Death and the Senator [6]
Death and the Senator
(EE.UU., 1961, 26 páginas)
Arthur C. Clarke
Arthur C. Clarke está considerado, junto a Isaac Asimov y Robert A. Heinlein, uno de los tres mejores escritores de ciencia ficción del siglo XX. Posiblemente su obra más conocida sea “2001: una odisea del espacio”, de la que escribió el guión y la novela al mismo tiempo que Kubrick la filmaba (la novela se la recomiendo a todo amante de la ciencia ficción; el rollazo de Kubrick ni a mi peor enemigo); pero en su biografía también destacan “Cita con Rama” o “El fin de la infancia”. “Death and the Senator” es un cuento que apareció por primera vez en 1961 en la revista “Analog Science Fiction and Fact”, y más tarde en varias colecciones de cuentos de Clarke; y ahora, gracias a la editorial Rosetta Books, se puede comprar por separado en versión digital.
Al senador Martin Steelman le han dado una terrible noticia: le quedan pocos meses de vida. Todo su ambicioso futuro en Washington, con aspiraciones reales a la Casa Blanca, se evapora sin que pueda hacer nada. Pero cuando ya ha hecho pública su inminente muerte, un médico, al que humilló años atrás en un comité para recortar gasto en investigación espacial, tal vez pueda salvarle la vida, aunque para ello tenga que retractarse y reconocer su equivocación.
El mensaje de “Death and the Senator” me parece genial, pero creo que al cuento le falta desarrollo para que funcionara, porque la decisión del senador es inverosímil. Está muy bien cómo te presenta la situación Clarke, y cómo el senador se da cuenta de que se ha perdido lo mejor de la vida y la ironía de que tiene que comerse sus propias palabras si quiere salvarse (al parecer Clarke escribió el cuento como contestación al senador William Proxmire, quien era muy crítico con el dinero dedicado a la investigación espacial).
Y después tiene detalles que son muy Clarke, por cómo se imaginaba (y razonaba) detalles concretos sobre cómo serían los inventos del futuro: las ventanas de un avión que aterriza verticalmente se tapan para que los viajeros no se alteren; el científico ruso que está en la estación espacial tiene un tono de voz agudo por la atmósfera de oxígeno y helio que respira; el senador nota las vibraciones de las naves al despegar.
Pero el momento clave del cuento, cuando el senador toma una decisión, es muy difícil de creérselo por lo precipitado que es y porque no acaba de ser coherente del todo.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?