VIDA DE ESCRITOR: VIVE TU PROPIA VIDA

Bueno amigos, año nuevo, sección nueva. Tras acabar con «Cómo escribir ficción» (sí, lo creáis o no, solo con esos artículos podéis comenzar vuestra carrera literaria), he creado «Vida de escritor«, donde seguiré hablando de la escritura de ficción, de mis proyectos, de lo divino y lo humano… y de todo lo que se me ocurra, porque será un cajón de sastre. (Una advertencia: no esperéis que hable de política, de deportes, o de actualidad, porque son temas que me aburren y no me interesan.)
   La comienzo hoy y la acabaré cuando me muera. Tengo 34 años, así que espero daros la lata durante unos cuantos decenios. Os doy las gracias por acompañarme, y espero que sigamos juntos mucho tiempo.
   Hoy quiero hablar de algo fundamental: vivir tu propia vida. Yo durante demasiado tiempo no viví la mía, sino la que se esperaba de mí. El problema es que esa vida que en teoría debía llevar, a mí no me gustaba nada. Pero por mucho que cambiaran mis circunstancias externas (cambiaba de trabajo, de lugar de residencia, de compañías), algo en mi interior no me dejaba ser feliz: llevaba una trayectoria vital que no había manera de cambiar; era como un río que sale de su cauce para tarde o temprano volver a él.
   Si alguien me preguntara cuál ha sido el momento más importante de mi vida, le diría que fue cuando decidí ponerme a escribir ficción. Llevaba arrastrando lustros la frustración de no escribir, y en vez de ponerme a ello, hacía como si ese sentimiento no existiera. Mal hecho, los sentimientos, tanto buenos como malos, te van diciendo qué tienes que hacer en tu vida. Investiga qué te está diciendo el sentimiento, y actúa en consecuencia.
Portada original de Los guiones que vivimos, de Claude Steiner
«Los guiones que vivimos»

Me puse a escribir, y mi vida cambió para siempre. Quiero destacar que llevo más de cinco años escribiendo, por lo que el cambio ha sido gradual, pero ha sido profundísimo y ya no hay vuelta atrás. El cambio se lo debo a la literatura, a forzarme a superar limitaciones del pasado para ser un mejor escritor cada día.

   Cuando tienes un sueño, superas lo que haga falta para alcanzarlo. Si no tienes sueños, no superas nada.
   Cuando estaba escribiendo mi primera novela, notaba que había situaciones que con sólo pensar en ellas me provocaban ansiedad. Eran cosas que tenía que hacer si quería acabar la novela, y no me quedaba más remedio que hacerlas. Una de ellas, por ejemplo, era pedir ayuda o tener que hablar con desconocidos para documentarme.
   Por esa época había comenzado a leer libros de autoayuda. Poco a poco me fui preguntado qué cosas me costaba hacer que la gente hacía sin problemas. Y cada vez que encontraba una limitación, me compraba algún libro que trataba específicamente del tema, y me analizaba hasta conocer la causa. La programación neurolingüística y la auto-hipnosis también me ayudaron mucho (son excelentes para acabar con la sensación de angustia).
   Para mí era fundamental saber cuál era el origen, y después cambiar. Era como si me rodearan muros de cristal que no me dejaban hacer ciertas cosas, pero gracias a los libros los derribé. Sobre todo identifiqué que estaba muy bajo de autoestima y de seguridad en mí mismo, que no era nada asertivo (era pasivo y a veces pasivo-agresivo), que sufría fobia social, que era perfeccionista, y que tenía muchísimo miedo a ser rechazado y al fracaso.
   ¿Qué es lo más importante que descubrí?
   Que estaba atrapado en un guión. Eso es vivir en una celda invisible. 
ACABANDO CON DEL GUIÓN

Quiero destacar aquí cuatro libros que me ha ayudado mucho.

