10 lecciones para tener una carrera literaria
¿Quieres ser escritor y tener una carrera literaria? Aquí tienes las lecciones más importantes que he aprendido durante los 10 años que llevo escribiendo.
Hace ahora un decenio que desempolvé el libro El placer de escribir, de Ana Ayuso Verde, a ver si lo de escribir ficción era para mí, y está claro que me gustó. Gradualmente me fui separando de la productora para la que trabajaba como montador, y en 2015 di por finalizada mi carrera en el audiovisual para dedicarme a escribir y dar clases de escritura creativa.
Espero que estas lecciones te ayuden en tu carrera literaria, sobre todo para saber lo que hay que hacer.
Reconozco que si me las hubieran dicho cuando empecé, muchas las habría rechazado sin prestarles atención; las aprendí tras metérmela una y otra vez, una y otra vez, y entonces reconocer que tenía que hacer las cosas de otra manera.
Sé más listo que yo.
Vamos allá.
1— No esperes a que te den permiso para escribir.
Durante lustros estuve frustrado porque nadie me animaba a ponerme a ello, y yo no me atrevía a escribir por mi cuenta. Desde niño me han apasionado las novelas, y quería escribirlas. Más tarde me hice cinéfilo, y me atraía escribir guiones.
En 2001 cuando hice las pruebas para la Escuela de Cine de Madrid (ECAM), me sentí mal porque había logrado meterme en Montaje, pero me habían rechazado en Guión. Me lo tomé como una señal definitiva de que la escritura no era para mí. (Pasé por alto que meterse en esa escuela en aquella época era dificilísimo, y que en mi año hubo más candidatos a Montaje que a Guión).
No sabía entonces que nadie tiene que darte permiso para hacer nada en esta vida, que te tienes que lanzar tú a por tus objetivos. Mientras sea ético lo que hagas, que el resto diga misa.
Criticarte, siempre habrá gente que te critique. Es su problema, no el tuyo.
En estos 10 años mi vida ha cambiado radicalmente a mejor, ya sé qué es vivir intentando cumplir las expectativas que otros tienen de ti, o buscando la validación de otros, vivir sin rumbo fijo y vivir luchando por tus sueños. Solo la última trae felicidad; las otras traen frustración, resentimiento y angustia cuando te das cuenta de que lo único que consigues en la vida es ser más viejo.
Nadie me garantiza que lo logre como escritor, pero al menos me habré quitado la espinita de no haberlo intentado, y he adquirido una serie de habilidades que me permiten moverme muchísimo mejor por la vida.
¿Quieres ser escritor? Pues ponte a escribir ya.
2— Escribir no es cuestión de talento, es cuestión de trabajo duro y trabajo inteligente.
Aparte de que estaba esperando que alguien me diera permiso para escribir, me frenó mucho la noción del talento: o lo tenías, y las novelas te salían solas, o no tenías nada que hacer. Y yo no lo tenía, así que, ¿para qué intentarlo?
Escribir no es cuestión de talento, es cuestión de ganas y mucho trabajo duro leyendo, escribiendo y reflexionando sobre lo que escribes y lees.
No existen los genios innatos. Todos los escritores profesionales se han tenido que deslomar para aprender a escribir, y eso incluye a las grandes figuras literarias (un pequeño detalle que obvian las clases de Literatura).
Muchos de mis alumnos, cuando comienzan el curso de escritura creativa, parten de esta noción; el acabar el curso, al comprobar lo mucho que han mejorado, lo ven de otra manera.
Hay dos citas que me encantan. Una de Stephen King:
“El talento vale menos que la sal de mesa. Lo que separa al individuo con talento del que tiene éxito es mucho trabajo duro”.
Y otra de Ernest Hemingway:
“No es de su incumbencia que tengas que aprender a escribir. Deja que se piensen que naciste así”.
Escribí precisamente La aventura de ser escritor para demostrar que el talento no cuenta para tener una carrera literaria.
3— Debes formarte.
Saber escribir no es sinónimo de saber contar historias con palabras escritas, que es lo que hacemos los novelistas.
