Star Trek [3]
(EE.UU., Alemania, 2009, 127 min)
Dirección:
J.J. Abrams
Guión:
Roberto Orci
Alex Kurtzman
Intérpretes:
Chris Pine
Zachary Quinto
Leonard Nimoy
Eric Bana
Zoe Saldana
El universo de “Star Trek” es inmenso. La serie de televisión original, que debutó en 1966, ha generado otras cinco más, once largometrajes, y cientos de novelas, cuentos, cómics y juegos. Ahora Hollywood ha contado con J.J. Abrams, creador de “Alias” y “Perdidos”, para remozar a Spock y compañía. Desconozco sus trabajos anteriores, pero viendo esta película me pregunto de dónde viene su prestigio.
Si algo bueno hay que reconocerle a esta película es que ha costado 150 millones de dólares y se nota (lo mismo costó “Lobezno” y aún no sé qué hicieron con el dinero). Las escenas de acción son espectaculares y Abrams sabe sacarle partido al interior del Entreprise con movimientos de cámara muy buenos. Zachary Quinto está muy bien, es interesante que hayan rescatado a Leonard Nimoy para hacer de Spock y el diseño de sonido es bueno. Se acabó lo positivo.
Puedo entender que Abrams haya decidido decantarse más por la aventura que por digresiones filosóficas, pero las escenas de acción hay que justificarlas y los personajes tienen que reaccionar de forma coherente a los acontecimientos. Y es precisamente coherencia lo que le falta a este film. El guión está muy poco cuidado y siempre cogen atajos para llegar a los momentos que les interesan.
El odioso Kirk, que es un gilipollas y no sé cómo nadie se dio cuenta en pleno rodaje, es un juerguista nato. De repente, aparece de la nada el Capitán Pike, le suelta una arenga sobre lo maravilloso que era su padre, y Kirk decide enrolarse en la Flota Estelar. Es increíble que ese personaje cambie de buenas a primeras. Lo mejor es que los guionistas presentan a una chica con la que Kirk intenta ligar y que está en la Flota. ¿Por qué no hicieron que Kirk se enrolara para conseguir a la chica? Lo que viene a continuación es una copia aguada de “Starship Troopers”.
No tiene ningún sentido la estratagema que emplea “Bones” para colar a Kirk en el Enterprise. ¿Cómo van a dejar embarcar a un hombre que parece que se está muriendo? Lógicamente, la cláusula que esgrime “Bones” sirve para la evacuación de un planeta, ¿pero justo al despegar de la Tierra? Vamos hombre. Claro que con la inyección del virus a Kirk se le hinchan las manos y así pueden hacer un chiste muy, muy malo.
![]() |
Zachary Quinto y Chris Pine |
El humor de la película merece un aparte. De las privilegiadas mentes de los guionistas han surgido la chica verde, las manos hinchadas o que un hombrecillo se queda atrapado en las tuberías del Entreprise. Chistes tan elaborados y elegantes que hacen que José Luis Moreno parezca Lubitsch.
Los guionistas tampoco se esforzaron mucho para que Kirk llegara a tomar los mandos del Entreprise. El capitán Pike, que le odia y se enfada porque tenía que haberse quedado en tierra, le asciende a primer oficial ya que le advierte de que la destrucción de Vulcano es una trampa (le advierte con datos que Pike se sabe de memoria, por cierto). Pasa media película (entre medias, Kirk encuentra de casualidad en una cueva de un planeta cualquiera al viejo Spock. Esto es echarle ya mucho morro) y Kirk saca de sus casillas al Spock joven, entonces capitán, en una escena ridícula. Como resultado, éste dimite por haber mostrado sentimientos. Así el primer oficial tiene vía libre para tripular la nave.
El villano que interpreta (es un decir) Eric Bana, al que sólo le falta tener bigote y retorcérselo, no envejece un solo segundo a pesar de que pasan más de veinticinco años desde el prólogo hasta el final de la película. Odia a Spock porque no pudo evitar la destrucción de su planeta por una supernova (por lo visto Spock, en un universo en el que las naves se mueven de un punto de la galaxia a otro en un instante, llegó tarde para impedirlo). ¿No hubiera sido más creíble que el lógico y frío Spock hubo de sacrificar el planeta para salvar al resto del universo?
La película también tiene problemas de ritmo. A veces juntan demasiadas escenas de acción y éstas pierden efectividad. El mejor ejemplo es la destrucción de Vulcano. Primero se tiran en paracaídas para destruir la taladradora, luego tienen que aterrizar, salen dos malos de la plataforma y hay una pelea, los buenos se despeñan y tienen que teletransportarlos desde el Entreprise… Y todavía falta que Spock salve a su familia (con terremoto incluido). Lo peor es que durante diez minutos no hay pausas para descansar.
Supongo que el diseño de producción hace guiños a la serie original. Si no, no entiendo el tufillo sesentero que tienen los decorados y el vestuario. Al igual que supongo que en el universo de “Star Trek” las prótesis de látex se tienen que notar mucho, no vaya a ser que el espectador se crea que un bicho de plástico sea de verdad (el maquillaje está tan mal que en los primeros planos se nota la depilación de las cejas de Zachary Quinto).
No es la primera vez (ni será la última) que Hollywood intenta tapar los huecos de un guión mediocre a base de pirotecnia. Lo curioso de “Star Trek” es que incluso los críticos se han dejado cegar por los fuegos artificiales.
Si se rasca un poco la superficie, lo que queda es una tomadura de pelo.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?