábito tóxico por una mala información. Cometes un error porque no eres consciente de que eso está mal, y llevas toda la vida haciéndolo. Cuando reconoces que es un error, es cuando comienzas a cambiar. En el caso de escribir ficción, tienes que olvidar todo lo que te enseñaron tus profesores de literatura.
—Falta de madurez. Tal vez no sea el momento correcto para ese proyecto y tienes que esperar un tiempo. Empieza otro proyecto.
Los errores realmente son señales que te guían. En todos los casos lo fundamental es reconocer que has cometido un error, intentar averiguar qué ha pasado, y pensar cómo lo puedes mejorar en el futuro. Y si vuelves a cometer el mismo error, no pasa nada; cambiar los hábitos adquiridos por otros nuevos lleva tiempo. Ten paciencia, sé constante, y persevera.
De los errores se aprende. Errar es humano, o si lo prefieres, no errar no es humano.
Parece que todavía no acabo con esta despedida. Nos vemos el mes que viene.
Recomendaciones:
—«The Liar’s Bible«, de Lawrence Block. Este libro es otro recopilatorio de los artículos que escribió Block para la revista «Writer’s Digest». Block es muy ameno, y aunque en sus artículos apenas habla de técnica, sí que están llenos de reflexiones muy interesantes de lo que es ser escritor. Aquí habla de la documentación, de cómo ganarse la vida como escritor, de afirmaciones para escritores, o de dónde vienen las ideas.
Consíguelo en Amazon.es o en Iberlibro.com
—»Los principios del éxito» («The Success Principles»), de Jack Canfield con Janet Switzer. Jack Canfield, que es una máquina de hacer dinero (de forma honrada), explica aquí 64 principios que podéis aplicar a vuestra carrera literaria. Yo recomiendo leerse todo el libro con atención, incluso los principios que a priori no van con vosotros, y después aplicar todos los que podáis. Muy resumidamente, Canfield hace que creas en ti, que sepas en qué tienes que centrarte y de qué personas rodearte, y a resistir bien los reveses y seguir adelante.
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Gracias por todos tus consejos, tan prácticos y positivos. Te deseo suerte en todos tus proyectos y espero que la despedida no sea tal, sino un paréntesis en el camino. Gracias.
Muchas gracias por tu comentario. Eso sí que me anima a seguir adelante.