Nadie nace aprendido, la ciencia infusa no existe, y no vale haber leído mucho o escrito mucho que no sea ficción (que seas, por ejemplo, periodista, o que lleves años manteniendo un diario).
Cuando comencé, podía haber dicho que no me hacía falta aprender. He sido un lector voraz desde la infancia, ya me había leído unos cuantos clásicos, tenía una licenciatura en Periodismo y una diplomatura en Montaje Cinematográfico, y trabajaba de montador en una productora.
Utilicé el sentido común y reconocí que no sabía cómo se escribían las novelas. Me compré un montón de libros para escritores, sobre todo de la Writer’s Digest, hice unos cuantos cursos online (los que más me ayudaron fueron los de Holly Lisle How to Think Sideways y How to Revise Your Novel), y todo lo que aprendía lo ponía en práctica escribiendo mis propias historias y analizando las novelas que me leía. Y mucho de lo que sabía de cine, lo adapté a la literatura.
Sé humilde, y reconoce que tienes que aprender. Aprendes de gente que está por encima de ti, de gente que lo ha logrado y sabe explicar cómo lo hizo. Si alguien quiere enseñarte quedándose solo en la teoría, porque ha estudiado mucho, no vale; tiene que haberlo puesto en práctica y comprobado que funciona.
4— Lo importante no es el estilo, sino la historia.
Durante mis años de frustración, las pocas veces que intenté escribir algo utilizaba un estilo engolado, lleno de palabras raras y altisonantes. Pulía frases y frases, que la gramática fuera perfecta. Nunca llegaba a nada, y escribía muy poco. Estaba claro que no tenía talento.
Más tarde me di cuenta de que hay que empezar con la historia, saber qué quieres contar y cómo se desarrollan las narraciones; y que normalmente un estilo engolado es un estilo malo, precisamente porque con él intentas encubrir que no sabes qué estás haciendo.
Una vez que sabes contar historias, las perfeccionas con el estilo. El estilo es un refuerzo de la historia, pero nunca debe taparla.
5— La literatura es un negocio.
Tarde o temprano tienes que ser consciente de esto, de lo contrario, no lograrás nada. Ya puedes escribir obras maestras, que nadie va a leerte, o a publicarte.
Voy a decir algo que suele doler: si quieres ser escritor, debes tener mentalidad de emprendedor.
Si las editoriales no tienen beneficios, quiebran, y los libros no se venden solos: si nadie te conoce, nadie comprará tus libros.
No recomiendo que te plantees desde el principio qué géneros escribir pensando en el potencial comercial. En el muy hipotético caso (tan hipotético como ganar el Gordo de Navidad) de que tengas éxito, vas a tener que escribir en ese género durante lustros, y si no te gusta, lo vas a pasar muy mal.
Tampoco recomiendo que sigas modas (para cuando el libro esté listo, con lo que se tarda, es posible que la moda ya haya pasado o el género esté saturado), o que elijas un género pensando en el prestigio («Ganaré el Nobel», o tonterías por el estilo).
Me parece que primero tienes que conocerte bien, luego identificar en qué géneros te sientes a gusto escribiendo (puede pasar que no sean los mismos que sueles leer; si ocurre eso, tienes que ponerte a leer como un loco los géneros en los que escribes), y por último ver cómo encontrar a tu público en esos géneros que escribes.
Cuando empecé, estaba convencido que de escribiría ficción literaria, y mi referente era Javier Marías. Me esperaba un gran reconocimiento intelectual, la gente me rendiría pleitesía por mis novelas (perdona que ahora me parta de risa), y despreciaba la literatura juvenil por intrascendente. Uff, cosa para chavales.
Ironías del destino, en cuanto comencé a tener ideas para novelas, se ve iban a fantasía juvenil, me resultaba más o menos fácil desarrollarlas, me lo pasaba muy bien escribiendo, y me permitía hablar de temas que me fascinaban.
Ahora ese género me encanta, y ya casi no leo ficción literaria.
6— Hay dos formas factibles de llegar a tu público.
