El hombre de acero [3]

Poster original de El hombre de aceroMan of Steel
(EE.UU., 2013, 143 min)
Dirección:
Zack Snyder
Guión:
David S. Goyer
Intérpretes:
Henry Cavill
Amy Adams
Michael Shannon
Russell Crowe
Ayelet Zurer
Diane Lane
Kevin Costner
Laurence Fishburne
Antje Traue
Tras un intento hace siete años de resucitar a Superman que no gustó a nadie («Superman Returns», donde Bryan Singer demostró que era muy capaz de hacer películas de superhéroes aburridas. Lo único que recuerdo es la fanfarria de John Williams en los créditos iniciales, y que ahí se acababa lo bueno), la Warner ahora quiere relanzar la franquicia partiendo de cero, intentando repetir la jugada que tan bien les salió con las películas de Batman de Christopher Nolan. Para ello, Nolan produce, David S. Goyer, el guionista de esa trilogía, escribe, y Zack Snyder, el autor de la infame «300» y de «Watchmen», dirige. El resultado: una película tonta que se toma a sí misma demasiado en serio.
   El planeta Krypton está a punto de explotar, pero antes de hacerlo, el científico Jor-El (Russell Crowe), quien ha tenido un hijo de forma natural con su mujer Lara (Ayelet Zurer), manda al bebé a la Tierra, con la esperanza de que allí pueda vivir. Justo en ese momento, el general Zod (Michael Shannon), que se ha levantado contra el consejo que gobierna Krypton, mata a Jor-El. Zod y sus compinches son condenados a pasar una eternidad en una prisión espacial.
   Treinta y tres años más tarde, el hijo de Jor-El es un adulto llamado Clark Kent (Henry Cavill) que busca su identidad. Kent tal vez la encuentre en el Ártico, donde unos científicos han descubierto un nave alienígena enterrada en los hielos. Con los científicos se encuentra la periodista Lois Lane (Amy Adams), quien descubrirá que Kent no es hombre normal.
   Viendo la película, no sólo me parece que la estructura es un desastre (Zod debería llegar mucho antes a la Tierra, así como Clark Kent ser Superman), sino que me parece que se les iban ocurriendo cosas sobre la marcha, sin tener en cuenta si narrativamente eran coherentes con lo contado anteriormente, o detenerse a plantar elementos en la trama. Lo único que me gusta son ideas sueltas, pero claro, para que un guión se sostenga, esas ideas hay que desarrollarlas: los nacimientos en Krypton, la necesidad que tiene Kent de ocultar sus poderes para encajar, o lo de buscar tu lugar en la vida.
   Clark Kent (y sólo él, porque el espectador no lo sabe) de alguna manera se ha enterado de la nave en el Ártico y decide ir hasta allí. De camino salva a unos trabajadores de una plataforma petrolífera. Bueno, pues eso anula la muerte del padre (Kevin Costner). Los múltiples flashbacks, que hacen que la película tarde una eternidad en arrancar, inciden en que Clark no encaja porque no es un niño normal, y en cómo su padre le dice que tiene que mantener ocultos sus poderes. En un momento supuestamente muy dramático, aunque a mí me parece ridículo (es ridículo cómo Diane Lane se deja al perro en el coche, y cómo Costner va a salvarlo, y cómo acaba todo), Clark no salva a su padre de un tornado para no llamar la atención. Pero eso sí, años más tarde salva a unos desconocidos dejando bien claro que tiene superpoderes. (Dejemos de lado que la idea original de la muerte de Jonathan Kent tenía muchísimo más sentido: moría de un infarto, algo que Superman no podía evitar.)

Henry Cavill en El hombre de acero
Henry Cavill
   El FBI arresta a Lois Lane, que es un personaje que no te puede caer peor, y cuando llega un tipo en pijama y capa, dejan que se entreviste con su detenida. Y durante la entrevista, Superman ve a través de un espejo que le están observando un grupo de personas. La explicación que le dan es que al ser alienígena, no saben si habrá traído alguna bacteria (esto lo dicen personajes que no llevan mascarilla), que igual es contagioso. Y yo pensaba, «Claro, pero dejan que Lois Lane esté en la misma sala, a ver si casca con los gérmenes».
   Cuando Superman habla con el holograma de su padre, éste le cuenta que gracias a la atmósfera terrestre ha logrado tener superpoderes y hacerse más fuerte que cualquiera de ellos. Y entonces llega Zod y sus compinches… y yo diría que al menos son tan fuertes como Superman (incluso más, teniendo en cuenta cómo patea culos la chica de la escafandra).
   Cuando por fin llega Zod, pide que les entreguen a Superman, pero cuando aterrizan, exigen que Lois Lane también vaya. Sorprendentemente, la chica accede. Lógicamente, no está justificado por trama y solo sirve para mostrar que una llave despierta el holograma de Russell Crowe, y para que Superman acabe salvándola.
   Es una gran ironía que Zod y los suyos sean los únicos que se salven de Krypton por estar en una estación espacial. ¿A nadie se le ocurrió mandar a gente a estaciones espaciales antes de que explotara el planeta? Y ya lo que es increíble es que la cárcel donde estaban encerrados tuvieran la tecnología necesaria para atravesar el universo o terraformar un planeta.
   El clímax, que es muy espectacular pero aburrido (es aburrido porque dura demasiado y no te importan los personajes) está estirado hasta el infinito. Comienza con una lucha eterna entre Superman y dos de los acólitos de Zod; sigue con la destrucción de Nueva York (yo no la he visto, pero amigos míos me han contado que es un calco del clímax de «Transformers 3». Snyder quiere subir la tensión con elementos tan zafios como la becaria que se queda atrapada —es muy zafio porque no conoces al personaje—, o  la llave que no encaja en la nave donde vino Superman. Además, preparan muchísimo lo de crear un agujero negro, para después no hacer nada con ello), y todavía Superman tiene que enfrentarse a Zod, que parece que por algún motivo es más resistente que sus compañeros.
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