Jīnlíng Shísān Chāi

(China, 2011, 146 min)
Dirección:
Zhang Yimou
Guión:
Liu Heng
Intérpretes:
Christian Bale
Ni Ni
Zhang Xinyl
Huang Tianyuan
Desde hace unos años, con la excepción de “Amor bajo el espino blanco” (2010), me sorprende lo muchísimo que ha mermado la calidad de las películas de Zhang Yimou: el director solía ser garantía de calidad; ahora es más fácil que te dé una película mala que buena.
“Las flores de la guerra”, con un presupuesto de 94 millones de dólares, es la película más cara del cine chino, y cuando se estrenó en su país a finales de 2011, fue un portentoso éxito comercial (recaudó 95 millones de dólares). China la mandó a los Oscars, pero no logró la nominación; aunque sí fue candidata en los Globos de Oro (ganó la infinitamente mejor “
Nader y Simin, una separación”). Las críticas en Occidente fueron tibias, y la película no logró conectar con el público fuera de China. Y no me extraña, porque “Las flores de la guerra” es una película muy mala.
En 1937, durante la Segunda Guerra Chino-Japonesa, los japoneses sitian la capital china, Nankín, y masacran a sus habitantes. El cínico John Miller (Christian Bale), que trabaja en una funeraria, se encuentra en la ciudad para preparar el cadáver de un cura; pero cuando llega a la iglesia, no hay dinero y sí un grupo de chicas de trece años que estudiaban allí y que esperan estar a salvo de los japoneses en el templo. Al poco llega otro grupo de chicas: las prostitutas de un prostíbulo cercano que también buscan refugio. Viendo que los japoneses no respetan la iglesia, Miller tendrá que hacerse pasar por sacerdote para intentar salvar a las chicas.
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Christian Bale y Ni Ni |
Uno de los puntos fuertes de Zhang Yimou es crear mucha emoción siendo muy sutil, pero aquí ni siquiera en las escenas más intimistas lo logra. El principal problema es que el guión es terrible, y nunca te acabas de creer lo que está pasando en pantalla: es una película sumamente simplista y melodramática, con unos giros de guión muy forzados. Además, la dirección de Yimou es excesiva: generalmente la forma es demasiado ampulosa para lo que cuenta (por no hablar de esa machacona música). E irónicamente, la película es poco espectacular.
Los japoneses son malos malísimos y los chinos buenos buenísimos (es como las películas de la Guerra Civil Española, en donde los nacionales son el demonio y los republicanos todos unos santos); el cambio de Christian Bale es muy precipitado (no es que maten a una de las niñas y él se acuerde de su hija y decida cambiar; es que estando borracho, se ve vestido de cura y decide cambiar); es muy torpe cuando dos prostitutas salen a la calle a buscar cuerdas para su guitarra, y que Bale decida seguirlas; es muy torpe cuando se escapa un gato… Todo está pillado por los pelos, y los personajes te dan igual (ni siquiera la chica de trece años ni la prostituta que destacan más tienen mucha entidad): jamás ves que cómo las niñas, las prostitutas, y Bale se van sintiendo cada vez más cercanos; cambian de repente.
Y la parte final, que en teoría tiene que se muy emocionante, es ridícula porque nunca te ha metido en la película. El plan de huida es demencial y tiene momentos involuntariamente hilarantes: el sacrificio del chico (en el cine donde la vi la gente se reía), o el muy hortera homenaje a las prostitutas.
No sé qué le está pasando a Zhang Yimou.
Sí, una birria de película