«Los guiones que vivimos» («Scripts People Live»), de Claude Steiner, es un clásico del análisis transacional, y aunque está escrito específicamente para los terapeutas, a mí me ha encantado. La idea de partida es que desde pequeños se nos inculca una serie de patrones de comportamiento, que nosotros aceptamos para sobrevivir, y que hacen que nos limiten en el futuro: sentimos angustia al intentar hacer algo que se sale de nuestro guión, por muy pernicioso que sea éste.
   La proposición de Steiner es que todos nacemos siendo príncipes y princesas, pero que nuestros padres nos vuelven ranas, incluso sin que ellos sean conscientes (muchos no se dan cuenta de la importancia del lenguaje corporal y del tono de voz que emplean con sus hijos). Si la influencia de los padres, de los educadores y del entorno es muy potente, el niño tomará una decisión para sobrevivir en ese entorno y comportarse de una determinada manera: si me comporto como yo quiero, veo que me rechazan, pero si sigo unas pautas, veo que me aceptan, así que decido seguir esas pautas. Si la influencia es dañina, se forma un guión trágico, que o lo identificas y lo rompes, o te guía toda tu vida. Steiner dice que siempre se da la influencia dañina de los padres en mayor o menor medida; a mí me parece que esa influencia tal vez sea el origen, pero que para que se forme un guión trágico hacen falta muchos factores distintos.
Steiner identifica tres guiones básicos de la vida: el guión sin amor, que conduce a la depresión; el guión sin conciencia, que conduce a la locura; y el guión sin alegría, que provoca una adicción a las drogas.
   Yo estaba en el guión sin amor: nadie me enseñó a expresar mis sentimientos, a decir que necesitaba cariño, a ser yo mismo; tanto es así que llegué a pensar que no era digno de ser amado, que siempre iba a estar solo, y que mis sentimientos y opiniones no tenían importancia. Era un niño cuando llegué a esas conclusiones, y las reforcé en la adolescencia.
   Steiner también habla de los guiones banales, que son los que te impone la sociedad. Son menos dañinos que los anteriores, pero también se asumen a una temprana edad, como una forma de defensa, y te limitan posteriormente la vida. De los guiones banales de los hombres, yo me había metido en el del intelectual: como mecanismo de defensa, porque me machacaban psicológicamente en el colegio, me dije que sería más inteligente que el resto y decidí ser un intelectual. No podía haber elegido un guión más aburrido. Lo decidí cuando vi que las buenas notas hacían que mis compañeros me trataran con más respeto. Di la bienvenida al intelecto y me despedí de las emociones.Un libro que me ayudó mucho a identificar la creación de esos guiones fue «Cómo mejorar su autoestima» («How to Raise Your Self-Esteem»), de Nathaniel Branden. Branden, que es uno de los expertos en autoestima más importantes del mundo, no los llama guiones, pero repasa varios casos de pacientes que tenían problemas de autoestima y cómo descubrió las causas con unos ejercicios muy básicos de completar frases. Esos ejercicios te revelan muchísimo lo que llevas escondido en el inconsciente, y gracias a los análisis que hace Branden sobre sus pacientes, empiezas a entender qué sucede, por qué hay situaciones en la vida que te limitan. Si sólo quieres leerte un libro, que sea éste.

