Rush [8]
Dirección:
Ron Howard
Guión:
Peter Morgan
Intérpretes:
Chris Hemsworth
Daniel Brühl
Olivia Wilde
Alexandra Maria Lara
El austriaco Niki Lauda (Daniel Brühl) y el británico James Hunt (Chris Hemsworth) han tenido un pasado parecido: han roto con sus familias y arriesgado todo para lograr su sueño de ser el campeón de Fórmula Uno. Pero mientras Lauda es muy frío y metódico, Hunt es un crápula con muchísima pasión. Desde principios de los años 70, los pilotos y su rivalidad van ascendiendo, hasta llegar a la cúspide en 1976, cuando luchan por el título de campeón del mundo.
Ron Howard va alternando escenas muy trepidantes de carreras con escenas de la vida de los dos protagonistas; de este modo hace que sepas lo básico de la Fórmula Uno y conozcas y empatices con los personajes. Lo más curioso es que ambos, que son muy distintos, te caen bien, y aunque no tengas un claro favorito, la película está llena de tensión.
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Daniel Brühl y Chris Hemsworth |
Dos puntos muy importantes para que empatices con ellos son las grandes actuaciones de Brühl y Hemsworth, y lo bien dibujados que están: Lauda parece frío, pero le apasiona la Fórmula Uno y ama a su mujer (me gusta mucho la escena de la boda, o lo que pasa en la última carrera); y Hunt se ha quedado anclado en la adolescencia pero tiene un carisma arrollador.
El comienzo es la presentación de sus orígenes en las carreras y cómo fueron ascendiendo, en escenas muy simpáticas (las de Hunt son muy divertidas por cómo es el personaje; de las de Lauda las más simpáticas son cómo conoce a su mujer, en las otras demuestra lo decidido que está a ganar y lo listo que es), y luego salta a 1976 cuando Hunt estaba al máximo de su forma.
Esa parte comienza con unas secuencias de montaje de carreras geniales, donde vas viendo cómo se van pisando los talones Hunt y Lauda. Entonces en el Gran Premio de Alemania, Lauda pide cancelar la carrera por las malas condiciones meteorológicas, pero otros corredores, entre ellos Hunt, deciden que se sigua adelante, para poder coger a Lauda en la clasificación. Lauda tenía razón: era muy peligroso y ocurre un accidente.
Tras la recuperación de Lauda (las escenas en las que le aspiran los pulmones te duelen), la película te muestra el respeto que se tenían Lauda y Hunt. Entonces llega la última carrera, en el Gran Premio de Japón, y no sabes quién quieres que gane. Ron Howard, jugando con las condiciones meteorológicas y el recuerdo de Alemania, sube la tensión y hace que estés al borde de la butaca. Y acaba con muchísima emoción.
Totalmente de acuerdo, a mi tambien me tuvo en vilo, aunque tampoco tengo ni idea de carreras de coches.
Normalmente no me gusta Ron Howard, pero hay que reconocer que ésta le ha quedado muy bien.