El gran momento [2]

Portada americana de El gran momento, de Fritz LieberNOVELA CORTA
The Big Time
(EE.UU., 1958, 110 páginas)
Fritz Leiber
Fritz Leiber fue un autor muy importante de
fantasía, sobre todo del subgénero de espada y brujería (tipo “Conan”, para
entendernos), pero también destacó en el terror y la ciencia ficción. Dentro de
este último género entra “El gran momento”, una novela corta por la que Leiber
ganó el prestigioso Hugo a Mejor Novela. “El gran momento” apareció por primera
vez en dos partes en la revista “Galaxy Magazine” en 1958, y a partir de 1961
en forma de libro. Yo tenía muchas ganas de leer algo de Leiber, y la decepción
no ha podido ser más grande: “El gran momento” es terrible.
   “El gran
momento” tiene una cosa genial, y es el contexto en el que se desarrolla. En el
universo hay dos facciones enfrentadas, las Serpientes y las Arañas, que llevan
batallando desde milenios. Su forma de guerrear es viajando en el tiempo y
cambiando la historia de la Tierra a lo bestia, lo que provoca que la otra
facción tenga que reaccionar rápido a la nueva historia. Para luchar, las facciones
reclutan a muertos, resucitándolos. Pero tantos cambios en el tiempo hace que
haya personas que mueren varias veces o que otras dejen de existir, porque su
vida no tiene cabida en la nueva historia.
   La trama
de “El gran momento” se desarrolla en un lugar de recreo, que es una especie de
sala de fiestas, donde los soldados Araña van a recuperarse. En el plazo de
unas horas, Greta, la protagonista que trabaja de animadora, verá como la
normalidad habitual se transforma en un intento de rebelión, y todo sin salir
de ese edificio (tanto es así, que no sería nada difícil llevar esta novela al
teatro. Lo más complicado sería crear un pulpo gigante que no fuera risible).
   “El gran
momento” es confusísima. Me costó muchísimo reconocer a los personajes, y qué
eran cada uno y qué función cumplían. Creo que no lo logré del todo. Nunca
llegué a saber bien la diferencia que había entre Demonios, Fantasmas, Zombis,
No nacidos, y la madre que los parió a todos. La energía mental que gastaba
para reconocer quién era quién y de qué diablos estaban hablando evitaba que
siguiera la trama.
   Muchas
veces, entre sudores, me preguntaba hacia dónde iba eso. Y entonces sucedía
algo interesante. Y entonces me preguntaba “¿qué bomba atómica?”, o “¿quién ha
desaparecido?”. Tenía que hacer un esfuerzo enorme para seguir los
acontecimientos, y eso que no hay muchos; y por eso el clímax, que es lo que
mejor se entiende, para mí no tenía mucha emoción.
   Sinceramente,
leerme “El gran momento” ha sido una experiencia tortuosa. Me la acabé porque sólo
son poco más de 100 páginas. Tengo otro libro de Leiber, “Our Lady of Darkness”,
que espero que me guste algo más que esta castaña.
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