Dolor y dinero [8]

Poster original de Dolor y dinero

Pain & Gain
(EE.UU., 2013, 129)
Dirección:
Michael Bay
Guión:
Christopher Markus
Stephen McFeely
Intérpretes:
Mark Wahlberg
Dwayne Johnson
Anthony Mackie
Tony Shalhoub
Ed Harris
Bar Paly
Peter Stormare

He aquí una rareza en la filmografía de Michael Bay. Con un presupuesto de 26 millones de dólares y muy pocos efectos especiales, ha cogido un terrible hecho real ocurrido a mediados de los 90, y ha creado una divertidísima comedia de acción. «Dolor y dinero» es su película menos taquillera (y no me extraña; a la gente que le guste Michael Bay, este film la descoloca), y la crítica ha sido muy tibia. Lo de la crítica me parece que claramente estaba prejuzgando: vieron el nombre del director, y sin ver la película, ya tenían una idea negativa; y al verla, sólo buscaban fallos que les dieran la razón.

   Personalmente, me parece que aquí Bay ha juntado un poco de los hermanos Coen (por ese guión tan demencial), un poco de Tarantino (por esas situaciones escabrosas tan divertidas y el tono que tiene) y un poco de Oliver Stone (por su estilo visual y su carga satírica), y ha dado en el blanco. Tanto es así que Bay ha hecho una película mucho mejor que las que hacen esos directores últimamente.
   Daniel Lugo (Mark Wahlberg) es un hacedor y vive en América, la tierra de la oportunidad. Influido por libros y charlas de auto-ayuda y motivacionales, decide coger el destino en sus manos y ser rico. Daniel es culturista y tiene un gimnasio en Miami; y cuando atiende a un cliente rico (Tony Shalhoub), reconoce que ha llegado su oportunidad: solo tiene que secuestrarlo y hacerse con su dinero para ser rico. Para llevar a cabo su plan contacta con otro amigo culturista, Adrian Doorbal (Anthony Mackie), y con otro culturista recién salido de la cárcel, Paul Doyle (Dwayne Johnson).
Dwayne Johnson, Mark Wahlberg y Anthony Mackie en Dolor y dinero
Dwayne Johnson, Mark Whalberg y Anthony Mackie
   A pesar de lo que pasa es muy difícil de creer (que esos chapuzas llegaran tan lejos), Bay no juega la baza de «Basado en un hecho real» para que te lo creas, sino para que te sorprenda que eso ocurriera en realidad. Gracias a un ritmo trepidante y un estilo visual muy espectacular, te metes de lleno en la historia y te crees todo; y gracias a ir saltando de personaje en personaje (todos los actores están muy bien), cada uno con su voz en off, entiendes perfectamente las motivaciones que les llevaron a hacer eso, y por qué no se daban cuenta de que estaba muy mal lo que hacían. Más tarde también entiendes por qué no huyeron de Estados Unidos o decidieron dar otro golpe.
   La película es divertidísima porque no hace más que dar vueltas y vueltas, llevando a los protagonistas a situaciones demenciales, de las que incomprensiblemente salen adelante (a mí me encanta los intentos de secuestro de Tony Shalhoub, y cuando se van a vivir a su casa, en el barrio pijo de Miami, sabiendo que sigue vivo). Y desde el principio es tan irónica, y tiene tanta gracia cómo le da la vuelta al sueño americano, que incluso te sonríes (y bueno, a veces te ríes) en momentos muy escabrosos.
   A mí no me parece que esta película sea moralmente ambigua. Siempre sabes que son unos criminales, y que lo que hacen es terrible (en ningún momento, por mucho que Bay te haga reír, te dice que esté bien lo que está pasando), y nunca empatizas con ellos, siempre estás alucinando con lo que hacen.  Y es que lo que eran lo resumen muy bien Ed Harris: unos subnormales.
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