Portada de El guión de vida, de José Luis Martorell«El guión de vida«, de José Luis Martorell, sigue con el análisis transacional y en varios casos simplifica los conceptos de «El guión que vivimos», por lo que yo recomiendo leerlos seguidos. Martorell sostiene que no todos los padres convierten en ranas a sus hijos, sino solo aquellos que sin saberlo siguen un guión; que muchos padres antes de nacer ya tienen unas expectativas para sus hijos, por lo que les van a crear un guión, que no tiene por qué ser dañino (por ejemplo, ser hincha de un determinado equipo de fútbol); que los guiones los forman todo el entorno, aunque la mayor influencia viene de los padres; o que los guiones te crean unas gafas a través de las cuales ves la realidad distorsionada, lo que provoca que constantemente caigas en profecías que se autocumplen: pienso de una determinada forma, que me limita, y ese pensamiento hace que me comporte de una determinada forma, que me limita, confirmando mi pensamiento.
Es decir: no tengo amigos porque soy raro y nadie me quiere, cuando voy a hacer nuevos amigos, no me abro por miedo a que me rechacen, lo que provoca que me rechacen, lo que hace que confirme mis ideas de que soy raro y que no voy a tener amigos.
   Martorell acaba explicando cómo salir del guión (el primer paso es reconocer que se está viviendo uno), y que el cambio de las personas que lo logran es espectacular.
Y para acabar «Prisioners of Belief«, de Matthew McKay y Patrick Fanning. Ambos autores son expertos en terapia cognitiva, la cual, para tratar problemas psicológicos, enseña a la gente a identificar percepciones erróneas que tiene de la realidad y a cambiarlas por otras más positivas y realistas. Aquí también aparecen una gafas que distorsionan la realidad: los pensamientos negativos sobre nosotros mismos que nos limitan. La teoría es parecida a la formación de guiones: mientras crecíamos, una serie de acontecimientos provocaron que nos viéramos de forma negativa, y esos pensamientos aún nos limitan siendo adultos.
   También se dan las profecías que se autocumplen: si eres negativo, posiblemente sólo prestes atención a los fracasos que confirman la idea que tienes de ti mismo, rechazando ocasiones positivas que contradecían esa idea (si eres muy tímido, por ejemplo, se te olvidará esa fiesta donde te pusiste a hablar con desconocidos sin necesidad de beber), evitando que puedas crecer; mientras que si eres positivo, pasará todo lo contrario.
   Como con los guiones, el primer paso es reconocerlos. En un test de 100 preguntas descubres qué pensamientos negativos tienes; luego, a través de una serie de ejercicios, identificas qué monólogo negativo te dices cada vez te enfrentas a una situación que te hace sentir mal; identificas qué consecuencias tienen para tu vida actual esos pensamientos; recorres tu vida desde que naciste hasta que cumpliste 20 años, buscando la creación de esas creencias. Y acabas con un ejercicio que a mí me gusta mucho: a través de visualizaciones, curas tu pasado. No puedes cambiar lo que sucedió, pero sí tu percepción. Parece una tontería, pero funciona como si fuera magia.

Bueno, ¿a qué esperáis para comenzar a vivir vuestra propia vida?

Consigue «Los guiones que vivimos«, de Claude Steiner, en Amazon.es o en Iberlibro.com
Consigue «Cómo mejorar su autoestima«, de Nathaniel Branden, en Amazon.es o en Iberlibro.com
Consigue «El guión de vida«, de Juan Luis Martorell, en Amazon.es o en Iberlibro.com
Consigue «Prisioners of Belief«, de Matthew McKay y Patrick Fanning , en Amazon.es o en Iberlibro.com 

Siguiente artículo:  El libro para escritores

2 comentarios
  1. Ivan Rúmar
    Ivan Rúmar Dice:

    Buenas!

    Me encanta esta nueva sección. Muy interesante y constructiva. En muchos aspectos de los que comentas me siento identificado y no puedo hacer otra cosa que felicitarte por la ayuda que me brindas con estas entradas y tus recomendaciones de libros. Acabo de comprar "Prisioners of Belief" y ya tengo ganas de leerlo (y ponerlo en práctica).

    Un abrazo!

    Responder
  2. admin
    admin Dice:

    ¡Muchas gracias Ivan!

    Si he decidio contar todo esto es porque pensé que habría más gente como yo, para que vean que sí se puede cambiar. Lo único es que tienes que saber cómo se hace, y esos libros ayudan mucho.

    Si juntas el de Branden con "Prisioners of Belief" vas a descubrir un montón de cosas, y a hacer que el pasado ya no te pese tanto. Ya me contarás si te ayudan mucho o poco. Influye mucho tu actitud: si quieres cambiar, cambiarás.

    Responder

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.