Capitán América [6]
(EE.UU., 2011, 124 min)
Dirección:
Joe Johnston
Guión:
Christopher Markus
Stephen McFeely
Intérpretes:
Chris Evans
Hugo Weaving
Hayley Atwell
Tommy Lee Jones
Stanley Tucci
Sebastian Stan
Dominic Cooper
Hollywood está exprimiendo al máximo los cómics de la Marvel. Desde 1998 ha producido 25 películas de la editorial, logrando éxitos tan importantes como la trilogía de “Spiderman”, los cinco films de “X-Men”, o los dos de “Iron Man”. “Capitán América” es la última añadidura (aunque están preparando seis más para los próximos años) y ha sido dirigida por Joe Johnston, un director que lo mismo vale para un roto que para un descosido. Chris Evan es su protagonista, un actor que ya se había metido en el universo de la Marvel dando vida a la Antorcha Humana en las simplonas películas de “Los 4 fantásticos”.
En los años 40 en Nueva York, Steve Rogers (Chris Evans), un hombre escuchimizado, quiere alistarse para luchar en la Segunda Guerra Mundial. Tras varios rechazos, el científico Abraham Erskine (Stanley Tucci) le da una oportunidad porque ve que es un hombre bueno. Después de que Rogers pase por un campo de entrenamiento, Erskine decide que es el sujeto ideal para administrarle un suero que le hará un súper-soldado.
Al mismo tiempo, el oficial nazi Johann Schmidt (Hugo Weaving) roba un misterioso cubo azul en Noruega, que según él tiene poderes paranormales, y con él genera la energía necesaria para alimentar las mortíferas armas del inventor Arnim Zola (Toby Jones). Schmidt, que se sometió a un tratamiento del suero, aún defectuoso, del profesor Erskine, ha creado la organización Hidra, con la que quiere dominar el mundo. ¿Quién le parará los pies?
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Chris Evans |
“Capitán América” tiene una primera media hora y un diseño de producción magníficos. Esos primeros minutos son de una claridad narrativa pasmosa, donde se ve perfectamente la evolución del personaje de Steve Rogers (con un encogido Chris Evans gracias a unos efectos especiales alucinantes) y la amenaza que supone el loco de Schmidt, todo en una ambientación genial. En esta parte destaca la escena que abre la película en el Polo y la de Noruega, por lo misteriosas que son; la relación de Evans con su amigo y con Stanley Tucci (la de Stanley Tucci es muy tierna); el humor en el campo de entrenamiento y la escena, y consecuente persecución, de la inyección del suero.
Pero en este punto “Capitán América” alcanza su cúspide, y no vuelve a tener la intensidad que ha logrado hasta aquí. Uno de los problemas es que tienen que contar que Chris Evans, además de cachas, se vuelve un actor que enfundado en un pijama se pone a vender bonos para financiar la guerra (la secuencia de montaje tiene mucho encanto, y sí recuerda a lo que se hacía en los años 40), y no sólo eso, después tienen que contar que se siente mal por no luchar en la guerra y cómo se convierte en un héroe. Todo esto suma minutos, y la amenaza de Schmidt ha subido muy poco. La tensión se ha diluido.
Además, la secuencia en la que Evans se vuelve héroe está un poco pillada por los pelos (no está seguro de que su amigo siga vivo, pero él se lanza a la aventura), y allí aparece un grupo de hombres que supongo que en los cómics tengan sentido, pero que aquí no pintan mucho. Para rellenar tiempo, meten la historia de atracción entre Evan y Hayley Atwell, que para mi no funciona bien del todo porque Atwell es demasiado dura (supongo que tenga que ver con su papel, que era una mujer que había logrado mucho en un mundo de hombres, pero a mí me parece que es una borde).
Al final, “Capitán América” vuelve a ser muy buena. Como no se sabe muy bien en qué época se desarrolla el principio, Johnston juega perfectamente la baza y los últimos minutos son geniales.
¡Qué pena de parte central!
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