Cuando comencé, la única forma realista de llegar a tus lectores eran las editoriales tradicionales. Ahora tenemos otra igual de válida: la autopublicación en Amazon. No te cierres a ninguna.
Tus lectores lo que buscan es un buen libro, y les da igual que vaya por editorial o sea autopublicado mientras lean algo de calidad. Prueba y prueba. La mayoría de nosotros seremos autores híbridos: algunos de nuestros proyectos irán por editorial, otros los autopublicaremos.
Si tiras por la autopublicación, reconoce tus limitaciones, y delega trabajo en otros, contratando servicios que sabes que no puedes hacer. Tiene que quedar un libro de calidad profesional.
Pero ojo, cuanto más dinero te gastes, más tardarás en tener beneficios; a veces te compensa aprender a hacer cosas para ahorrar. Si te gastas 1.000 euros en tener un libro decente, es muy probable que jamás recuperes la inversión.
Ten en cuenta estas dos concepciones erróneas:
—Llegar a una editorial tradicional cuesta mucho, aunque no es cierto que solo cojan a famosos.
—La autopublicación en Amazon no es la panacea y no te abre las puertas de ninguna editorial. No es un buen consejo poner tu novela en Amazon, a ver si te llama una editorial.
Yo diría que más del 95% de los libros de Amazon fracasa, y ninguna editorial va a llamar a tu puerta. Hay gente a la que le pasa, pero es la excepción y es dejarlo todo en manos de la suerte. La pones en Amazon porque crees que es una buena opción para llegar a tu público.
7— La promoción depende de ti.
Muchos se piensan que el trabajo del escritor es escribir, que la promoción depende de otros. Ya lo he dicho más arriba, los libros no se venden solos, y si no haces nada por promocionarlos, nadie los va a comprar.
Da igual que te autopubliques en Amazon o vayas por editorial. Incluso si llegas a Planeta o Penguin Random House, los dos gigantes del mundo editorial en España, esas empresas no se van a volcar en ti; esas empresas se vuelvan en los escritores que ya tienen mucho tirón, para maximizar los beneficios de sus libros.
Si llegas a una editorial, algo de promoción hará, pero el grueso lo tienes que hacer tú. Y en la época que vivimos, debes tener un grupo de seguidores antes de publicar tu primer libro. ¿Cómo? Haciéndote un hueco en internet.
Mantén un blog, sé activo en las redes sociales, métete en grupos de Facebook que hablen de tu género. Y haz contactos que puedan ayudarte a promocionarte.
Una plataforma que recomiendo encarecidamente para aprender a promocionarte por internet es MOLPE, Marketing Online para Escritores, de Ana González Duque.
8— Necesitas hacer contactos.
Escribir es un oficio muy solitario, eso hay que asumirlo, pero tú no puedes hacerlo todo. Haz contactos que te allanen el camino.
Contactos no son enchufes, o que te arrimes a alguien por el interés (eso se nota muchísimo), es conocer a otros escritores y hacer amigos. Si les puedes ayudar, les ayudas, sin esperar nada a cambio. Ya te ayudarán ellos, u otros, más adelante.
Hasta el año pasado no empecé a hacer amigos escritores; me ayudó mucho el grupo de Facebook “El escritor emprendedor”, y el viaje que hice en julio al Festival Celsius 232, en Avilés.
Que seamos escritores no significa que debamos aislarnos del mundo. Sigue socializándote, que nunca sabes de dónde te puede venir ayuda. Desde que imparto clases de escritura, he descubierto que tengo a un montón de gente —mis alumnos— a la que recurrir para documentarme de los más variados temas.
No tengas miedo a pedir ayuda. Tú no puedes hacerlo todo, y habrá un montón de gente que esté dispuesta a echarte una mano.
9— Vivir exclusivamente de la venta de libros es dificilísimo.
Tanto es así que muchos de los que dicen vivir de la escritura, realmente viven de la venta de sus libros y actividades relacionadas con la escritura: charlas, cursos, talleres, servicios de corrección, informes de lectura, mentorías, colaboraciones en prensa, escritura de obras de teatro y guiones…
Vivir exclusivamente de la venta de libros lo consiguen cuatro en todo el mundo, pero puedes aumentar mucho tus ingresos con esos servicios. (Yo creé el curso de escritura creativa porque se me estaban acabando los ahorros. Luego resultó que me encanta enseñar).
