Splice: Experimento mortal [3]
(Canadá, Francia, EE.UU., 2009, 104 min)
Dirección:
Vincenzo Natali
Guión:
Vincenzo Natali
Antoinette Terry Bryant
Doug Taylor
Intérpretes:
Adrien Brody
Sarah Polley
Delphine Chanéac
Brandon McGibbon
Vincenzo Natali demostró con su ópera prima, “Cube” (1997), que podía hacer cine de ciencia muy barato pero muy imaginativo. Cinco años después, consiguió siete millones de dólares para “Cypher”, y curiosamente le costó muchísimo más distribuirla que “Cube” (en España se estrenó dos años después de su realización, y eso que fue uno de los primeros países donde se exhibió). Allí siguió demostrando que tenía muy buenas ideas, aunque el presupuesto se quedase corto. Su tercera película, “Nothing” (2003), lo tuvo incluso más difícil para distribuirse, y aún sigue inédita en España y en medio mundo. Por fin, para su cuarta película ha tenido un presupuesto decente, treinta millones de dólares, una buena distribución, y un productor ejecutivo de excepción: Guillermo del Toro. Desgraciadamente, “Splice: Experimento motal” es un excelente ejemplo de que el dinero no es sinónimo de calidad: de las tres películas de Natali que he visto, ésta es la peor con mucha diferencia.
Clive Nicoli (Adrian Brody) y Elsa Kast (Sarah Polley) son dos ingenieros genéticos que han logrado creer seres vivos combinando ADN de animales. Cuando quieren dar el siguiente paso, utilizar ADN humano en sus experimentos, la compañía farmacéutica que los financia les para los pies. Clive y Elsa deciden continuar sus estudios a espaldas de la empresa, y crean un ser, Dren (de adulto, Delphine Chanéac) que les cambiará la vida.
Adrian Brody y Sarah Polley son actores muy buenos, y aquí su trabajo no decepciona; además, el resto del reparto está a su altura. Delphine Chanéac, sin diálogos, logra ser inquietante y tierna al mismo tiempo. Incluso con mucho más dinero del que al que está acostumbrado, Natali sigue utilizando recursos muy baratos, que funcionan muy bien. Muchas veces crea tensión más sugiriendo que mostrando, recurriendo al sonido y las reacciones de los actores: el primer ataque de Dren, con la cara de pánico de Polley y el nerviosismo de Brody; cuando intentan ahogar a Dren, subiendo la tensión con la lámpara que se balancea en el techo; o cuando Dren ataca al hermano de Brody, que apenas se ve qué está pasando, pero que se intuye por el sonido.
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Sarah Polley y Adrien Brody |
El resto falla por juntar varios géneros y no centrase en uno. Durante buena parte, Polley y Brody se están metiendo en la boca del lobo, y el espectador, como se han hecho mil películas parecidas, también lo sabe y está esperando a que comience a correr la sangre. Sin embargo, Natali quiere ser muy sutil, y para no hacer una película de terror al uso, rebaja demasiado los elementos terroríficos y mete tramas que entorpecen la historia. Cuando vuelve a la parte de terror, Natali sigue estirando lo de “no matemos a Dren, que aunque es una bomba a punto de estallar, podemos aprender mucho de ella”, hasta que llega un momento en que te cansas.
Los traumas de Polley con su madre son un estorbo, especialmente cuando acabas de crear artificialmente un ser. Y lo mismo sucede con la relación entre Polley y Brody. No digo que esté mal meter este tipo de elementos en películas de terror, que le dan más dimensión a los personajes, pero tienen que pasar cosas inquietantes; si no, no hagas terror. Más adelante, de la noche a la mañana, Brody cambia de parecer con respecto a Dren y la película deja de tener coherencia, ocurriendo cosas cada vez más ridículas e increíbles.
Muy previsible, incoherente y aburrida.
Opino lo mismo. Malísima.
No es del todo tan mala, pero tiene muchos aspectos de mal gusto. No volvería a verla por algunas escenas desagradables. No considfro que sea genero de terror, es algo mas bien de tipo friki-morboso…. no se calificarla.
Creo que ahí está el fallo, que la película no se decanta directamente por un género. No quiere ser de terror, aunque tiene muchos elementos, ni tampoco una película que te haga reflexionar. Es algo intermedio que funciona muy mal.
La reflexion podría ser algo así como que el ser humano no debe jugar nunca a ser dios.
Eso suena muy "Frankenstein". Claro que Splice comparte mucho con "Frankenstein".
Pero esta película trata de eso, de que unos cientificos crean una especie nueva y lo que sucede por ello. Cómo consideran que por haberla creado les pertenece y pueden hacer lo que quieran con ella. Y también de cómo el hombre puede ser tan odioso…