Café de Flore [6]

Poster original de Café de FloreCafé de Flore
(Canadá, Francia, 2011, 120 min)
Dirección y guión:
Jean-Marc Vallée
Intérpretes:
Vanessa Paradise
Kevin Parent
Hélenè Florent
Evelyn Brochu
Marin Gerrier

 

De los directores canadienses francófonos, el más famoso es Jean-Marc Vallée. Después de diez años de carrera, Vallée dio la campanada en 2005 con “C.R.A.Z.Y”, que era una película estupenda, y aunque sus dos siguientes películas, “La reina Victoria” y “Café de Flore”, no llegan a su altura, tienen elementos muy buenos.
   En “Café de Flore” Vallée vuelve a rodar en francés para contar ahora dos tramas separadas en el tiempo y en el espacio. Por una parte está Jacqueline (Vanessa Paradise), una madre soltera que vive en los años 60 en París, que tiene un hijo con síndrome de Down (Marin Gerrier) con el que se vuelca para que lleve una vida normal y supere la esperanza de vida de 25 años que tiene. Y por otra está Antoine (Kevin Parent), un DJ que vive en el Montreal actual, y que está rehaciendo su vida con su nueva novia (Evelyn Brochu), tras haber roto con la mujer con la que pensaba que estaba predestinado a compartir su vida pasa siempre (Hélenè Florent).
   Vaya por delante que “Café de Flore” no funciona en absoluto, que Vallée enlaza las dos historias de forma tan precipitada que mucha gente no entiende la conexión que existe entre ellas, y por tanto el clímax es incomprensible y la supuesta emoción del final, porque entiendes qué significa para los personajes, se pierde (en mi caso se perdía porque durante hora y media me contaba una película, y en la última media hora me contaba otra completamente distinta). Pero la película tiene partes excelentes.
   Todas las secuencias de París, exceptuando el final, son excepcionales. La relación de la madre con el niño tiene muchísima emoción y está llena de momentos entrañables, divertidos y muy emotivos. De hecho, esta trama es tan buena que se come a la otra, y cada vez que el film vuelve a Montreal, hay un bajón de intensidad. Pero para encajar esta historia con la otra, Vallée fuerza un final inverosímil.
   Lo peor de la parte de Montreal es lo muchísimo que tarda en mostrar Vallée la verdadera historia, porque realmente el protagonista no es el DJ, sino su ex-mujer, y el conflicto viene de ese personaje. Vallée juega demasiado a despistar al espectador, en vez de centrarse en el conflicto principal.
Vanessa Paradise en Café de Flore
Vanessa Paradise

Por una parte, al comienzo parece que las dos historias van a estar ligadas temáticamente, que una va a mostrar como un hombre que lo tiene todo no es feliz, y por otra que un niño que no tiene nada, logra ser feliz, y que el sentido de la película va a venir por la contraposición de las historias. Poco a poco vas viendo que ese hombre realmente no lo tiene todo (con ideas muy imaginativas te muestra su problema con el alcohol y cómo se enamoró de su primera mujer), y que su ex sigue viva, porque parece que ha muerto, y gradualmente te percatas de que ella es el personaje principal de esa historia.

   Entonces la película parece que sigue uniendo las historias temáticamente, que ambas tratan sobre la recuperación del amor perdido, y que de alguna manera al final estarán unidas, pero únicamente por el tema. Pero desgraciadamente las historias están unidas de otra manera.
   Para que lo que cuenta “Café de Flore” funcionara, un personaje fundamental tendría que aparecer muchísimo antes y debería verse muy bien que la ex era un ser muy espiritual; pero el único apunte que hay espiritual en la película es para demostrar que falla (que su amor estaba creado en el cielo), y las pistas que unen las dos historias (las veces que la ex parece que va a tener un accidente de coche, el gusto por la música del DJ, cuando el DJ se cruza con unos chicos con síndrome de Down…) son demasiado sutiles para hacer que el final funcione. En vez de ir dando pistas sobre cómo se unían las historias, Vallée prefirió la sorpresa y se equivocó.
2 comentarios
    • admin
      admin Dice:

      Gracias por tu comentario, Marisa. Lo que recuerdo de esta película es que la parte de Vanessa Paradise me encantaba y la del músico me gustaba menos.

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