The Ghost Hunters [6]
The Ghost Hunters
(Reino Unido, 2013, 522 páginas)
Neil Spring»The Ghost Hunters» es la primera novela de Neil Spring, un autor que siempre se ha sentido atraído por lo paranormal. La novela trata de Harry Price, un parapsicólogo auténtico que se hizo famoso en los años 20 y 30 por desenmascarar a médiums, y su caso más famoso, la rectoría de Borley, a la que estudió durante años, llegando a la conclusión de que estaba realmente encantada.
(Reino Unido, 2013, 522 páginas)
Neil Spring»The Ghost Hunters» es la primera novela de Neil Spring, un autor que siempre se ha sentido atraído por lo paranormal. La novela trata de Harry Price, un parapsicólogo auténtico que se hizo famoso en los años 20 y 30 por desenmascarar a médiums, y su caso más famoso, la rectoría de Borley, a la que estudió durante años, llegando a la conclusión de que estaba realmente encantada.
La joven Sarah Grey comienza a trabajar en 1926 como secretaria para el famoso parapsicólogo Harry Price. Price creía en fantasmas, hasta que se volvió un escéptico y se puso a demostrar que los mediúm eran unos charlatanes, ganándose así la enemistad de espiritualistas como Arthur Conan Doyle, aunque aún tenía la esperanza de encontrar algún suceso paranormal auténtico. Tras tres años juntos, Grey y Price viajarán a investigar la rectoría de Borley, que supuestamente está encantada; en caso afirmativo, será la prueba que necesita Price para demostrar la existencia de fantasmas.
Para documentarse Neil Spring visitó la biblioteca que Price legó a la Universidad de Londres (está alojada en la Senate House Library, que por cierto, dicen que está encantada) y la verdad es que lo más interesante, con muchísima diferencia, son las investigaciones de Price y lo que te muestra del personaje, ya que lo que hay entre medias es bastante aburrido. Y es que me parece que Spring tiene serios problemas para crear una narración de ficción medianamente entretenida, pero que es muy bueno cuando se centra en momentos paranormales concretos y las páginas que conducen a ellos.
Spring, utilizando el punto de vista de la secretaria, ha querido mostrar lo contradictorio que era Harry Price: humillaba a los médiums, incluso siendo amigos suyos, pero necesitaba contentar a los espiritistas porque le financiaban su empresa, y aún creía que podía encontrar algún fenómeno paranormal verdadero; pero sobre todo, necesitaba enormemente destacar sobre el resto de la gente. Ese personaje es fascinante, pero la verdadera protagonista es Sarah Grey, que no es ni la mitad de interesante.
Con 500 páginas, la novela es excesivamente larga y da demasiados rodeos, haciendo que el interés decaiga muchísimo cuando Harry Price no está por ahí rondando. Comienza con dos falsos principios (una historia dentro de otra dentro de otra), y realmente no es interesante hasta que Grey se pone a trabajar para Price (hasta entonces hay un momento bueno, que es cuando Price demuestra los trucos de una médium). Spring presenta elementos que al final tienen importancia, pero como están tan poco destacados y no vuelven a aparecer, se te olvidan.
El primer encuentro entre los protagonistas es increíble del todo, ya que la chica se pasea por el laboratorio como Pedro por su casa, y cuando Harry la descubre, se ofende y le ofrece un trabajo como secretaria. Antes de comenzar a investigar a médiums, Spring se pierde con un secreto que guarda la madre de Grey, y una amiga suya que va a casarse. Entonces Price humilla públicamente a una amiga médium, y Grey comienza a plantearse qué clase de hombre es Price.
Ahora vienen las mejores páginas: la primera visita a la rectoría de Borley. Spring va alternando diversas fuentes (cartas de gente que vio cosas raras en Borley con recortes de prensa de la época), con la preparación y posterior investigación. Aparte de lo muy interesante que resulta ir descubriendo qué está pasando en esa rectoría, Spring añade tensión al introducir un periodista que no se lleva muy bien con Price, y que atrae a Grey.
Pero cuando más arriba está el interés, la novela se va por otros derroteros, sin que los protagonistas hayan llegado a ninguna conclusión definitiva sobre la rectoría. Pasan varios años, sabes que hay algún secreto, y Borley queda en un muy segundo plano. Spring planta unas misteriosas llamadas, que como no vuelven a aparecer, se te olvidan. Y entonces hay otra visita a la rectoría.
La casa ha cambiado de dueños, pero siguen sucediendo fenómenos extraños. La investigación es igual de fascinante que la primera, y lo único torpe que tiene es cómo Spring presenta a un personaje, porque es muy poco sutil: el extraño que mira fijamente a Grey en la estación de tren, que luego aparece en la rectoría.
Grey y Price vuelven a Londres e investigan a un médium, Rudi Schneider, al que nadie ha desenmascarado (en la vida real, nadie descubrió cómo hacía sus trucos en las sesiones de espiritismo… si es que eran realmente trucos). Aquí Spring vuelve a separarse de Borley, pero la investigación es tan buena que te da igual.
Ahora viene lo peor de toda la novela. Los protagonistas se separan y vuelven a pasar varios años (y cosas en la vida de Grey muy poco interesantes). Y entonces viene el final, que tiene momentos magníficos y partes que se podían haber abreviado o suprimido (toda la historia del padre de Grey, por ejemplo, o el misterioso secreto que guardaba Grey a Price, que es demasiado folletinesco. Y aquí también Grey se cuela en el laboratorio de Harry demasiado fácilmente). Harry sigue investigando Borley y llega a la conclusión de que sí está encantada, y escribe dos libros sobre el caso. Entonces comienzan los giros, en los que nada es lo que parecía, y entiendes perfectamente cómo era el personaje de Harry Price.
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