Zodiac Station [8]
NOVELA
Zodiac Station
(Reino Unido, 2014, 400 páginas)
Tom Harper
Tom Harper es el pseudónimo de Edwin Thomas, es un escritor británico que publicó sus primeras novelas con su nombre real, y que está especializado en novelas históricas y thrillers. “Zodiac Station”, publicada en 2014 (desgraciadamente sigue sin estar traducida al castellano), es un entretenidísimo rompecabezas lleno de secretos, con una pizca de ciencia ficción.
El rompehielos “Terra Nova” se va abriendo camino en el Ártico cuando descubre a un misterioso esquiador en la nieve. El hombre se llama Tom Anderson y dice venir de la Estación Zodiac, una estación científica que ha explotado y de la que es el único superviviente. Tom cuenta que fue a Zodiac porque un antiguo profesor suyo, Martin Hagger, lo había llamado para que fuera su ayudante, y que el mismo día de su llegada Hagger apareció muerto en el hielo. Aunque parecía un accidente, en seguida comenzaron a sospechar que Hagger había sido asesinado.
“Zodiac Station” no hace más que jugar con el lector. Empieza con ese principio que recuerda muchísimo a “Frankenstein” y a “La cosa” de Carpenter —aunque el desarrollo no tiene nada que ver—, y los trabajadores del “Terra Nova” quieren saber qué pasó realmente en la Estación Zodiac. Las partes del barco están narradas en tercera persona, y Harper va desgranando la historia a través de varios narradores-testigo, de forma gradual y cronológica, en primera persona. Lo que hace que esta novela sea tan entretenida es que a medida que avanzas en la trama, más misterios surgen, y más vas dándote cuenta de que las narraciones chirrían: lo que cuenta cada uno no acaba de encajar con lo que ya sabes y parece que alguien oculta la verdad.
Sin desvelar mucho diré que el primer testigo, Tom Anderson, presenta el caso de la Estación Zodiac como si fuera un misterio: ¿quién mató a Martin Hagger? Además, la estación está llena de gente que no se lleva bien y de secretos. Y cuando crees que el resto de libro será así, hay un giro y la historia continúa a través de otro personaje y ahora se centra en descubrir si Hagger estaba filtrando datos confidenciales a quien no debía. Hay otro nuevo personaje y otro giro, y entonces la historia destaca la situación estratégica del lugar donde se encuentra la estación y posibles radares y satélites rusos.
Y al final, con un testigo sorprendente (si existe ese personaje, alguno de los anteriores no puede ser quien dice ser), Harper va encajando todo y acaba con un giro de ciencia ficción, que supongo que desconcierte a más de uno. El recurso es muy original, y a mí me funciona, pero tal vez Harper debería haber dado más pistas de que algo fuera de lo normal pasaba en el Ártico. En ese final las acciones son un poquito precipitadas, y para mí lo más endeble de la novela es la explicación de la explosión que acabó con Zodiac.
Habrá que esperar a que se edite en castellano
A ver si lo hacen, porque está muy bien.