Pero aquí pasa como con los libros, que solos no se venden: tienes que labrarte un nombre para que la gente te contrate, y demostrar que das un buen servicio para que te recomienden. No vale con tener una página web espectacular.
¿Recomendación? No dejes tu trabajo, demente, y vete escribiendo en tus ratos libres.
10— Tómatelo sin prisa, pero sin pausa.
¿Una señal casi infalible de que alguien no lo va a lograr como escritor? La prisa. Si tienes prisa, no lo logras. Así de sencillo.
En el arte no hay atajos. Debes dedicar varios años a formarte, escribiendo y leyendo como un loco, hasta que tengas un nivel profesional. Debes tener muchísima paciencia, constancia y perseverancia. Quien quiera ser escritor y no esté dispuesto a esto, malo, malo; es como querer ser atleta profesional sin sudar.
Una carrera literaria es una maratón que gana quien no abandona, y quien es capaz de encontrar soluciones, o alternativas, a los obstáculos que se le cruzan en el camino. Muchas veces esos obstáculos te obligan a crecer, a ver las cosas con otra perspectiva, a tener que aprender nuevas habilidades para seguir adelante.
Gana quien cuando le tumban, se levanta y lo vuelve a intentar con las mismas ganas que al principio. Nadie se libra de reveses, fracasos y rechazos en esta carrera. Pero es que en la vida pasa lo mismo.
Más de una vez en estos artículos, o en mis libros para escritores, he dicho que hacen falta 10 años para establecerte como escritor. Bueno, ¿pues cómo va mi carrera literaria? ¿Es cierto lo que digo, o me tengo que comer mis palabras?
Mi primera novela, El príncipe Eosh, está a punto de ser publicada por la editorial tradicional Red Apple Ediciones. (Nota de diciembre de 2019: no recomiendo trabajar con esa editorial. A los 11 meses de la publicación, rescindí el contrato). No conocía a nadie en el mundo editorial, y lo logré mandando mi manuscrito y una carta de presentación.
Mis libros para escritores autopublicados en Amazon, Atrévete a ser escritor y La aventura de ser escritor, se venden regularmente. El primero lleva 1.000 ejemplares vendidos y más de 4 años seguidos entre los 100 más vendidos del Amazon español, en la categoría de “Creación literaria y redacción de textos”; el segundo lleva un año seguido.
Mis cursos y talleres presenciales en Santander se suelen llenar, y ya funciona el boca a boca: la gente habla bien de mí y me recomienda. Y el año que viene, que por fin tendré disponible la versión online del curso largo (gracias por esperar, todos los que habéis mostrado interés) y más servicios para escritores, espero poder decir que puedo vivir de mi pasión.
¿Quieres aprender a escribir novelas? Apúntate a mi lista de correo y llévate las primeras lecciones del curso de escritura online gratis y los e-books Los diez pilares fundamentales de la escritura de ficción y La diana del escritor.
Muy buenas reflexiones, Carlos, y mil gracias por la recomendación de MOLPE. Estoy de acuerdo contigo en muchas cosas, sobre todo en que esto de ser escritor es una maratón. Yo sí creo que autopublicar te abre las puertas de las editoriales en cierta manera. Cuando tienes éxito autopublicando, las editoriales empiezan a pedirte «si tienes algo nuevo». Luego, es muy posible que seas tú el que no quieras publicar con ellos (o no siempre), porque ves que no te compensa o que te compensa poco. Mucha suerte con el nuevo libro :D.
Gracias Ana. Sí, la cuestión de fondo es que pruebes y pruebes; si tienes éxito, las cosas te va a ir a mejor y las editoriales te llamarán, y si no, que creo que es lo más normal cuando empiezas, pues sigues dándole y dándole para que tu grupo de lectores vaya creciendo. Un abrazo.