Albert Nobbs
(Reino Unido, Irlanda, 2011, 113 min)
Dirección:
Rodrigo García
Intérpretes:
Glenn Close
Janet McTeer
Mia Wasikowska
Aaron Johnson
Brenda Fricker
Brendan Gleeson
Jonathan Rhys Meyers
Glenn Close se ha involucrado por completo en este proyecto. En 1982 protagonizó la obra de teatro basada en una novela corta de George Moore y durante años y años intentó que se convirtiera en película (la vez que más cerca estuvo fue en 2000, con Istvan Szabo como director) y ahora por fin ha visto su sueño cumplido. Para dirigirla ha contado con Rodrigo García, el hijo de Gabriel García Márquez, y ella además de protagonizarla es una de las productoras, la co-guionista, y ha escrito la letra de la canción que va en créditos. Y la jugada le ha salido bien: sexta nominación al Oscar de su carrera; la primera que recibe tras “Las amistades peligrosas” hace ya 23 años (tiene gracia pensar que este año Meryl Streep y Glenn Close compiten por el Oscar. Es como si hubiéramos vuelto a los 80).
En Irlanda a finales del XIX, Albert Nobbs (Glenn Close) es un hombrecillo tímido que trabaja un hotel que oculta dos secretos que nadie sospecha: Albert lleva tiempo ahorrando dinero para tener su propio estanco, y lo que es más impactante, Albert es una mujer travestida de hombre. Un día llega al hotel un pintor que descubre el segundo secreto de Albert, y la relación con esa persona hará que su vida cambie para siempre.
“Albert Nobbs” funciona muy bien, y tiene grandes momentos, cuando se centra en Glenn Close, en especial su relación con Janet McTeer (está justamente nominada como actriz secundaria, aunque su secreto se ve a la legua la primera vez que asoma el rostro en pantalla), pero es un desastre cuando pasa a otras cosas. Y lo malo es que se separa demasiadas veces del personaje protagonista. Supongo que lo que querían conseguir era, además de contar la vida de Albert Nobbs, mostrar el mundo de ese hotel, y ahí fracasan de parte a parte: todos los entresijos del hotel son aburridísimos y lo único que quieres es que vuelvan a Close, que eso sí es interesante. Por ese motivo esta película tarda una eternidad en empezar (esos soporíferos primeros minutos son para mostrar el hotel y su rutina. Y por eso aparece Jonathan Rhys Meyers) y tiene unos problemas de ritmo tremendos (como a mitad, cuando estalla la epidemia de fiebre tifoidea, que es larguísima para mostrar cómo afecta al hotel).
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Glenn Close |
Glenn Close consigue transmitir muchísima empatía por un personaje que podría resultar patético y logra que quieras que lo que se propone, por poco probable que parezca, le salga bien. Además, su historia tiene momentos muy emocionantes, cuando muestra sus ilusiones, y otros descorazonadores, cuando va desvelando su pasado y comprendes lo poco que ha disfrutado de la vida.
Lo peor de la parte de Glenn Close es su relación de Mia Wasikowska, porque es repetitiva y avanza muy mal: durante gran parte del tiempo no hay evolución que valga y de repente, al final, parece que hay un cambio. Esto afecta al conjunto, porque debería verse que Wasikowska poco a poco iba sintiendo afecto por Close, y así el espectador pensaría “Lo va a lograr, pero después tiene que decirle que es una mujer.” Pero como está en la película, siempre tienes la sensación de que Close está ciega y pierde el tiempo.
Está claro que Rodrigo García no será para el cine lo que su padre es para la literatura. Viendo “Albert Nobbs” sólo puedes pensar qué película tan floja y qué actriz tan extraordinaria.
Sí, sí, pero que muy pasable la película
Sí, deseas que Glenn Close hubiera sido mucho más egocéntrica y la película fuera un vehículo de lucimiento exclusivamente para ella.
Efectivamente, ella es casi lo único bueno de la película, pero en el conjunto aparece desperdiciada.
A mi realmente me gusta. Es lenta, pero precisamente ese tono lento es lo que la hace tan deleitable.