Pulp Fiction [10]

Poster original de Pulp FictionCINEFILIA
Pulp Fiction
(EE.UU., 1994, 154 min)
Dirección:
Quentin Tarantino
Guión:
Roger Avery (historia)
Quentin Tarantino (historia y guión)
Intérpretes:
John Travolta
Samuel L. Jackson
Uma Thurman
Bruce Willis
Harvey Keitel
Tim Roth
Amanda Plummer
Maria de Madeiros
Ving Rhames
Eric Stoltz
Rosanna Arquette
Christopher Walken
Quentin Tarantino
Steve Buscemi

Hace 20 años Quentin Tarantino llamó muchísimo la atención con su ópera prima, “Reservoir Dogs”, y cuando parecía que iba a ser un director independiente de culto, con su segunda película, “Pulp Fiction”, provocó un seísmo de escala 10. La película ganó la Palma de Oro en Cannes (fue una sorpresa porque la que estaba en todas las quinielas era “Tres colores: Rojo”, de Krzysztof Kieślowski), a lo largo de los meses fue ganando mucho prestigio por lo originalísima que es, y se salió del circuito independiente reventando taquillas (recaudó 214 millones de dólares en todo el mundo partiendo de un presupuesto de 8,5).

   La Academia también se rindió a sus encantos y “Pulp Fiction” logró 7 nominaciones a los Oscars (incluidas las de Mejor Película y Director), aunque ese año barrió “Forrest Gump” y “Pulp  Fiction” se tuvo que conformar con el de Mejor Guión Original. La película relanzó la carrera de John Travolta y consolidó la de Samuel L. Jackson, e hizo que a partir de entonces Tarantino lograra financiación de Hollywood para hacer sus personalísimas (y cada vez más caras) películas. Tarantino sí es un director de culto, pero tiene millones y millones de seguidores.
   Una de las gracias de “Pulp Fiction” es ir encajando su estructura, por eso no voy a escribir una sinopsis. Simplemente diré que por ahí aparecen dos gángster coleguillas que hablan por los codos (John Travolta y Samuel L. Jackson), un maletín con un misterioso contenido, la chica de un gangster que se quiere divertir (Uma Thurman), un gangster que no se divierte nada (Ving Rhames), un boxeador comprado (Bruce Willis) y su novia, quien quiere tener barriga (Maria de Madeiros), un reloj de oro pasado de generación en generación, unos ladronzuelos que se confunden al decidir robar una cafetería (Tim Roth y Amanda Plummer), unos camellos que no saben poner una inyección de adrenalina (Eric Stoltz y Rosanna Arquette), una revelación mística, la parte trasera de un coche embadurnada con los sesos de un negro, y el señor Lobo (Harvey Keitel).
   A mí Tarantino me parece un director muy dotado en lo visual (es un virtuoso de la puesta en escena), que consigue grandes actuaciones de sus intérpretes, pero narrativamente es muy caprichoso, y las películas le quedan bien un poco de casualidad. Tiene que ser una persona muy pasional, que se deja llevar por la intuición, y coge un motón de referencias pop, las mete en la batidora y después ordena las piezas para contar una historia rocambolesca; y a veces da en el clavo, como en “Kill Bill”, y a veces no da una, como en la terrible “Death Proof” (y esa cosa tenía algún momento bueno). Lo caprichoso que es como narrador se ve bien en uno de sus sellos personales, los diálogos, que cuando están controlados son geniales, pero que a veces se le van de las manos (véase “Malditos bastardos”). En “Pulp Fiction” Tarantino estuvo especialmente inspirado y logró una obra maestra.
Uma Thurman y John Travolta en Pulp Fiction
Uma Thurman y John Travolta

Si hay que decir algo negativo de “Pulp Fiction” es la cantidad de copias, que no le llegan ni a la suela del zapato, que aún sigue generando: películas supuestamente divertidas con gangster coleguillas y situaciones macabras que se vuelven cómicas (¿a alguien le suena Guy Ritchie?). Desgraciadamente, “Pulp Fiction” también ha influido muchísimo en aspirantes a director y guionista, jóvenes que confunden su frescura con escribir sin normas, y se ponen a escribir diálogos que no van a ninguna parte y no se molestan en aprender y dominar la estructura en tres actos. Esos jóvenes o espabilan y se dan cuenta de que los diálogos de Tarantino están muy controlados y que cada una de las partes de “Pulp Fiction” está guiada por los tres actos, o van a seguir siendo aspirantes toda su vida.

   “Pulp Fiction” es una película que está constantemente sorprendiendo al espectador. Aparte de por la estructura que tiene (lo que permite que haya una muerte muy sorprendente a mitad de película), por cómo Tarantino desarrolla las situaciones que cuidadosamente ha plantado, porque de repente hay un giro inesperado y todo se vuelve más retorcido y divertido. Pasa constantemente: la afición a la coca de Mia, el encuentro fortuito entre el boxeador y Marcelus Wallace, un bache inoportuno en la carretera que hace que a Vincent Vega se le dispare la pistola, el hombre escondido en el piso donde estaba el maletín con el contenido misterioso, los clientes de la cafetería…
   “Pulp Fiction” también destaca por el humor que tiene. Los diálogos son los mejores que ha escrito Tarantino en toda su carrera y son joyas absolutas. El famosísimo del “royale con queso” sirve para que Jules más adelante confunda aún más a los que robaron el maletín a Marcelus Wallace (por cierto, ahí Jules le pregunta a uno de ellos si le parece que Marcelus Wallace es una puta y le dice que nadie se folla a Marcelus Wallace…) y para mostrar que Vincent Vega volvió hace poco de Europa; el de el masaje en los pies, que ya de por sí es divertidísimo y muestra lo peligroso que es Marcelus Wallace, da un giro hilarante cuando más adelante Mia le cuenta a Vincent que eso no tiene ningún sentido; los diálogos entre el boxeador y su novia son maravillosos por lo intrascendentes que son cuando esos personajes corren peligro de muerte (Maria de Madeiros está especialmente tierna en esta película); el capitán (Christopher Walken) que le entrega el reloj de oro al niño se carga toda la solemnidad que tenía el momento hasta entonces cuando le cuenta dónde se tuvo que meter el reloj…
   Pero el humor no sólo está en los diálogos, aparece también en situaciones que en teoría deberían ser muy escabrosas, pero que Tarantino logra que sean divertidísimas y hace que te partas de risa con momentos que en cualquier otra película te pondrían los pelos de punta.
   “Pulp Fiction” es una obra maestra, pero en cuando Tarantino la hizo, rompió el molde: es única e inimitable.
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