Toy Story 2 [8]
Toy Story 2
(EE.UU., 1999, 92 min)
Dirección:
John Lasseter
Ash Brannon (co-director)
Lee Unkrich (co-director)
Guión:
Andrew Stanton
Rita Hsiao
Doug Chamberlin
Chris Webb
Intérpretes (v.o.):
Tom Hanks
Tim Allen
Joan Cusack
Kelsey Grammer
El año pasado la Pixar decidió pasar a 3D “Toy Story” y “Toy Story 2” y reestrenarlas en cine para preparar la llegada este verano de la tercera parte. En Estados Unidos las estrenaron en un programa doble, mientras que en España y otros países las separaron. En octubre exhibieron la primera parte, y ahora le toca el turno a la secuela.
“Toy Story” (1995) fue el salto al largometraje de Pixar, y desde entonces el mundo de la animación no ha vuelto a ser el mismo. El film narraba las aventuras de unos juguetes que cobraban vida cuando no había personas delante, y se convirtió en un clásico instantáneo. En un principio, “Toy Story 2” (1999) iba a ir directa al vídeo, como muchas segundas partes de la casa Disney. Estaba planificada para que durara 60 minutos, pero al ver la calidad de las primeras animaciones, Disney decidió que desarrollaran el guión para tener un film de hora y media y estrenarlo en cines. Y acertaron: “Toy Story 2” cosechó unas críticas excelentes y se convirtió en la tercera película más taquillera del año (485 millones de dólares en todo el mundo; tan sólo por detrás de “La amenaza fantasma” y “El sexto sentido”).
En esta parte, la madre de Andy decide montar un rastrillo en el jardín de su casa para deshacerse de trasto viejos, entre los que se encuentra un pingüino de juguete. Woody intenta rescatarlo, pero acaba en las manos de un frikki, dueño de una tienda de juguetes, que quiere venderlo a un museo de Japón. Así que un grupo de muñecos, liderados por Buzz, deciden salir al exterior para recuperar a su compañero.
La película tarda en empezar. Aquí debe de ser donde estiraron más el guión. Los primeros minutos los dedican a una misión de Buzz Lightyear, muy espectacular pero que tiene poco que ver con lo que viene a continuación, y que básicamente es una broma para despistar al espectador (sólo sirve para mostrar la popularidad de Buzz y presentar al personaje del Emperador Zurg). A continuación vienen los peores minutos de todo el film, porque recuerdan muchísimo a la primera parte: muestran el miedo que tienen los juguetes a dejar de ser queridos. No pasan las misma cosas, pero la sensación de déjâ vu está en el aire. Y presentan a un perro muy mono, que no pinta nada (pero que les hizo ganar minutos). Sin embargo, en cuanto Woody cae en las zarpas del frikki, la película gana enteros, y desde ese punto hasta el final, “Toy Story 2” es una gozada.
Lasseter juega constantemente con elementos de la primera parte, ya sea para darles la vuelta, o para desarrollarlos en subtramas geniales. Aquí es Buzz el que tiene que salvar a Woody; y el vaquero es la estrella en el nuevo sitio al que llega, donde descubre un pasado de celebridad, lo que le hace subir el ego. Un poco lo que pasaba en la primera parte con Buzz. En la tienda de juguetes, Buzz se encuentra con una nueva generación de Buzzes que son tan tontos como lo era él, y que da juego a una serie de equívocos divertidísimos.
La película es una concatenación de escenas brillantes muy imaginativas. Sin agobiar al espectador, con un ritmo trepidante, las cosas se van complicando más y más a medida que avanza el metraje, lo que hace que te preguntes cómo van a salir de esa, mientras te lo pasas de maravilla. Me encantan el cameo de Geri, el viejecillo protagonista de “El juego de Geri”, esa joya de cinco minutos que ganó un Oscar en 1998; el chiste sacado de “La guerra de las galaxias” sobre el padre de Buzz; la escena en la que cruzan la calle; o las barbies. Tan sólo le veo dos pegas a esta parte: la respuesta a “¿volverá Woody a casa de Andy defraudando a sus nuevos amigos?” era muy fácil, y la solución que encuentran era la primera que pensé; y la canción de Jessie me parece cursi. Comparo esa secuencia musical con la historia del matrimonio de “Up” y las diferencias son enormes: la una te hace crujir los dientes, la otra te lleva lágrimas a los ojos; cuando ambas buscaban el mismo efecto.
Hace tiempo que soy fan de Pixar y al ver las de “Toy Story” me doy cuenta que la productora ya entonces tenía guiones muy ingeniosos perfectamente construidos, que la animación era igual de buena que ahora, pero que les faltaba algo que lograron por primera vez en “Monstruos S.A.” (2001): que te enamores de los protagonistas. Ahora sus películas son igual de originales, pero tienen más emoción.
¡Qué ganas tengo de ver “Toy Story 3”!
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