Joyland [6]

Portada original de Joyland, de Stephen King
NOVELA
Joyland
(EE.UU., 2013, 288 páginas)
Stephen King
Stephen King, quien fuera uno de los primeros en abrazar el libro digital con la novela corta «Montado en la bala» (fue en 2000, cuando en España solo utilizábamos internet para comprobar e-mails… cuando íbamos a la biblioteca o al ciber), ha dado un giro de 180º con su última novela: «Joyland» sólo está disponible en papel y en audiolibro. King lo justifica diciendo que así espera ayudar a las librerías independientes, del mismo modo que en 1994, cuando promocionó «Insomnia», sólo visitó librerías pequeñas.
   La idea es muy loable, y yo ya tengo claro que la ficción la quiero en papel, pero eso no evita que millones de personas se la compren en una librería por internet (que es precisamente lo que he hecho yo), o en una gran cadena. (Creo que ahora llega la hora de la verdad para las librerías, para saber si van a sobrevivir o no. Pero para ello, tienen que ofrecer algo que no pueda ofrecer Amazon).
   En cuanto a la novela en sí, se puede decir que para lo bueno y para lo malo, «Joyland» es un King en estado puro: grandes momentos en una trama y una estructura muy flojas.
   Corre el año 1973 y Devin Jones, un estudiante universitario, consigue un trabajo de verano en un parque de atracciones: Joyland. Pero Joyland no es un parque de atracciones cualquiera; la Casa Embrujada está encantada por el fantasma de una chica que murió asesinada allí cuatro años atrás. Durante su estancia en Joyland, Devin espera recuperarse de una chica que le rompió el corazón, pero ese verano, gracias a las personas que conocerá y a resolver el misterio de la Casa Embrujada, le cambiará para siempre.
   ¿Qué hace Stephen King con muchísima frecuencia? Te presenta unos personajes que parecen tan reales y te caen tan bien, y te los mete en un mundo que resulta tan real, que lees y lees y lees. Hasta que llega un momento que te das cuenta de que la historia no hace más que vagar sin rumbo claro, y que al final King tiene que hacer chapucillas para cerrar las tramas. Pues bueno, eso es «Joyland».
   King comienza creando muchísima empatía por Devin y plantando lo que será su verano. La idea de la Casa Embrujada con fantasma real es tan buena que la parte central pierde fuelle: King se olvida de esa trama y se centra en contar cómo era la rutina en Joyland (personalmente, me parece lo más aburrido de toda la novela; estaba esperando que retomara la trama de la chica asesinada).
   Entonces recuerda que está escribiendo un misterio (la editorial americana, Hard Case Crime, está especializada en misterios hardboiled. ¡Y tiene unas portadas que me dan ganas de arrancar y enmarcar!), y vuelve a lo del fantasma. De forma muy forzada, Devin decide quedarse el otoño en el parque, lo que le permite a King lucirse en páginas y páginas maravillosas: la emocionantísima relación entre Devin, Annie y Mike (un grandísimo momento es cuando Mike visita el parque te atracciones. Sólo un escritor muy bueno es capaz de lograr eso).
   Y entonces King vuelve a acordarse de que estaba escribiendo un misterio. Cierra de forma muy decepcionante la trama del fantasma (yo creo que Devin debería interactuar con la chica y ayudarla a pasar al otro lado), y de buenas a primeras, el asesino se delata. King ha estado tan centrado en contar la rutina de Joyland, y la relación de Devin con sus amigos, que se le ha olvidado plantar posibles sospechosos, y lógicamente tiene que sacarse un asesino de la manga.
   Me parece que a fans de King les va a gustar; pero si lo que te gusta son los hardboileds, ésta no es tu novela. (Y por cierto, la otra novela que escribió para la editorial, «Colorado Kid», tampoco lo es.)
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